martes, 30 de septiembre de 2014

POR TUS PROPIAS HUELLAS



El regreso a un lugar
da igual cual
el quedarte o acampar en uno,
da igual
el saber que te quedas
añorando otros
y da igual cuales
son lejanos
no los conoces
sueñas con conocerlos todos
da igual cual de ellos
los llevas contigo
En las paradas te das cuenta que no puedes quedarte
te esperan en otro lugar
da igual cual
da igual
todos están bajo el cielo
todos te llevan al mismo lugar
caminar
y da igual por qué camino
montañas
ríos
senderos
da igual
estás contigo
están contigo
Cuando llegas los reconoces
y sientes que te esperan en otro lugar
los montes duros
del arco iris
de los ríos
por el mar profundo y lejano
del humano
de la ternura
del árbol
del cielo
de la hierba
del corazón
de la mujer
 del hombre
del niño
del anciano
que te  habla del mismo viento
por el bosque profundo
de tus propias huellas
Málaga ©2013

lunes, 29 de septiembre de 2014

El objetivo de la educación


 Noam Chomsky discute el objetivo de la educación, el impacto de la tecnología, y si la educación debe ser percibida como un costo o como una inversión, así como el valor de las evaluaciones estandarizadas.




http://youtu.be/AsZJxDsd1Q8

La tribu o el animal moralista









La tribu o el animal moralista

Quien pudiera pensar que el mundo no es lo que se ve. Quien diga que es lo que ve, se engaña. Las personas somos lo que deseamos ver, y si ves distinto, eres automáticamente excluido.

Tribu, Unión, reunión o forma en que los seres humanos se agrupan… (Ejemplo.-Las tres tribus de Roma, las doce hebreas etc…) Organismo multicelular.

El individuo.- Está sujeto a normas sociales que no le dejan estar solo, por lo tanto que no se engañe pensando en que podrá ser lo que quiere, pues automáticamente entra en el club de los excluidos y por lo tanto ya etiquetado por sus ideales u rebeldía hacia lo establecido. Parte unicelular de la gran tribu. (Las normas morales no son Universales)

Las normas morales.- Teniendo en cuanta los miedos que las personas tenemos a la interpretación de la biología de la mente, pues esta nos llevaría al Nihilismo moral… nada impide que el proceso amoral sin un dios de la selección natural desarrolle una especie social y con un cerebro bien compuesto de un alto sentido de lo moral.

En lo familiar.- En este caso la moral torna a un estado superior, en el que estar unido a la tribu social forma parte de la supervivencia innata. Se debe estar en cohesión con los demás componentes del grupo social para establecer intercambios mercantiles esenciales para la supervivencia del grupo genético (Familiar).

La tribu social.- Marca las normas para ser y lo que debe ser un componente más de la gran tribu.

La igualdad.- Concepto difícil de entender por muchos individuos de la tribu, pues requiere una alta nota del sentido de la moral. (Todos somos muy parecidos, pero no clones).

Las ideologías.- Formas de luchas entre dos tribus o dos individuos para ver quien tiene más razón.

El miedo.- Forma que tiene la gran tribu de incentivar al individuo al trabajo. “Configuración del individuo”.


LA PLÁSTICIDAD DE LA TRIBU.








LA PLÁSTICIDAD DE LA TRIBU.
“Configuración del individuo”. Forma que tiene la gran tribu de incentivar al individuo al trabajo. De convertirlo en un número.
El fuego transforma, destruye, da calor y luz pero también unifica, dispersa o evapora.
Somos parte de este proceso de esa plasticidad, por ello vemos como nuestro entorno varia casi a diario, las leyes, las protestas, la miseria, el hambre, las catástrofes, las guerras y en medio de todo eso nosotros mismos; con nuestros miedos, sin razones e inquietudes hacia un “sistema” que poco da a la comunidad, a la tribu.
Hablamos normalmente del sistema, como parte culpable del fracaso social, siempre le echamos la culpa de todo sin tener en cuenta o ignorando que el sistema somos nosotros mismos, nosotros dirigimos el sistema sin saberlo, fomentando con la aptitud de no hacer nada, desde nuestro silencio damos via libre y, por lo tanto se dan las cosas por hechas en muchos aspectos. Sí, es complejo y contradictorio si lo miramos desde el punto de vista del ciudadano feliz con su vida, con las necesidades cubiertas o, si miramos el caso inverso, la dejadez y el olvido por gran parte de la colectividad. El individuo debe trabajar para que el sistema le corresponda y a la vez para no tener que andar pensando en como mejorarlo.
Los que dirigen pues es así como les decimos y, damos riendas sueltas para que lo hagan, se frotan las manos, miran y miran y aplauden nuestro silencio, pues los que hablan y hablamos, dicen o decimos incluso gritan o gritamos, somos siempre minorías que no se les suele escuchar o simplemente nosotros mismos miramos para otro lado e ignoramos para no tener remordimientos.
Les dejamos libres para manejar sin una unidad la posibilidad de separar la tribu en partes para su mejor manejo.  Somos y formamos una unidad plástica, deformable, manejable y nueva mente formable, incluso evaporable para los que quieran hacer y deshacer a su antojo. “Somos lo que desean ver, ¿o deseamos ver? y si te ven distinto, eres automáticamente excluido”.
En la tribu los que hablan, piensa, reflexionan y se oponen al sistema es automáticamente excluido y no solo por el sistema si no por parte de la propia tribu que mira con recelo a aquel que piensa en la injusticia y vea y aclame la poca unidad de la tribu ¿Por el miedo a perder  privilegios y, la seguridad que les mantiene feliz?
Todos nos sentimos seguros y felices cuando tenemos suficientes reservas para el invierno, todos miramos y confiamos en quien nos provee de los frutos necesarios para no morir, pero eso lleva a un estado de desidia, egoísmo y olvido que para cuando queremos darnos cuenta estamos hundidos al igual que quien nos dirigía y nos proveía.
Es entonces cuando nos damos cuenta de que se debe cambiar, cambiar al dirigente o a los dirigentes de la tribu. El sistema.
Necesitamos sentirnos protegidos, un líder, alguien que nos cobije y dé alimentos; este ha sido y será mientras dure el error de la tribu a lo largo de su historia como tal.
El líder, surge a comienzo de la formación de las tribus, donde las diferencias estaban en quien guardaba más para el invierno, quien hacia mejores transiciones mercantiles y a la vez era capaz de organizar pequeños grupos para su beneficio, esto ha ido creciendo y generando normas y dogmas hasta nuestros días (Las religiones, ideologías, el consumismo, la imagen, la estética, los tabus). Y el mantener la mente del individuo distraída para su mejor manejo.
La antropología demuestra que el ser humano no fue siempre así, que en su día fue solidario con los demás sin esperar nada a cambio, compartir y entregar a partes iguales sus posiciones habilidades y reservas… fuese de la tribu que fuese, así nadie era diferente en términos sociales, pues cada uno aportaba a la tribu sus conocimientos, el artesano, el cazador, el recolector, etc… “La legitimidad del individuo está en dar sin esperar nada a cambio”
¿Que ocurrió?  
El individualismo, el egoísmo,  el ser insolidario hacia los demás y la poca atención a una utopia humana real, justa para todos, donde los derechos humanos sean correspondidos y hechos a la medida del individuo. Una seguridad social que cubra a todos en las necesidades fundamentales y por igual, dando igual donde viva o venga.
 A la propia tribu le gusta ver las diferencias sociales, pues esto implica reconocerse mejor que… sentirse mejor protegido y con la seguridad suficiente. Este egoísmo sigue y sigue, se palpa, dándole seguridad a si misma y de camino al sistema que ve en esto las herramientas fundamentales.
Me gustaría poder escuchar  “Bueno, estamos tan desencantados de que nos dirijan mal que parece que al final nos estamos dando cuenta que quizás es mejor hacerlo nosotros mismos, volver a ser solidarios y no ser más dirigidos por pulpos o sanguijuelas ni matones. Dirigir desde el mismo núcleo de la tribu. Ya no basta con estar bien protegidos y provistos de reservas y de calor, si no que más bien queremos organizarnos entre todos; esto ultimo es una utopia, que en realidad sería el camino correcto hacia una unidad de conciencia”. ¿Cómo? aun tenemos que aprender. Deberíamos mirar lo que está ocurriendo en Occidente para darnos cuenta que es posible, que unidos es la manera de cambiar en gran medida las cosas…
Vivimos en un momento histórico sin precedentes en muchos aspectos y tiempo, son muchas las voces que se están alzando y muchos los que se comprometen a un cambio real en la tribu. Esto es así, y siendo así aun se mira para otro lado por temor o desinterés; aun se tiene ese miedo a que vendrán y nos aplastarán…
 ¿Como podríamos emprender el camino sin perdernos…? bueno en realidad ya tomamos el camino, pero a la vista está que muy lentamente y torpemente.
El sistema nos estudia y nos planifica de formas variables para que en su momento reaccionemos como estaba previsto en sus planes, estos estudios y hechos son parte de un pensamiento que ya ha provocado no pocas guerras y desastres sobre la humanidad. Ser estudiados por grandes pensadores, a veces elegido por el mismo sistema. Sí, nos piensan y dirigen como seres y no como humanos, independientes e individualizados. La antropóloga Leisle White, venia a decir: “En vez de considerar al individuo como la causa primaria, como el primer motor, como el indicador y determinante del proceso de la cultura, hoy le vemos como una parte componente, y una parte diminuta y relativamente insignificante de vasto sistema sociocultural que abarca a innumerables individuos en cualquier momento, y se remonta también a su remoto pasado…
Ósea que debemos olvidarnos de la mente de una persona individual. Esto gracias a dios no ha tenido repercusión en el sistema… ¿o si?  
Juan Manuel Álvarez Romero © 14-2-2011

