Vivir en la ultima planta de un bloque de pisos invisible,
no es malo... lo malo es no mostrarse en medio de la nada; no mirar al mar cada
mañana sin pisar la arena, y no sentirse
uno mismo...
Mirar al mundo desde una ventana y encontrarse con él desde la
palabra, la voz... ...decir y dejar decir... libre.
No encuentro otra forma más maravillosa de expresarme en
estos momentos que la de vivir en la ultima planta de un bloque de pisos
invisible... pero no yo... si no el bloque... que tampoco es tan invisible...
Escuchar el sonido de la ciudad cada amanecer, el olor a
pan, el sonido de las golondrinas... el sonido de los comercios abriendo sus
puertas... Encontrarse con quien saluda cada mañana... charlar con quien
quiera compartir ... saludando con la mirada a veces, otras con un abrazo...
vivir las pequeñas cosas que una ciudad te aporta... vivas donde vivas... o
como vivas... lo importante es sentirte libre con lo que haces y piensas... y con lo que tengas, que tampoco
es tan importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario