martes, 21 de octubre de 2014










Vivir en la ultima planta de un bloque de pisos invisible, no es malo... lo malo es no mostrarse en medio de la nada; no mirar al mar cada mañana  sin pisar la arena, y no sentirse uno mismo...

Mirar al mundo desde una ventana y encontrarse con él desde la palabra, la voz... ...decir y dejar decir...  libre.

No encuentro otra forma más maravillosa de expresarme en estos momentos que la de vivir en la ultima planta de un bloque de pisos invisible... pero no yo... si no el bloque... que tampoco es tan invisible...

Escuchar el sonido de la ciudad cada amanecer, el olor a pan, el sonido de las golondrinas... el sonido de los comercios abriendo sus puertas...  Encontrarse con quien  saluda cada mañana... charlar con quien quiera compartir ... saludando con la mirada a veces, otras con un abrazo... vivir las pequeñas cosas que una ciudad te aporta... vivas donde vivas... o como vivas... lo importante es sentirte libre con lo que haces y  piensas... y con lo que tengas, que tampoco es tan importante. 

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