La mirada, esa mirada que buscamos constantemente en los
ojos de los otros, en los ojos de un niño,de un amigo, de una amante... en los ojos de una abuela; en los delirios ajenos, en las voces que
hablan y hablan, en los silencios nuestros y de los otros.
La mirada que buscamos en las palabras, en el papel en
blanco… en el horizonte sin definir, en las montañas por conquistar.
La mirada que deseamos en nuestra almohada, bajo nuestras
sabanas, junto a nuestros sueños.
La mirada que desdeñamos un día y que hoy echamos de menos.
La mirada al corazón, y al corazón que amamos y, añoramos
para nuestra vida.
La mirada perdida, la ausente, la cómplice.
La mirada de nuestra vida, de nuestro mundo.
La mirada que vemos en el hambre, en la guerra, en el caos
que rige el mundo.
La mirada, esa mirada a un tsunami, a un tornado, a un
camino.
La mirada a los bosques milenarios que desaparecen y no por catástrofe
natural, al aíre, a la tierra que se nos desmorona entre los dedos como el agua
que comienza a desaparecer.
La mirada, esa mira ancestral que ya no recordamos como
parte de nuestra alma.
La mirada, esa mirada de niño que perdimos por el camino y
que hoy buscamos como parte vital de nuestra existencia humana.
La mirada al infinito por descubrir, conquistar y, en muchos
casos, por recuperar//.
La mirada que se cruza en nuestros caminos, y nos avisa de que no hay un mañana, para otra mirada más.
La mirada que se cruza en nuestros caminos, y nos avisa de que no hay un mañana, para otra mirada más.
Juan Manuel Álvarez Romero©2013-