La gran tribu es visible, el sistema no.









La gran tribu es visible, el sistema no.

Quiero la bella manzana perfecta/ ¿Qué manzana? Una manzana que cabe en la palma de la mano/ ¿La que antes crecía en el paraíso?/ Sigue estando allí. (Paul Clade, El zapato raso)

El sistema está por encima de cualquier norma o legislación política y administrativa.
Trabaja veinticuatro horas, sin fronteras, sin horarios.
Es independiente de cualquier forma de territorio, de cualquier sistema económico, social, cultural y democrático.
Posee la mano que decide quien muere y quien no, quien trabaja y quien no, quien come y quien no.
La injusta división de las riquezas provoca que cada diez minutos muera una persona de hambre directa o de sus consecuencias.
Que cada cinco segundos muera un niño.
Que los pobres sean cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos.
Fomenta el tuyo y el mío.
La división de clases.
Tampoco tiene un rostro, lo que hace que sea más temible.
El sistema monopoliza y destruye cualquier iniciativa colectiva.
Humaniza los sistemas económicos destinados a las guerras y las barbaries.
Y podría seguir enumerando definiciones sobre él, pero prefiero resumir y decir que mata, mata las libertades, las luchas, el conocimiento, a niños y a un continente si es preciso.
Hablar de los actores que dan la cara, los políticos, es hablar de un espectáculo de marionetas. Seria ingenuo pensar en que tienen el poder de dirigir o tomar decisiones. Tienen el fin de distraer a la tribu, con problemas inventados, pensados para que la tribu tenga miedo, se paralice, se duerma o mire para el sitio predispuesto con efectos especiales incluidos “fuego real”
Los políticos están con el poder, pero no lo dirige.
Hablar del sistema es hablar de un discurso que no es nuevo y, no de las soluciones.
“El humanismo o cualquier escrúpulo moral no es posible en un mundo en el que reina la avidez, el deseo de poder y el cinismo más violento” Jean Zeigle
Para hablar de soluciones está claro que hay que soñar, soñar con un porvenir, con nuevos valores e integrar un sistema social nuevo. ¿En utopías?
Nadie habla de cambiar la economía mundial de la guerra por una economía global de desarrollo.
Construir nuestro propio pensamiento es una forma de luchar contra la manipulación y de cambiar una realidad que nos muestran  “quieren mostrarnos” como única.
Los artículos redactados y aprobados en la carta de las Naciones Unidas en 1948, que no es poco tiempo, es un texto lleno de soluciones por la cual deberíamos comenzar y tomarlos muy en serio, pues aún hoy no se a cumplido ninguno de los artículos expuesto y redactados en ella como leyes y máximas a cumplir, como por ejemplo que en 1974 la cooperación internacional se comprometiera ayudar con el 0´7 por ciento del producto interior bruto a erradicar la pobreza, la desigualdad y el hambre, a esto no le cambiaria ni una coma; y a demás de estar aprobado y firmado por todas las naciones, nadie se a acordado de llevar a la practica esta promesa que a demás es ley ¿pero que ocurre? nadie mira este texto en serio siendo como es un derecho y una obligación a cumplir por las mismas.
Para la tribu la parte que necesita que se cumpla estos derechos es un espejote la ineficacia que refleja el fracaso como colectivo, y nadie quiere mirar, ni escuchar, ni reconocer como parte de la gran tribu.
Art. 1.- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estás de razón y consciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
¿Nosotros mismos hemos caído en la desidia provocada por el mismo sistema para que nos cansemos y digamos que todo es papel mojado?
Y mientras los reclamantes son ignorados… nos convertimos todos, poco a poco en los  siguientes “nadie” del sistema.
Apoyamos al sistema con nuestro silencio. Le pedimos protección social, cultural, a la educación, protección civil a cambio de nuestro silencio o de hacer la vista gorda a todo lo que nos rodea. Esto que pedimos son derechos, y sin embargo estamos pagando por ellos.
Nos dejamos oprimir lentamente, dejando que asesinen los derechos sociales adquiridos durante años y a costa de esfuerzos logrados durante décadas y generaciones de muchos individuos, luchas de mejoras sociales y laborales conseguidas en su mayoría con sangre y que ahora dejamos que nos las arrebaten…
Nos permitimos mostrar nuestros miedos al sistema, miedo a sus propios matones mandados para que la tribu se mantenga obediente; como por ejemplo, el miedo a perder el trabajo, y peor aun, miedo a no encontrarlo. Dándole la posibilidad de usarlo en nuestra contra arrebatando con ello la libertad del individuo a poder elegir y dirigir su propia vida.
Queremos seguir siendo los previlegiados de un sistema que se desborona con nosotros dentro. En una economía estrictamente comercial en la que nosotros mismos somos mercancías, y que por otro lado, estamos siendo lentamente y sigilosamente expulsado a la cuneta como mercancía que ya no es necesaria.
En definitiva hemos conseguido el no tener derechos para defendernos, dejando tan solo el derecho a obedecer.
Juan Manuel Álvarez Romero








