jueves, 5 de junio de 2014

La colmena humana




La sociología y la antropología modernas coinciden en señalar que la sustancia de la cultura, o la civilización, es la tradición social, y que esta tradición social se puede modificar de manera indefinida con los aprendizajes nuevos que los hombres realizan para vivir juntos de manera mejor y más feliz // Así el estudio científico de las instituciones despierta la fe en la posibilidad de rehacer tanto la naturaleza humana como la vida social humana. (Charles Ellwood)



Vivimos encerrados en una jaula-trampa opuesta a la libertad, manejados por estamentos organizados a partir de nosotros mismos; con muy pocas posibilidades de ser creativos y optimistas a la hora modificar este camino que a lo largo de la historia fue generando normas y sistemas sociales que han ido moldeando el entorno social en que él, el ser humano, nosotros, debemos sobrevivir y desarrollarnos como individuos, como persona, pero que a la vez nos vemos convertidos en maquinas, y fuente de sostén del sistema comunitario al que pertenecemos.

A lo largo de la historia y poco a poco fuimos pasando de situaciones opresoras, guerras, hambrunas, epidemias y sobre todo transformando una cultura que al mismo tiempo iba imponiendo las formas del cómo vivir; todo esto ha ido generando la necesidad de sentirnos protegidos, por murallas, torres, castillos y por ciudades, que a su vez forman la maquina de generar la auto dependencia; de convertirnos en dependientes de los demás, y viceversa, la autodependencia de tipo mercantil, económica y consumistas que en definitiva es lo que mantiene activa y viva la maquina- jaula que una vez dentro no nos deja salir.  A la vez estas necesidades se hacen mayores cuando entras a formar núcleos familiares, y que a su vez esta genera nuevas necesidades que la comunidad ofrece a cambio del intercambio comercial, mercantil.
Así  fuimos cerrando puertas, pero evidentemente con la ayuda de un sistema siempre pendiente de cómo irse abriendo paso por cualquier rendija abierta en la comunidad, el sistema que desde su puesto ha ido beneficiándose de la buena maleabilidad de un colectivo que sufre, que es susceptible, frágil, débil en situaciones difíciles y, autodestructivo; desde esa posición ha ido forjando un método tanto económico como social cada vez más complejo y poderoso en nuestra contra. Esta vulnerabilidad ha hecho que se creen nuevas formas para que la comunidad se autocontrole, entre más dificultades tenga más dependerá del resto del colectivo y éste a su vez de un colectivo mayor y así hasta llegar a la sociedad global, y de quienes mueven la economía, de quienes se benefician de las desgracias.

El sistema no tiene la libertad que poseemos como ser individual, cada uno de nosotros es incorruptible, elevado y magnífico, unidos como uno solo somos un muro difícil de superar para los que mueven los hilos. La historias está llenas de personas que han intentado organizar a grupos y colectivos para enfrentarse al poderoso, pero siempre acaba con infiltrados que rompe al grupo, y al hacerlo rompen la fuerza que tanto teme el sistema. Pero esto sería la historia manipulada, el miedo inculcado a base de fuego y mentiras…  En grupo socialmente hablando, somos vulnerables, especialmente si no existe una fuerza de unión fuerte y sólida. Somos dependientes; esta es una de las herramientas más poderosas que ejerce el sistema  contra nosotros, a través del miedo, como por ejemplo el trabajo. Herramienta más que utilizada y reutilizada contra cualquier amenaza de unión, o forma de oponerse a la maquina. Todos somos conscientes de ello, pero no podemos modificar por su fuerza cultural y de forma de vida a la que nos vemos envuelto sin dilación, por nuestras propias necesidades sociales y dispensadoras. La ciudad, el país, la comunidad en la cual debemos movernos a diario para poder sobrevivir es sin duda, nuestra propia cárcel; la moral es otra prisión, la  ética, la educación, la política, los tabúes que desde que nacemos nos van marcando, pero que a la vez vamos marcándonos a través de nuestras propias experiencias, de la cultura en que nos tocó vivir, y la que nos transmitieron.
Hoy la razón de ser en nuestra sociedad es exclusivamente tener trabajo, sin él, la verdad que te conviertes en un antisistema, en un no valido, y eso se le llama terrorismo de masas. Es la forma más eficaz de someter a la sociedad dentro de una arquitectura social que solo ofrece esa posibilidad, o trabajas o no existes, y si no existes como parte de lo que te ofrecemos no podrás sobrevivir entre nosotros, y por desgracia es así, nosotros mismos marcamos estas diferencias entre los que nos rodean, entre aquellos que no están dentro y los que si lo están. Nos sentimos mejores cuando todos están dentro… cuando algún conocido de queda fuera se tiende ayudar, y se le apoya, pero si esto se alarga es excluido paulatinamente hasta que deja de estar entre nuestra reuniones por la sencilla razón de que pasa a ser un tipo raro, alguien que no encuentra trabajo es por algo, alguna razón habrá, y así entra más lejos mejor, así no nos nubla nuestra bella existencia.
De esta forma el sistema aniquila a millones de personas al año, y esto es un hecho, es tan real como la vida misma. Aprovecha que somos así de excluyentes, de nuestros miedos a que nos ocurra lo mismo.

