miércoles, 25 de julio de 2012

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Foto de Arturo Carrasco Ruiz



escritorjuanmanuellvarezromero.blogspot.com/
LetrasTRL/ nº 48/2012/ julio/  
Improntas.‐
Ser, al fin y al cabo no es todo lo que importa... es lo que dejas como ser, lo que te queda de lo percibido, en este
intercambio nos hacemos y, hacemos que todo se convierta en un sólido cristal de colores.
Sentado, o de pie, —“no recuerdo bien”—, ante aquella inmensa montaña, blanca, impresionantemente alta. Mientras,
permanezco en el valle, rodeado de olivos, de granados y de un sol maravilloso.
Un camino de Ɵerra pasa cerca, el sonido de los grillos es permanente,  las horas desaparecen como por arte de magia.
Las palabras se hacen senƟr en mi interior, buscando las claves de esta belleza que sube desde el valle al cielo.
Queda cerca el cielo; más incluso que de la Ɵerra, los pies se elevan, la sensación de aíre entra en mí, esto a su vez hace
que respire al fin el aíre de la montaña… sumido en esta contemplación, me asombro, alzo una voz que solo yo escucho,
no hay nadie. Ahí abajo, en el valle, solo veo siluetas difusas de árboles, alguna casa, algún coche que pasa —sin pararse—
, quizás por casualidad. Nada queda en este lugar, solo silencios.
Ahora, aquí, ante esta ventana de luz opaca… que emite una luz permanente que atrae, atrapa, absorbe, hipnoƟza… en
ella permanezco como flotando en el espacio Ɵempo… las ideas siguen avanzando, pero no quedan escritas… —no sé que
me pasa—, desde aquí, la vida se ve de forma diferente a como la veo ahí abajo.
Esta luz cegadora sigue atrapando, —no solo a mí—, nadie permanece fuera, todos quedan dentro de casas iluminadas
tras esta luz… los libros desaparecen, las imágenes milenarias de las paredes se convierten en pixes… —las cuevas son
museos, los museos son virtuales—. Desde aquí veo mi silueta dibujada a contra luz, mirándome en la luz cegadora,
opaca; la niebla aparece fuera, en este nuevo día, no hay sol, la luz surge, pero desde pantallas, cuadradas, rectangulares,
ovales…
Al bajar y tocar la Ɵerra, me siento, y observo que las paredes me hablan, me cuentan aquello que no vi. Una luz de sol
que llega desde la ventana, me alumbra el escritorio y, trae el destello de los días.
Las letras están gastadas, — pienso—  ¡debo buscar otro teclado!. Las letras son imaginarias, o pertenecen a la memoria
intuiƟva de escribir, de recordar, salen en un sin fin de expresiones, con o sin senƟdos. Cuando vuelvo a la lectura de lo
escrito, me veo en las paredes silenciosas, mudas, pero llenas de recuerdos y sensaciones que quieren estar presente en
lo que sale a través de los dedos. Atrás dejé cientos de lienzos inconclusos, de páginas pendientes, sin terminar, de
vivencias que dejé pasar por el mero hecho de estar ante el papel en blanco, o de un lienzo al que nunca le veo el final…
—Los vacíos de voces que dejé atrás, llegan en forma de silencios—.
Aún así surgen las ideas, de forma abstracta o figuraƟvas, concisas.  Es como cuando te dejas llevar por un mero placer, al
que dejo fluir en palabras escritas; estas me guían en un recorrido sin fin. Otras busco una palabra, y comienzo a imaginar
su vida, su historia,   —me dejo llevar por ella—; ella me lleva por senderos,    me abre puertas a la imaginación. Las
palabras me suben al cielo, a las nubes, al igual que las letras imaginarias de mi teclado, borradas ya de tanto pasar mis
dedos sobre ellas, en ocasiones para escribir y en otras por el mero hecho de senƟrlas… mientras, pienso.
Del papel surgen   sensaciones espontáneas, de viajes, de rincones comunes o simplemente recuerdos, de llegadas y
parƟdas… de encuentros y desencuentros, de él salen las primeras ideas, de palabras que después se convierten en
historias, cuentos, poemas…
Con el papel es diferente,   surgen figuras, dibujos, colores, vida… es un contacto vital con la materia, con la esencia
misma… su olor, su blancura infinita…  del boli, el olor a Ɵnta… del lápiz, el olor a cedro… estos se mezclan con el lugar
donde estés y, de eso salen otras historias, otros apuntes diferentes… es como viajar en el Ɵempo. —Como cuando jugaba
con los lapiceros en las tardes después de clase—. Es un momento inƟmo, reconfortante, iluminado por el niño que
quedó dentro; pero también tesƟgo de lo que haces, en el momento mismo de transcribir las palabras que te salen ante
una puesta de sol, una idea, una reflexión… es el tesƟgo de tú Ɵempo, de las horas, de los días, de una existencia, de una
vida…
En ocasiones deseo fundirme en su piel, converƟrme en esa materia blanca y hacer que mis dedos se fundan a él a través
de un sin fin de palabras… sin final, atrapado en las letras, las palabras… en las sensaciones, en lo que he vivido, y hacer
que así, quede en un sólido cristal de colores.

Improntas.‐










LetrasTRL/ nº 48/2012/ julio/    
Improntas.‐
Ser, al fin y al cabo no es todo lo que importa... es lo que dejas como ser, lo que te queda de lo percibido, en este
intercambio nos hacemos y, hacemos que todo se convierta en un sólido cristal de colores.
Sentado, o de pie, —“no recuerdo bien”—, ante aquella inmensa montaña, blanca, impresionantemente alta. Mientras,
permanezco en el valle, rodeado de olivos, de granados y de un sol maravilloso.
Un camino de Ɵerra pasa cerca, el sonido de los grillos es permanente,  las horas desaparecen como por arte de magia.
Las palabras se hacen senƟr en mi interior, buscando las claves de esta belleza que sube desde el valle al cielo.
Queda cerca el cielo; más incluso que de la Ɵerra, los pies se elevan, la sensación de aíre entra en mí, esto a su vez hace
que respire al fin el aíre de la montaña… sumido en esta contemplación, me asombro, alzo una voz que solo yo escucho,
no hay nadie. Ahí abajo, en el valle, solo veo siluetas difusas de árboles, alguna casa, algún coche que pasa —sin pararse—
, quizás por casualidad. Nada queda en este lugar, solo silencios.
Ahora, aquí, ante esta ventana de luz opaca… que emite una luz permanente que atrae, atrapa, absorbe, hipnoƟza… en
ella permanezco como flotando en el espacio Ɵempo… las ideas siguen avanzando, pero no quedan escritas… —no sé que
me pasa—, desde aquí, la vida se ve de forma diferente a como la veo ahí abajo.
Esta luz cegadora sigue atrapando, —no solo a mí—, nadie permanece fuera, todos quedan dentro de casas iluminadas
tras esta luz… los libros desaparecen, las imágenes milenarias de las paredes se convierten en pixes… —las cuevas son
museos, los museos son virtuales—. Desde aquí veo mi silueta dibujada a contra luz, mirándome en la luz cegadora,
opaca; la niebla aparece fuera, en este nuevo día, no hay sol, la luz surge, pero desde pantallas, cuadradas, rectangulares,
ovales…
Al bajar y tocar la Ɵerra, me siento, y observo que las paredes me hablan, me cuentan aquello que no vi. Una luz de sol
que llega desde la ventana, me alumbra el escritorio y, trae el destello de los días.
Las letras están gastadas, — pienso—  ¡debo buscar otro teclado!. Las letras son imaginarias, o pertenecen a la memoria
intuiƟva de escribir, de recordar, salen en un sin fin de expresiones, con o sin senƟdos. Cuando vuelvo a la lectura de lo
escrito, me veo en las paredes silenciosas, mudas, pero llenas de recuerdos y sensaciones que quieren estar presente en
lo que sale a través de los dedos. Atrás dejé cientos de lienzos inconclusos, de páginas pendientes, sin terminar, de
vivencias que dejé pasar por el mero hecho de estar ante el papel en blanco, o de un lienzo al que nunca le veo el final…
—Los vacíos de voces que dejé atrás, llegan en forma de silencios—.
Aún así surgen las ideas, de forma abstracta o figuraƟvas, concisas.  Es como cuando te dejas llevar por un mero placer, al
que dejo fluir en palabras escritas; estas me guían en un recorrido sin fin. Otras busco una palabra, y comienzo a imaginar
su vida, su historia,   —me dejo llevar por ella—; ella me lleva por senderos,    me abre puertas a la imaginación. Las
palabras me suben al cielo, a las nubes, al igual que las letras imaginarias de mi teclado, borradas ya de tanto pasar mis
dedos sobre ellas, en ocasiones para escribir y en otras por el mero hecho de senƟrlas… mientras, pienso.
Del papel surgen   sensaciones espontáneas, de viajes, de rincones comunes o simplemente recuerdos, de llegadas y
parƟdas… de encuentros y desencuentros, de él salen las primeras ideas, de palabras que después se convierten en
historias, cuentos, poemas…
Con el papel es diferente,   surgen figuras, dibujos, colores, vida… es un contacto vital con la materia, con la esencia
misma… su olor, su blancura infinita…  del boli, el olor a Ɵnta… del lápiz, el olor a cedro… estos se mezclan con el lugar
donde estés y, de eso salen otras historias, otros apuntes diferentes… es como viajar en el Ɵempo. —Como cuando jugaba
con los lapiceros en las tardes después de clase—. Es un momento inƟmo, reconfortante, iluminado por el niño que
quedó dentro; pero también tesƟgo de lo que haces, en el momento mismo de transcribir las palabras que te salen ante
una puesta de sol, una idea, una reflexión… es el tesƟgo de tú Ɵempo, de las horas, de los días, de una existencia, de una
vida…
En ocasiones deseo fundirme en su piel, converƟrme en esa materia blanca y hacer que mis dedos se fundan a él a través
de un sin fin de palabras… sin final, atrapado en las letras, las palabras… en las sensaciones, en lo que he vivido, y hacer
que así, quede en un sólido cristal de colores.
2012 Juan Manuel Álvarez Romero

martes, 3 de julio de 2012















“Yo creo que hay que escribir cuando no damos más, cuando nos desespera eso que tenemos adentro y no sabemos lo que es, cuando la existencia se nos hace insoportable”

 Ernesto Sábato.




El culto al egoísmo, la motivación subyacente, el yo, tú, mío tuyo… 

Hoy miré la prensa diaria para ver que ocurría en el mundo,  después de casi quince días sin saber nada de él, solo el mundo de mi escritorio, mis duendes corriendo sobre la mesa, en las sombras…  Pero debo decir que al abrir la prensa, el impacto fue terrible. como poner la tv y escuchar las noticias... si te dejas llevar la vida se termina...

Estos pensamientos del primer momento, después del impacto, me llevaron a analizarme como, como escritor, como pintor y el mensaje estaba claro, todo lo que se hace es poco, si te despistas un poco descubres que te quedas atrás, que no vives en lo que ocurre día a día en el mundo. “Sí, se que alguien me dirá que sea más egoísta y que mire por mi, que no piense tanto en el mundo”  sé,  pero no puedo mirar a otro lado.

Los políticos están en propaganda electoral y debaten y debaten, mientras los problemas verdaderos crecen, el hambre continua,  y los pobres son cada vez más pobres… la conclusión siempre es la misma, el miedo… la mentira.

Al final los duendes caminan sobre todas las mesas, sobre todo las de los políticos, que solo miran su futuro como tal, imaginan su vida de falsas promesas, su chofer, sus amantes, su casas y, en como seguir mintiendo; ellos, los políticos, no saben que están manejados por el sistema y si lo saben miran para otro lado. Sus duendes los del sistema, están amaestrados para este fin, controlar el poder político y social “los duendes de la mentira” recorren mesas de despachos unas tras otras, creando una mentira tras otra… incluso en las mesas de los responsables de noticieros llegan muchos de estos duendes, diría que a casi todas.

La creatividad  llega a los rincones más insospechados, aliándose con aquellos que les den vía ancha; si lo analizamos bien, la mentira está dentro del arte como elemento creativo y, en manos indebidas crea miedo, desolación, pobreza, angustias. Es utilizada comúnmente como maestra de discursos políticos y propagandísticos. En el mundo del consumo está en todos los carteles y, en todos sus productos…

La creatividad aliada a la mentira es el arma más mortífera de todos los tiempos de la humanidad, utilizada desde tiempos inmemoriales, incluso antes del lenguaje y, como método de supervivencia es fundamental, de ahí el invento de la tortura.



Hoy veo cada vez más claro que somos engullidos aunque no se quiera, en toda esta idea falsa de vivir paralelo a todo, una vez entramos ya casi nunca se vuelve a salir como persona, como ser humano, me refiero a entrar en la red que marca y echa el sistema al individuo; el consumo, fomentar el individualismo, creando ese apego a aquello que le da sombra y, que una vez en esa sombra ya nada es importante, nada; generando el conformismo social. Pocos, y digo pocos son aquellos que dejan un pie al sol y otro en la sombra y, muchos menos, por no decir ninguno, prefieren quedarse al sol, ni siquiera los que dicen políticamente estar comprometidos con alguna causa.

Es duro el camino bajo el sol, es el drama de muchos continentes, países y comunidades enteras que viven bajo el duende de la mentira, bajo el duende sol, bajo el duende miedo, el duende hambre, el duende soledad y el duende miseria.

Las otras miserias humanas son muy peligrosas; estas otras están allí donde menos se pueden imaginar, da igual si quien las porta es rico o pobre, eso es lo de menos. Atacan desde cualquier bando.

El sentimiento humano es algo maravilloso, único, gentil, honesto, sublime cuando se encuentra, cuando no existe el duende de la mentira, del miedo… cuando las condiciones son buenas y, no se mezclan los intereses personales ni sociales.

Encontrar este estado, este lugar donde no existe la creatividad negativa es la tarea de toda una vida, de un camino entre sol y sombras que muchos seguimos en el empeño, sin buscar condiciones, pero que cada vez se vende más caro.

La solidaridad es algo que se va diluyendo lentamente en la cultura social, colectiva… el yo impera desde la escuela.  Cada vez son menos los que se sienten y son solidarios, por ello crecen hongos como la violencia de género etc.

Ya nadie cree en nadie, el duende de la mentira a llegado a ser parte de la sociedad, parte del día a día, a logrado que se mienta para todo, para buscar trabajo, para vender, para conquistar, para inventarse uno mismo en una sociedad en la que la persona está cada vez más sola, y en la que se debe reinventar en cada paso.

Mantenerse integro en esta sociedad es algo que a duras pena podemos llevar los que cargamos con ese peso, ser honesto, decir la verdad, ser uno mismo sin perjudicar a nadie se convierte en una tarea que cuesta mucho mantener… cada día más. Decir y mantener la verdad es algo que también es un arte, es creativa la verdad, sí, se debe reinventar a cada paso, porque la mentira busca continuamente el antídoto a la verdad y al final andamos reinventando continuamente tanto la verdad como la mentira; vivimos en una arquitectura que se a forjado sobre cimientos muy profundos construidos de escombros de viejos edificios difíciles de reconstruir. En estos escombros encontramos los desechos de edificios que se construyeron con materiales varios, políticos, sociales, mentiras, promesas, verdades. etc.… muy pocos están construidos con un solo elemento, la verdad.


¿Que nos ocurre? ¿Por qué dejamos que nos separen individualmente, cuando sabemos que como colectivo somos más y más poderosos que la gran mentira, el sistema?

Vuelvo a mi escritorio, a mis duendes, ellos me entienden como persona. Mantengo un pie fuera, porque creo que es fundamental, demos gracia a que estamos en otro lugar, que las victimas de la guerra no están entre nuestros seres queridos; me quedo en la reflexión de sentirme más humano cada día, de sentirme humano en su más amplio significado, sin sombras que no me dejen ver y en no dejar que nada impida que lo siga siendo. Esperando que no salgan más listas de victimas en ninguna parte del mundo porque eso significaría que no las hay.




 Juan Mnauel Álvarez Romero®2012

Edgar Borges presentará su literatura en Venezuela.
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El escritor caraqueño, residenciado en España, dice que el mundo padece una "sobredosis de realidad".



