Nómadas
Como quisiera que no
existieran las fronteras que hoy rigen el mundo, en silencio, sin darnos la
oportunidad de poder elegir libremente. Como quisiera que la libertad fuera
como esta música, que por unos instantes me hacen volar como esa hoja que cae
en otoño, segura de haber cumplido con su objetivo como ser. Como quisiera
saber la forma de borrar tantos horrores quebrantados en nombre de la paz, de
la libertad… como quisiera saberme en un mundo honesto, unido y libre…sin
mentiras, sin manipuladores. Como quisiera que la palabra libertad tuviese su
verdadero significado.
Inexorablemente.-
La conciencia.-
El
cerebro tiene diez mil millones, quizá cien mil millones de neuronas, y eso es
todo. Ni una sola neurona sabe quien eres ni le preocupa. Son demasiadas
estúpidas para esto. Por tanto, tiene que tratarse de una democracia, las
neuronas trabajan en equipo y compiten entre ellas sin que nadie se ocupe de
ello, porque nadie puede ocuparse de ello. Si todavía existe una teoría de la
conciencia con un jefe supremo, es una mala teoría.
Filósofo,
Daniel Dennett
La noche aparece de una forma diferente cada día. No, no es
absurdo, ni molesto tampoco… ―es doloroso― sé que cuesta entender, pero las cosas
quedan en un estado diferente, ya nada es igual; porque todo cambia, todo gira
rápido, y no da tiempo de ir asimilando lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos que
ser rápidos, como nuestros ancestros los cazadores recolectores, y si no eres
rápido y competitivo te quedas atrás, de una forma inexorable… al menos lo hacen
sentir así.
Busco pensamientos que calmen ese miedo —invisible— que
circula a mi alrededor, ―Deformación social―, totalmente inestable, que se
derrumba porque el ciudadano está ocupado en mantener sus pilares en pie,
sosteniendo lo poco que le queda con una mano mientras que con la otra intenta
salvar sus derechos; cuando estos pilares se derrumban, viene el caos de salir
nadando… porque si no lo haces te ahogas, inexorablemente. Esto pertenece a un
plan preestablecido por los diseñadores y arquitectos sociales; arquitectos con
menos escrúpulos que los mismísimos políticos, que ni siquiera saben que
quedarán en la historia como asesinos, y si lo saben, creen que están haciendo
un bien…
Las libertades que un día, parecían estar, ya no lo están,
los derechos que mantenía una sociedad sana, van desapareciendo… los proyectos
de futuro que mantenían a una sociedad mentalmente sana, también tienden a
desaparecer… como todo, resurgen nuevas fronteras, políticas, sociales, de
pensamientos, y de incertidumbre…
Sobrevivir a las realidades… porque ya se han convertido en
parte del día a día, quieras o no, estés en los medios, o no, tan solo con ir a
comprar el pan, ya vuelves a casa con una nueva visión del mundo diferente al
día anterior… uno se empeña en hacer del día un tiempo mágico y especial, lleno
de cosas nuevas para no sucumbir en el, inexorablemente.
Caminando por la ciudad, calles, plazas, como
si fuese un extranjero, en busca de lo que pueda recordar como parte de mí,
como parte de una huella de identidad...
Me identifico con el agua, porque fluye; fuentes, perfumes...
miradas... todo fluye a mi alrededor como si nada ocurriese... ―o quizás solo
sean mis pensamientos deseados―, o el deseo de los otros, ver que nada
ocurre... sabiendo, que ya no hay agua en las fuentes, que los jazmines se
secaron y que por lo tanto el aroma ya no existe más que en mi, como quizás no
ver la tristeza en las miradas, porque esas miradas de los otros no quieren que
sean vistas. De todas formas esta ficción me salva en estos recorridos...
en parte, llenos de momentos que sobreviven en estos sueños, porque de
todo sueño se despierta y termina sabiendo de la verdad, de la realidad… no se
puede huir.
Los silencios que me persiguieron durante un tiempo, quizás
para ser observador, quizás para entender, quizás para canalizar, quizás para
entenderme de una forma diferente, ya que todo cambia.
Todo puede ser maravilloso si lo construimos nosotros y no
el poder. Para hacer un mundo más humano.
Aun cambiando todo a mi alrededor, está mi conciencia;
intacta, junto a mis pensamientos intactos pero en evolución constante.
Esta, mi conciencia,
dice que no, continuamente me dice que no, que no hay que dejar que nadie tenga
derechos sobre los demás, de arrebatar conciencias, pensamientos, derechos, culturas
en nombre del capitalismo, en nombre del buen samaritano, de una crisis
inventada, provocada, solo para generar miedos, confusiones, culpables,
impunidades, caos... enriquecer más a los más ricos y empobrecer más a los más
pobres, generando al tiempo nuevos ricos y nuevos pobres; incluyendo sociedades
y, continentes... esto no tienen qué ser
inexorable.
Han surgido nuevos caminos a seguir, impuestos, y a esto mi
conciencia dice que no. Han surgido intentos de aplastar en nombre de un cambio
necesario, sabiendo que estos cambios traerían el caos. Todo cambia sí, pero no
de esta forma… cambiar el mundo para mejor, que tengamos alimentos para todos en el
planeta, para repartir las riquezas por igual, los derechos mejor repartidos
por el mundo… utilizar realmente las cartas de los derechos humanos, para que
no queden en papel mojado, ― en esta carta, si la leemos y la llevamos acabo,
está todo, todo para crear un mundo mejor― la igualdad entre seres humanos en
todos sus contectos… pero se adelantaron desde el fondo monetario
internacional, precisamente para que esto no ocurra, para que las riquezas
queden en manos de los ricos y nuevos ricos, para que siempre exista la
separación, para que las fronteras no se abran, ―tanto físicas como de
pensamientos―, para que la conciencia
del colectivo humano se desconcierte y genere caos y confusión… miedos,
incertidumbres… terror; para que esta conciencia no despierte del todo,
intentando apagar las voces que ya comenzaban
a ser escuchadas por el mundo como un mensaje de cambio en la humanidad
desde una perspectiva humana, y no capitalista y manipuladora…
Podemos cambiar el
mundo entre todos, sin necesidad de un sistema fascista, opresor y sin
escrúpulos… La historia se repite, a veces en forma de espiral, otras en forma
de círculo… algún día podremos caminar en línea recta
Juan Manuel Álvarez
Romero- escritor ® 4-8-2012