Hoy vi a la señora del quinto salir deprisa, como una sombra de un rayo, imaginé que debía llegar tarde al trabajo. Pocos minutos antes su marido ya salió para abrir su negocio y ella  ya había vuelto de llevar a los críos al colegio, pero antes, así como una hora, ya había salido y vuelto de comprar el pan y inundó las escaleras del aroma a café recién hecho. Esta historia se repetía todos los días, salvo los fines de semana que faltaba la salida de los niños al colegio, pero que no quitaba que ella y su marido salieran corriendo para abrir su negocio, ya fuese sábado o domingo o cualquier día festivo en que todo el mundo descanse”.

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“El marido de la señora del quinto se quedó sin trabajo hace más de dos meses, hay que ver que cara tiene ese tipo, ella trabajando y el ahí, sentadito delante de la tele todo el maldito día, sin afeitarse, sin peinarse… desde luego, y mira ella sale entra y siempre parece feliz… debería mandar al tipo a la mierda, ella vale mucho y él un pendejo que no quiere trabajar”.
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La señora del quinto no sale ni para tirar la basura, el marido lo tiene que hacer todo, lleva los niños al colegio, le hace la comida, limpia la casa y además se lleva a los niños los fines de semana por ahí, y ella ahí, en su casa como una señora, no se vaya a romper las uñas… no se como la aguanta, debería mandarla a la mierda… no sé que se habrá creído… pobre hombre
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Vaya, la funcionaria que me vino a tocar en la ventanilla, así trabaja cualquiera,… deberían mandarla a la calle y meter a otra más competente…
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Bueno podría poner muchos más ejemplos como estos, pero prefiero no seguir…Esto por desgracia es en todas partes y de todas las formas imaginables, excluimos y gustamos de hacerlo, es lo terrible de todo esto, entramos en el juego.

Este sistema, tanto global como en pequeños grupos, comunidades, ciudades… etc… está caduco, y es hora de cambiarlo desde nosotros mismos; Sabemos como se mueve la maquina, sabemos como piensa, pero no hacemos nada., al contrario,  Podemos hacer algo y, ese algo es oponerse siempre a cualquier movimiento del sistema, siendo la única posibilidad de no ser manejados sin respuesta.
El deseo de libertad del individuo lo hace fuerte, es más, es único. Pero ….!!!
© Juan Manuel Álvarez Romero 

Pensamientos










Sentado ante la mesa del café, surge alguna imagen, movimiento o palabra; como en un lienzo blanco del cual surgen mil ideas abstractas que se conjugan en un sin fin de metáforas, cuentos, leyendas o misterios reales.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero*

La mirada se pierde tras la sombra del toldo, junto al mar y la arena bajo mis pies; el café deja de humear y sin saber exactamente donde dirigir mi atención los pensamientos no paran en un sin sentido, al menos hasta que les encuentre donde asentarlos; los ojos no dejan de examinar lo que me rodea y, sin embrago mi cuerpo se siente relajado, tranquilo y distante de todo, sobre la arena, junto al sonido constante de las olas, la mesa con mantel de plástico y el café.

El periódico que solté al llegar junto a los cigarrillos y un libro de Onetti “Cuando ya no importa”, me avisa de que otros momentos se están moviendo en otros lugares, complejos, confusos, con verdades o sin ellas las palabras rellenan las páginas del diario. En este caso no leo metáforas, ni cuentos, solo posibles realidades que nos conciernen a todos, nos involucran a todos a seguir caminos que aunque no queramos nos obligan a seguir de algún modo, y los que no, deberían involucrarnos. Me repito una frase que se convierte en mi dogma, “La mejor forma de ir contra el sistema es tener nuestros propios pensamientos

Mis pensamientos siguen su periplo por el lugar, cabalgan entre las utopías y las mesas del café, con mi ojo, el de la nuca, persigo otras voces que hablan de cosas más normales que las que suelen pasar por mi cabeza en estos momentos, hablan del amor, hablan de sueños, de verdades y de cómo conseguir deseos; loterías, quinielas, vacaciones, sol, playa, también de la fiesta la noche anterior. Un grupo de jóvenes cuentan el número de novios que han tenido, otros,  los caballos de potencia de sus coches…

Mis ojos frontales buscan algo en que asentarse, quizás para buscar algún pensamiento concreto, algo más complejo para analizar ¿o quizás debería dejarme fluir?  No todo tiene que ser analizable, ni complejo; le doy un sorbo al café, después me acerco un cigarrillo a los labios, ¡aquí se puede fumar!

El sol busca esconderse tras la línea del horizonte, con una paleta de colores que me sorprende cada día, rojos, naranjas, violetas, amarillos… quizás el sol hoy se marche sin respuestas, o con las necesarias para poder descansar. Creo que a mi, aun me queda proseguir buscando en los pensamientos alguna pregunta o respuesta, aunque estos, los pensamientos, nunca nos abandonan y mostrándose de múltiples formas, significados, causas y efectos, simples o complejos, alegres o tristes, siempre están ahí, como el atardecer que nunca es igual.

De regreso a la mesa termino con mi café ya frío; observo que el cigarrillo se consumió entero en el cenicero dejando su forma definida en las cenizas y recordándome que el tiempo también pasa. La mirada se dirige entonces a la muñeca derecha buscando las agujas del reloj, el cuerpo reacciona al estimulo de sentir que el tiempo voló, la mano izquierda se dirige a recoger el libro de Onetti que ni siquiera pude abrir, la mano derecha atrapa el paquete de cigarrillos y el diario, la izquierda busca en el bolsillo alguna moneda para dejar en la mesa. Con la mirada busco al camarero y le indico que me marcho… Ahora creo que encontré nuevos pensamientos… distintos, pero pensamientos.