Ediciones En Huida



Después de cinco años, el autor residenciado en España realizará dos presentaciones en su país natal. Su nueva novela, "El hombre no mediático que leía a Peter Handke", será el centro de dos Foros. El sábado 14 de julio en la II Feria del Libro de Maracaibo, y el martes 17 en la librería Alejandría de Caracas. Con un Foro similar se encuentra recorriendo diversas ciudades españolas. El autor señala que "la ocasión será propicia para compartir su ficción con el pueblo venezolano, pues el país, al igual que el resto del planeta, con la fuerte diatriba política y económica, padece una sobredosis de realidad. Situación que amenaza con secuestrarnos la imaginación que es la vía con la cual cada ser humano confronta su noción de realidad".









(Barcelona, España). En los últimos cinco años, desde que fijara residencia en España, Edgar Borges (Caracas, 1966) ha desarrollado un importante trabajo literario que se podría resumir en libros, premios y elogios de la crítica. ¿Quién mató a mi madre? (Finalista del III Premio de Novela Ciudad Ducal de Loeches, Madrid, 2008); ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe? (Edición bilingüe, español−inglés, 2009); La contemplación (I Premio Internacional de Novela "Albert Camus" 2010); Crónicas de bar (2011) y El hombre no mediático que leía a Peter Handke (Beca de Residencia Centro de Arte La Rectoría, Barcelona, 2012). Varios de los relatos del venezolano han sido incluidos en antologías publicadas en México (Microdosis, Ciudad de México, 2011); Italia (Buena Letra, Roma 2012) y en estudios realizados en diversas universidades de Estados Unidos. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al italiano y al portugués. La narrativa de Edgar Borges ha originado críticas favorables de escritores como Antonio Gómez Rufo; Enrique Vila−Matas; Andreu Martín; Sandra Santana; Vicente Luis Mora y Vicente Huici, entre otros. En este tiempo, el venezolano ha prologado los libros de varios autores de las nuevas generaciones de las letras de España (Javier Farto, Salvador Moreno Valencia, Juan Manuel Álvarez Romero y Fausto Antonio Ramírez, entre otros). Como conferencista, el autor caraqueño se ha presentado en diversas ciudades de Europa, haciendo uso de una estilo interpretativo en el cual el conferencista se enfrenta a su otro yo como si del debate de dos opiniones de tratara.





El hombre no mediático que leía a Peter Handke llega a Venezuela con importantes elogios de la crítica de España. El escritor Salvador Moreno Valencia (Cádiz, 1961), quien se confiesa seguidor de la literatura del venezolano, señala que "el estilo de diario de El hombre no mediático me recuerda a Los detectives salvajes de Roberto Bolaño". Y se pregunta: "¿Estamos reflejados en este libro todos los que en solitario observamos ese mundo de los otros? ¿Estamos los que a modo de forenses diseccionamos el cuerpo de la soledad de los otros en posesión de la verdad?". Por su parte, el filósofo Ignacio Castro Rey (Santiago de Compostela, 1952) considera que "Esta obra transitará el camino de los clásicos". Y destaca la variedad de lecturas que ofrece la obra afirmando que "El proyecto de Edgar Borges, su investigación, como a Handke y a sus personajes, le obliga a estar en perpetuo movimiento, atravesando Puertas (así se llaman los capítulos), pasillos, umbrales, estancias. A veces el cansancio agudiza la percepción, la hace enfermiza y permite (en casa o en la calle) ver y oír otro sonido del mundo. Con frecuencia el libro toma la forma de un diario donde se anotan los segundos (7:32) precisamente porque el tiempo no pasa, o transcurre infinitamente lento en la espera de algo. Mientras tanto, nada parece ocurrir. ¿Qué ocurre cuando no pasa nada? ¿Qué es la vida cuando los segundos transcurren a cámara lenta y golpean las sienes? Esta es otra pregunta contemporánea que Edgar Borges modula en distintos registros".

Ahora, cinco años más tarde, el creador venezolano ofrecerá su literatura el sábado 14 de julio en la II Feria del Libro de Maracaibo, y el martes 17 en la librería Alejandría II del C.C. Paseo Las Mercedes, Caracas. Edgar Borges señala que "la ocasión es propicia para compartir su ficción con el pueblo venezolano, pues el país, al igual que el resto del planeta, con la fuerte diatriba política y económica, padece una sobredosis de realidad. Situación que amenaza con secuestrarnos la imaginación que es la vía con la cual cada ser humano confronta su noción de realidad".