 Imagen titulada "Ante la mesa del café". Autor: Juan Manuel Álvarez Romero.

En la búsqueda

El puerto de la seda- Mané


En la búsqueda.-

Las palabras más bellas quedan, aún sin saberlo, en nuestra memoria... aparecen en medio de pensamientos alejados de ellas... encontrar y sentirlas de nuevo, mezcladas con los recuerdos. Es en ese momento cuando recuerdas que fue un lugar, una persona, una vida quien nos la enseñó... 

Andamos siempre ocupados, sintiendo todo a nuestro alrededor desde un solo punto de vista, no queremos que nada nos influya en nuestra consciencia. Queremos saber de todo, pero al mismo tiempo rechazamos todo. No pensamos que realmente —todo—, es una palabra que es nuestra, todo es lo que somos, lo que sentimos, vivimos y amamos; todo es nuestro universo, y el mismo universo al que pertenecemos. Pero se prefiere vivir dentro del “propio universo”. La existencia humana, aceptarla, no es necesariamente algo que nos condene a ella, quiero decir, hambre, guerras, violencia, poder.

Creamos continuamente nuestras propias limitaciones con ideas que hacemos nuestras, palabras que cambiamos de contexto, o nos la cambian para variar direcciones. Es complejo entrar en nuestro sistema sociocultural sin ver esos cambios que en su día fueron anulados por alguna razón político-radical, se han creado fronteras de pensamientos, de formas de vidas, de sistemas; por el propio interés de poder, y lo vemos a diario normalizando su presencia como algo que pertenece a otras vidas y otras culturas “por lo tanto no es nuestro problema”. No quiero alejarme de la palabra 
—Todo—, porque —todo— es lo que somos, y en esas decisiones que solemos tomar entre todos, debemos ver lo mejor para la comunidad, la humanidad; la idea de aceptar la naturaleza humana como algo natural, es una idea que es hora de cambiar —entre todos— 

Confluir y fluir, encontrarnos en los mensajes llenos de códigos complejos que a su vez pueden ser creadores de encuentros, sensaciones que nos evocan momentos únicos y con ellos poder unificar un pensamiento. Un pensamiento que mire hacia adelante, que se expanda y vuelva a generar humanidad allí donde ya se perdió.

Me siento ante un horizonte posible, miro a la gente pasar. Me observo en ellos como en un espejo y, creo que me puedo identificar en muchos pensamientos. Todos vienen de algún lugar, todos van con prisas, no tienen tiempo de sentarse. Pero participo en la corriente humana que baja por la calle como un río, solo me paré a mirarles. Mirarme desde fuera, entre ellos, desde la mirada del otro y, poder confluir en una idea en común que nos indique el camino de regreso a casa, a las creencias, a los lugares de donde procedemos y, poder volver a generar un horizonte claro.

La creatividad surge en cualquier lugar, aunque, se empeñan en que no amanezca, que no salga el sol, es fundamental encontrarla en todo aquello que nos rodea. Sin borrar más palabras, sin olvidar el significado y sin cambiar más contextos. 

Juan Manuel Álvarez Romero
© 25-9-2012

Nómadas





Llega la luz, pero se va cada dos por tres. La carretera nacional pasa por medio del pueblo; los camiones me despiertan cada mañana avisándome que ya es hora de levantarme. Quiero estar en todo y al final no estoy en nada. La cocina se me hace un mundo, porque me abstrae el fuego de la chimenea y, me quedo como un zombi mirando como se consumen los troncos de encina, mientras tomo el primer café. Entre esto y las pinturas, mi cabeza anda en otros lugares lejanos, que en su día formaron y alimentaron lo que hoy soy.

En el cuadro que estoy pintando vuelo junto a un águila, veo barcos que se alejan en la historia y me traen objetos maravillosos de otros tiempos; perlas, cedas, olores a especias, vestidos orientales y perfumes exóticos.

Cuando paso por la cocina, justo al lado del estudio, me paro ante el fuego, se consume lentamente; me siento ante él, y comienzo a olvidar el viaje del cuadro y, “entro en este texto”, —en mi pequeño portátil—, con la música de Wim Mertens, y me pregunto sobre qué escribir esta semana, el recorrido que andaba en trance, paró por un tiempo, sé que debo continuar, buscar otro lugar, pero sin huir de lo que soy, porque allá donde vaya seré siempre el mismo solitario. Me refugio en mi trabajo, me quedo absorto en mis pensamientos, busco formas de crear y de ser, al menos y en principio, sacar todo lo que queda dentro después de muchos caminos. Nuca se terminan, y si no te paras, al final todo queda en algún lugar de la cabeza o del corazón. Ahora sé que toca sacarlos de ahí, donde estén, aún no descubrí de donde salen, ni tampoco porqué se ocultan y no quieren salir en muchas ocasiones. Pero al final siempre salen, de una forma u otra.

Ahora me levanto y vuelvo al viaje junto al águila, este me espera en una cornisa de acantilado; quiere enseñarme el bosque de álamos, el río que lo recorre, el valle, y llevarme junto al mar. Pero antes debo presentarme al chaman, este me espera para darme alas, para enseñarme como batirme entre las corrientes de aíre, y como aterrizar después.

Entre los lomos de los libros, aparece un haz de luz que me sorprende en principio; luego me doy cuenta que es el monitor del ordenador el que lo produce, —“mientras leo un libro en el sofá; bajo la ventana y, mientras llueve”—, justo detrás de los estantes de libros.

Bajo las escaleras que suben al segundo piso, mientras las bajo, dejo atrás la habitación que más luz percibe la casa, por su orientación, única, no solo absorbe luz, también calor, es mi favorita… desde su ventana puedo ver toda una vega Granadina y el pueblo de Lorca a lo lejos, y más allá las inmensas montañas de sierra nevada ya blancas por las primeras nieves.

Vuelvo al lienzo aún en proceso de surgir de fluir, me dejo llevar, me dejo seducir por su propia historia, pero a la vez introduciéndole la mía propia.

Mis pensamientos entran de pronto entre bloques de hormigón, ventanas cerradas, calles sin luces, calles desierta, sin sombras. Aparecen de pronto destellos de voces que me asombran de sus propios recuerdos. Incluidos los mío, que surgen de aquellos que un día me hicieron soñar.

Vuelvo a las ascuas del fuego, me vuelvo a sentar, respiro y pienso que el día se fue, fuera ya no queda luz del día, debo encender las luces si quiero saber por donde caminar sin tropezar. Pero me relajo, vuelvo a buscar aquél libro que comencé esta mañana y quisiera saber más sobre él. Dejo el vuelo del águila, dejo el calor del hogar, me acerco ahora a otro pensamiento y sigo con la música de Mertens. Aún no sé como terminará el día, ni si este texto será concluso, intento pensar qué tengo delante…

Aunque el día es de lluvia y gris, la noche aparece después de un día lleno de colores, de magia y esperanzas. El sol queda en mi retina, y aún la sensación quema en mi piel; el mar quedó atrás, quieto, sin oleajes, como una laguna, pero intensamente azul.

En las horas que preceden a la llegada del alba todos estamos preparados para observar como la actividad humana surge de todas las partes del interior. Ya no queda nadie cerca de la costa. Los barcos partieron hace horas. Ahora solo queda esperar la siguiente llegada, con los tesoros más esplendidos de otros lugares lejanos. Pero para mí, el tesoro más esplendido está aquí, en mi corazón.
Como Nómada he parado; un descanso para estas piernas cansadas de caminar por senderos extraños, lejanos, misteriosos. Me quedo, me toca este descanso, me toca respirar de lo que un día me llenó, para poder llenar este que terminó hoy y, ofrecerlo de nuevo.

Nunca dejaré de asombrarme, aunque sé que tampoco de aprender. Descubrir que de amor no se muere, aunque parezca que sí. Descubrir que existen lugares y lugares, saber que en realidad no se puede estar en todas partes, pero sentir que sí lo estás. Saberse, descubrirse, estar, ser... aunque parezca que no, existen diferencias…
http://www.calle-ficcion.debatepress.com/?p=verNoticia&idNoticia=12932&idCategoria=1

Juan Manuel Álvarez Romero © 2011


Inexorablemente...La conciencia.-
















Nómadas
Como quisiera que no existieran las fronteras que hoy rigen el mundo, en silencio, sin darnos la oportunidad de poder elegir libremente. Como quisiera que la libertad fuera como esta música, que por unos instantes me hacen volar como esa hoja que cae en otoño, segura de haber cumplido con su objetivo como ser. Como quisiera saber la forma de borrar tantos horrores quebrantados en nombre de la paz, de la libertad… como quisiera saberme en un mundo honesto, unido y libre…sin mentiras, sin manipuladores. Como quisiera que la palabra libertad tuviese su verdadero significado.


Inexorablemente.-

La conciencia.-

El cerebro tiene diez mil millones, quizá cien mil millones de neuronas, y eso es todo. Ni una sola neurona sabe quien eres ni le preocupa. Son demasiadas estúpidas para esto. Por tanto, tiene que tratarse de una democracia, las neuronas trabajan en equipo y compiten entre ellas sin que nadie se ocupe de ello, porque nadie puede ocuparse de ello. Si todavía existe una teoría de la conciencia con un jefe supremo, es una mala teoría.
Filósofo, Daniel Dennett 

La noche aparece de una forma diferente cada día. No, no es absurdo, ni molesto tampoco… ―es doloroso― sé que cuesta entender, pero las cosas quedan en un estado diferente, ya nada es igual; porque todo cambia, todo gira rápido, y no da tiempo de ir asimilando  lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos que ser rápidos, como nuestros ancestros los cazadores recolectores, y si no eres rápido y competitivo te quedas atrás, de una forma inexorable… al menos lo hacen sentir así.


Busco pensamientos que calmen ese miedo —invisible— que circula a mi alrededor, ―Deformación social―, totalmente inestable, que se derrumba porque el ciudadano está ocupado en mantener sus pilares en pie, sosteniendo lo poco que le queda con una mano mientras que con la otra intenta salvar sus derechos; cuando estos pilares se derrumban, viene el caos de salir nadando… porque si no lo haces te ahogas, inexorablemente. Esto pertenece a un plan preestablecido por los diseñadores y arquitectos sociales; arquitectos con menos escrúpulos que los mismísimos políticos, que ni siquiera saben que quedarán en la historia como asesinos, y si lo saben, creen que están haciendo un bien…

Las libertades que un día, parecían estar, ya no lo están, los derechos que mantenía una sociedad sana, van desapareciendo… los proyectos de futuro que mantenían a una sociedad mentalmente sana, también tienden a desaparecer… como todo, resurgen nuevas fronteras, políticas, sociales, de pensamientos, y de incertidumbre…

Sobrevivir a las realidades… porque ya se han convertido en parte del día a día, quieras o no, estés en los medios, o no, tan solo con ir a comprar el pan, ya vuelves a casa con una nueva visión del mundo diferente al día anterior… uno se empeña en hacer del día un tiempo mágico y especial, lleno de cosas nuevas para no sucumbir en el, inexorablemente.

Caminando por la ciudad,  calles, plazas,  como si fuese un extranjero, en busca de lo que pueda recordar como parte de mí, como parte de una huella de identidad...

Me identifico con el agua, porque fluye; fuentes, perfumes... miradas... todo fluye a mi alrededor como si nada ocurriese... ―o quizás solo sean mis pensamientos deseados―, o el deseo de los otros, ver que nada ocurre... sabiendo, que ya no hay agua en las fuentes, que los jazmines se secaron y que por lo tanto el aroma ya no existe más que en mi, como quizás no ver la tristeza en las miradas, porque esas miradas de los otros no quieren que sean vistas. De todas formas esta ficción me salva en estos recorridos...  en parte, llenos de momentos que sobreviven en estos sueños, porque de todo sueño se despierta y termina sabiendo de la verdad, de la realidad… no se puede huir.

Los silencios que me persiguieron durante un tiempo, quizás para ser observador, quizás para entender, quizás para canalizar, quizás para entenderme de una forma diferente, ya que todo cambia.

Todo puede ser maravilloso si lo construimos nosotros y no el poder. Para hacer un mundo más humano.  

Aun cambiando todo a mi alrededor, está mi conciencia; intacta, junto a mis pensamientos intactos pero en evolución constante.

Esta,  mi conciencia, dice que no, continuamente me dice que no, que no hay que dejar que nadie tenga derechos sobre los demás, de arrebatar conciencias, pensamientos, derechos, culturas en nombre del capitalismo, en nombre del buen samaritano, de una crisis inventada, provocada, solo para generar miedos, confusiones, culpables, impunidades, caos... enriquecer más a los más ricos y empobrecer más a los más pobres, generando al tiempo nuevos ricos y nuevos pobres; incluyendo sociedades y, continentes...  esto no tienen qué ser inexorable.

Han surgido nuevos caminos a seguir, impuestos, y a esto mi conciencia dice que no. Han surgido intentos de aplastar en nombre de un cambio necesario, sabiendo que estos cambios traerían el caos. Todo cambia sí, pero no de esta forma… cambiar el mundo para mejor,  que tengamos alimentos para todos en el planeta, para repartir las riquezas por igual, los derechos mejor repartidos por el mundo… utilizar realmente las cartas de los derechos humanos, para que no queden en papel mojado, ― en esta carta, si la leemos y la llevamos acabo, está todo, todo para crear un mundo mejor― la igualdad entre seres humanos en todos sus contectos… pero se adelantaron desde el fondo monetario internacional, precisamente para que esto no ocurra, para que las riquezas queden en manos de los ricos y nuevos ricos, para que siempre exista la separación, para que las fronteras no se abran, ―tanto físicas como de pensamientos―,  para que la conciencia del colectivo humano se desconcierte y genere caos y confusión… miedos, incertidumbres… terror; para que esta conciencia no despierte del todo, intentando apagar las voces que ya comenzaban  a ser escuchadas por el mundo como un mensaje de cambio en la humanidad desde una perspectiva humana, y no capitalista y manipuladora…
 Podemos cambiar el mundo entre todos, sin necesidad de un sistema fascista, opresor y sin escrúpulos… La historia se repite, a veces en forma de espiral, otras en forma de círculo… algún día podremos caminar en línea recta

Culto al egoismo


“Yo creo que hay que escribir cuando no damos más, cuando nos desespera eso que tenemos adentro y no sabemos lo que es, cuando la existencia se nos hace insoportable”

 Ernesto Sábato.




El culto al egoísmo, la motivación subyacente, el yo, tú, mío tuyo… 

Hoy miré la prensa diaria para ver que ocurría en el mundo,  después de casi quince días sin saber nada de él, solo el mundo de mi escritorio, mis duendes corriendo sobre la mesa, en las sombras…  Pero debo decir que al abrir la prensa, el impacto fue terrible. “Los cadáveres se amontonan en las revueltas Siria” “La desolación en Alabama” “El desempleo crece”

Estos pensamientos del primer momento, después del impacto, me llevaron a analizarme como creador, como escritor, como pintor y el mensaje estaba claro, todo lo que se hace es poco, si te despistas un poco descubres que te quedas atrás, que no vives en lo que ocurre día a día en el mundo. “Sí, se que alguien me dirá que sea más egoísta y que mire por mi, que no piense tanto en el mundo”  sé,  pero no puedo mirar a otro lado.

Los políticos están en propaganda electoral y debaten y debaten, mientras los problemas verdaderos crecen, el hambre continua,  y los pobres son cada vez más pobres… la conclusión siempre es la misma, el miedo… la mentira.

Al final los duendes caminan sobre todas las mesas, sobre todo las de los políticos, que solo miran su futuro como tal, imaginan su vida de falsas promesas, su chofer, sus amantes, su casas y, en como seguir mintiendo; ellos, los políticos, no saben que están manejados por el sistema y si lo saben miran para otro lado. Sus duendes los del sistema, están amaestrados para este fin, controlar el poder político y social “los duendes de la mentira” recorren mesas de despachos unas tras otras, creando una mentira tras otra… incluso en las mesas de los responsables de noticieros llegan muchos de estos duendes, diría que a casi todas.

La creatividad  llega a los rincones más insospechados, aliándose con aquellos que les den vía ancha; si lo analizamos bien, la mentira está dentro del arte como elemento creativo y, en manos indebidas crea miedo, desolación, pobreza, angustias. Es utilizada comúnmente como maestra de discursos políticos y propagandísticos. En el mundo del consumo está en todos los carteles y, en todos sus productos…

La creatividad aliada a la mentira es el arma más mortífera de todos los tiempos de la humanidad, utilizada desde tiempos inmemoriales, incluso antes del lenguaje y, como método de supervivencia es fundamental, de ahí el invento de la tortura.



Hoy veo cada vez más claro que somos engullidos aunque no se quiera, en toda esta idea falsa de vivir paralelo a todo, una vez entramos ya casi nunca se vuelve a salir como persona, como ser humano, me refiero a entrar en la red que marca y echa el sistema al individuo; el consumo, fomentar el individualismo, creando ese apego a aquello que le da sombra y, que una vez en esa sombra ya nada es importante, nada; generando el conformismo social. Pocos, y digo pocos son aquellos que dejan un pie al sol y otro en la sombra y, muchos menos, por no decir ninguno, prefieren quedarse al sol, ni siquiera los que dicen políticamente estar comprometidos con alguna causa.

Es duro el camino bajo el sol, es el drama de muchos continentes, países y comunidades enteras que viven bajo el duende de la mentira, bajo el duende sol, bajo el duende miedo, el duende hambre, el duende soledad y el duende miseria.

Las otras miserias humanas son muy peligrosas; estas otras están allí donde menos se pueden imaginar, da igual si quien las porta es rico o pobre, eso es lo de menos. Atacan desde cualquier bando.

El sentimiento humano es algo maravilloso, único, gentil, honesto, sublime cuando se encuentra, cuando no existe el duende de la mentira, del miedo… cuando las condiciones son buenas y, no se mezclan los intereses personales ni sociales.

Encontrar este estado, este lugar donde no existe la creatividad negativa es la tarea de toda una vida, de un camino entre sol y sombras que muchos seguimos en el empeño, sin buscar condiciones, pero que cada vez se vende más caro.

La solidaridad es algo que se va diluyendo lentamente en la cultura social, colectiva… el yo impera desde la escuela.  Cada vez son menos los que se sienten y son solidarios, por ello crecen hongos como la violencia de género etc.

Ya nadie cree en nadie, el duende de la mentira a llegado a ser parte de la sociedad, parte del día a día, a logrado que se mienta para todo, para buscar trabajo, para vender, para conquistar, para inventarse uno mismo en una sociedad en la que la persona está cada vez más sola, y en la que se debe reinventar en cada paso.

Mantenerse integro en esta sociedad es algo que a duras pena podemos llevar los que cargamos con ese peso, ser honesto, decir la verdad, ser uno mismo sin perjudicar a nadie se convierte en una tarea que cuesta mucho mantener… cada día más. Decir y mantener la verdad es algo que también es un arte, es creativa la verdad, sí, se debe reinventar a cada paso, porque la mentira busca continuamente el antídoto a la verdad y al final andamos reinventando continuamente tanto la verdad como la mentira; vivimos en una arquitectura que se a forjado sobre cimientos muy profundos construidos de escombros de viejos edificios difíciles de reconstruir  imposibles. En estos escombros encontramos los desechos de edificios que se construyeron con materiales varios, políticos, sociales, mentiras, promesas, verdades. etc.… muy pocos están construidos con un solo elemento, la verdad.


¿Que nos ocurre? ¿Por qué dejamos que nos separen individualmente, cuando sabemos que como colectivos somos más y más poderosos que la gran mentira, el sistema?

Vuelvo a mi escritorio, a mis duendes, ellos me entienden como persona. Mantengo un pie fuera, porque creo que es fundamental, demos gracia a que estamos en otro lugar, que las victimas de la guerra no están entre nuestros seres queridos; me quedo en la reflexión de sentirme más humano cada día, de sentirme humano en su más amplio significado, sin sombras que no me dejen ver y en no dejar que nada impida que lo siga siendo. Esperando que no salgan más listas de victimas en ninguna parte del mundo porque eso significaría que no las hay.




 Juan Mnauel Álvarez Romero®2012

La mirada del otro


Las horas

Como ser geografía; como ser lo contrario de lo que la lucha por el poder de otros, nos lleva a rastras...  
Como ser parte del todo sin pertenecer a un todo de otros. 
Quizás ser naufrago —del todo del poder— sea parte de la geografía que busco. 




..  Ahora me siento bajo la ventana, coloco la libreta sobre mis rodillas, respiro profundo y comienzo a escribir y describir los sonidos que entran desde la calle... el viento que suena hoy de forma diferente...
Los claxon no despilfarran en estruendos
Los caballos no dejan de hacer sonar sus cascos...
Las sirenas de ambulancias no cesan,

Los niños en el parque suenan como memoria de otros tiempos,
Al igual que las voces de las madres se difuminan con el aíre espeso.

Las ideas se desparraman sobre la pared, bajo la ventana… 

La luz constituye, gran parte de tú existencia, así como la del planeta donde habitas, caminas, te desarrollas y creas aquello que construyes poco a poco, viendo como se desarrolla la vida a tú alrededor…

La vida sobre la tierra es parte de ti, como tú de ella, y hoy piensas en ello como una nota musical que te incita a vivir… debes sobrevivir, te repites mientras te das golpes en la cabeza contra la pared… piensas en todo el tiempo que has perdido esperando, sin saber qué esperabas…

El ordenador dejó de tener ya la importancia que un día tuvo en tú vida, el papel toma de nuevo una nueva relevancia,  las cosas se ven de una forma diferente… pero que no las ideas… uno evoluciona con los tiempos, con las experiencias, o involuciona, con lo cotidiano… uno mira y actúa según se transforma, se muta en órganos nuevos… permanece intacto, o herido de guerra… esas heridas que permanecen para siempre si no las curas bien…

Pero continuas mirando al techo y te preguntas hacía donde se encamina la realidad, mientras las creencias en tus utopías parecen querer desaparecer y contra toda tus fuerzas intentas mantenerlas intactas, pase lo que pase debes seguir creyendo en ellas, te dices… da igual que ocurra… continuas.

Que el mundo que escoges no sea de un solo ojo, debes  utilizar los cuatro para ver y canalizar todo aquello que ocurre a tú alrededor, para no exteriorizar, no juzgar  ni que te juzguen… contener siempre esa mirada creativa sobre todo, y sin aniquilar tus principios…





El mundo que escoges debe ser hermoso, maravilloso y de color… sin aguadas sucias, sin pinceladas bruscas… donde la realidad forme parte de ti, de tus sentimientos, junto con tus ideales… junto con los sueños… no los dejes nunca aparcados, abre el ojo que posees en la frente.

Suenan de nuevo los claxon desde el exterior, la  multitud  grita sobre ellos, sobre la sirenas, sobre las voces de las madres, y el griterío infantil de muchos niños que lloran o ríen, de caballos desbocados… de gargantas sedientas de vida… de ancianos sin nada, de hombres que se pierden en el horizonte que un día dejaron de visualizar y que ahora quieren retomar…

Simbolismo, realidad y ficción.-


El hombre no mediático que leía a Peter Handke, De Edgar Borges.
El paso de la tierra al cielo se efectúa por la puerta del sol, que simboliza la salida del cosmos, más allá de la condición individual. 
Chevalier-Gheerbrandt,
Nos embarcamos en mundos paralelos, en mundos sumidos de soledades, unas creativas y otras existenciales, en las que poco a poco pasamos de la realidad a la ficción, o viceversa. Nos involucramos con lo externo, pero sobre todo en lo interno, donde solemos pasar el mayor tiempo de nuestra existencia. El sacarle partido, buscarle sentido y encontrar la libertad en estas soledades  sin llegar al aislamiento en las que nos pasamos otra gran parte de nuestra existencia. 

En otras ocasiones como las que encontramos en la novela de Edgar Borges “El hombre no mediático que leía a Peter Handke”, es una de esas ocasiones de soledades, por la que transitan personas tan especiales como sus dos hijas, Miranda y Camila  y su compañera Nathali, cómplices las tres del aislamiento creativo de Edgar, el protagonista, convirtiendo ese aislamiento,  “sin alejarse del apartamento donde convive casi invisible, ausente, creándose un mundo personal insólito, surrealista a veces y otras al borde de la locura, pero curioso para los suyos que lo observan y admiran, transmitiéndole su solidaridad en su mundo solitario, aislado, en un apartamento donde las sombras se cruzan una con otras, donde la respiración de todos suena tras las puertas tan solo con quererlas oír; aun así, Edgar ―el protagonista― desaparece de la realidad para sumergirse en una investigación que le lleva a otros mundo, lugares, personas, dudas de constantes peguntas y hallazgos en el mundo de Peter Handke, en un viaje onírico y metafórico al mundo, desde su escritorio, y un armario repleto de la bibliografía sobre Peter Handke, apuntes, notas, informes y recortes de prensa; como un buen detective,  desde donde se redescubre a sí mismo desde las puertas que se abren y se cierran tras él, caminando como un fantasma por el pasillo de los dormitorios, que se convierten en escenas de abismos, ciudades, calles, paisajes, mientra busca algo que beber en la cocina, soñando, reviviendo, tras las ventanas que se abren al exterior, al mundo que decide dejar en este autismo voluntario, pero que a la vez lo reconoce como parte de su pasado, y se descubre como un tiempo vivido en su niñez.

Transita por treinta y dos puertas, treinta y dos ya es un numero, y como numero ―“mágico”―  las puertas representa una escenografía mediática, simbólica, que lo lleva al avance de la investigación una tras otra ―“como las puertas de Aristofanes donde las puertas y la casa forman una utopia en sus escenografías y sus obras”―.

Podríamos hablar de una obsesión, pero también de una constante entre el día a día de un escritor, un periodista y un ser humano en busca de respuestas dentro de una  investigación, ―y como investigación ―, sin descanso, sin horarios, sin comunicación con lo externo, sin mundos que le impida concluirla… así es la vida de la literatura, de la creación, después la culminación… como un orgasmo vital y existencial.
En el libro de las puertas, Mitología egipcia; se describe el viaje del sol (Ra), del rey identificado con rey del sol, o del rey junto a Ra por el inframundo. La concepción del inframundo de los egipcios incluye numerosas puertas que aquellos deben atravesar durante su viaje nocturno hasta renacer con el amanecer.
en este caso es el protagonista quien va surcando, atravesando estos mundos, puertas imaginarias que se transforman en pasos importantes en el transcurso  de sus hallazgos, sus descubrimientos sobre el mundo de Peter Handke ― , ― el protagonista Edgar ― como Ulises en su largo viaje, e imparable viaje hasta su regreso con  Penélope, “― Nathali, Miranda y Camila ―” pero también al descubrimiento del segundo protagonista del libro ―Peter Handke―.
El reloj  simboliza el tiempo ausente de la realidad, donde la mirada se desvanece no en la pared, si no en el péndulo que marca el movimiento y el proceso de los pensamientos que buscan contactos momentáneos con la realidad que le rodea.
Como maestro que seguirá siendo siempre, como también amigo y persona, Edgar a sabido llevarme de nuevo, después de quien mató a mi madre, la contemplación, crónicas de bar, a mundos donde la imaginación aplasta al poder, a ese poder que aplasta todo atisbo de creatividad en estos tiempos en los que es tan importante no dejar que esta, ― La creatividad, con mayúsculas ―,  muera, que se alce en novelas como esta, y que ayuden a demostrar que la literatura está viva y en buenas manos, como las de Edgar Borges.
La palabra sigue en evolución.

Juan Manuel Álvarez Romero. Escritor  2012-06-19




El espejo



JUAN MANUEL ÁLVAREZ ROMERO [mediaisla] El marco del espejo es real, los limites están ahí, bien definidos y lo peor es que mengua. La imagen del ser humano es más un reflejo que una realidad que cambia constantemente, ¿evoluciona? ¿O se transforma? 
¡Qué gran obra es el hombre! | ¡De cuán noble razón! | ¡De cuán infinita facultad! |En la forma, en el movimiento, ¡cuan expresivo y admirable! | En la acción, ¡cuán parecido a un ángel! | En la comprensión, ¡cuán semejante a un dios!William Shakespeare 
Cuando nos sentamos ante un espejo solemos ver que nuestra imagen está a la inversa; en la realidad, la opuesta al espejo, donde podemos movernos y caminar sin marco, nos encontramos con una imagen que se dirige a algún lugar sin definir, inconcreta, en búsqueda constante de razones en las que manejarse mejor. Pero curiosamente también enmarcada; enmarcada en un sin fin de obstáculos sociales, culturales y políticos que le hacen limitado. 
El marco del espejo es real, los limites están ahí, bien definidos y lo peor es que mengua. La imagen del ser humano es más un reflejo que una realidad que cambia constantemente, ¿evoluciona? ¿O se transforma? Creo que muta al igual que el marco. 
Está claro que  su contorno va menguando y, en su interior se difumina una imagen de un ser humano que podría ser fuerte, con decisiones he ideas propias, esto haría  que el ser humano no se enmarcara en los limites de una imagen, en un espacio donde moverse sin libertad, y no en el reflejo de un espejo, si no todo lo contrario en un lugar donde se expandiera. 
Nos distraemos con el teatro de la política, el consumismo, en todo aquello que se pueda convertir en espectáculo y, pensamos que somos parte importante en el sistema social de la comunidad, con nuestra aceptación de lo ofrecido por el sistema. 
No creo que sea una locura pensar que el ser humano necesite mirarse en ese espejo para comprender que no es su verdadera imagen, su equilibrio en el mundo, “que es evidente no es en el que se enmarca actualmente”. 
Hemos pasado por periodos difíciles aun más que este actual y por miles de años de evolución y, siempre ha vuelto a resurgir, milagrosamente, pero resurgiendo en belleza y expansión humana. La búsqueda del ser humano, de su consciencia es real, debe serlo, es cuestión de vida o muerte. 
Todos tenemos claro que es lo terrible y, en lo que nos convertimos por un principio que no es el que realmente busca la consciencia colectiva. La consciencia es muy frágil, muy manejable, moldeable en términos sociales y culturales y, de su manipulación todos somos consciente; pero estamos en ese proceso lento de asimilar, de ver entre todos lo que no está bien. La palabra, la imagen, los medios y el intercambio de opiniones en estos, hace que esta avance a grandes pasos. Cada vez somos más los que creemos que la humanidad es posible. 
Mirarnos en un espejo de vez en cuando es algo útil, no para enmarcarnos, sino para expandirnos como seres vivos, abiertos a la vida y a la existencia, dentro de los reflejos no se puede vivir, porque en ellos solo se ve lo que se quiere o lo que nos dejan ver. 
. | JUAN MANUEL ÁLVAREZ ROMERO – escritor 
Salté al vacío, desde el mismísimo aíre; ví volcanes en erupción, maquetas de ciudades futuristas, señales que marcaban caminos; caminos que no marcaban ninguna dirección… volé…
Junto al águila
Al arcón,
La paloma,
Al buitre…
Junto a la palabra
Junto a la razón
Junto a la lógica
Al bajar a tierra, me convertí en cáscara, piel, tumulto y después, tierra…
He corrido ríos, riberas, caudales de sueños que perseguían al mar…
He perseguido todo aquello que me llevaba a algún lugar desconocido,
¡Me he perdido tantas veces!
He caminado ante el mar
Ante ríos
Ante sueños inconclusos
He perseguido metas
He llegado a ellas
He vuelto
He soñado
He vivido o creí hacerlo
Cada mañana he visto el alba como si fuese la primera vez
He visto líneas divisorias al final de cada día
Ríos de sangre
Ríos de agua
Ríos de risa
De llanto
De hambre
De guerras
He visto la paz
El caos
La cordura
La locura
La vida
El estar
Crecer...
Buscar...
Me adentré en mí cada día para después salir…
Me miré desde fuera para encontrar aquello que no conocía


Como quisiera encontrar esa puerta que se abre y no se cierra jamás…!!

Juan Manuel Álvarez Romero © 2012

silencio