La mirada del otro.-

Me pregunto a diario en que consiste aquello que queda en la agonía de los estados, como pueden seguir en el mismo encuadre de mantenimiento de lo establecido y que sigamos con ello las mismas directrices sociales, derecha e izquierda, y que la única variante sea la extrema posición de ambas. Como es posible que aún surjan las ideas de siempre lo pasado es mejor… cosa que al levantarnos cada mañana hacemos, construir futuro y continuamente dejamos el pasado, —hecho—.

Me pregunto cada mañana como seguimos generando o participando del miedo creado, y del miedo a lo que se nos avecina sin tomar la decisión de decir — ¡basta de teatro, basta de falsa! —

Me pregunto cada mañana como escuchamos las mentiras que los actores representan en un esfuerzo por parecer que dicen la verdad. Y como intentamos hacer el esfuerzo de seguir creyendo en esas palabras que son escritas desde una mesa de hotel, sin sentir, por alguien que escribe guiones, que escribe para que otro diga y finja que cree en lo que dice, y de esa forma hacernos creer que podemos creer.

Cuando encuentro mis respuestas y miro hacía adelante y veo que el día está gris, que el sol se oculta tras las nubes, que la noche se aproxima sin previo aviso, que las miradas que se cruzan conmigo fingen ser o vienen de, sin un camino definido, con sombras en los ojos, con más preguntas que respuestas; vuelvo a preguntarme cada vez, porqué seguimos en la creencia de que los actores nos cuentan la verdad.

Cuando salgo y hablo con el mundo, éste me responden con más preguntas que respuestas y, siempre desde un miedo que induce a más dudas y a su vez a más miedo… muchos han escrito ya sobre la espiral, sobre la edad media… sobre todas las guerras, todos hemos visto también como la historia nos enseñó a ver el presente desde las referencias tanto escritas como transmitidas por generaciones y que avisaban de que el camino no era el correcto. Pero aún así hemos seguido permitiendo y conservando los valores que rigen el estamento social, desde sus directrices y fronterizaciones tanto físicas como sociales y, sin ningún tipo de pudor, sin miras al futuro,  — ¡vive el presente que el futuro dios dirá!, nos dicen— bajo ese criterio nos fuimos olvidando del futuro, que no es otro que el hoy.

Las libertades y derechos que se fueron creando a base de esfuerzos, sangre, sudor y de no pocas victimas, se desvanecen hoy.

Los delirios de poder se alzan con banderas claras de derrumbar en vez de construir. Cuando esto ocurre siempre hay quien viene a destruir los avances sociales que tanto cuestan.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Paseo de Otoño

Ha comenzado una fina lluvia, con diferentes tonos, con numerosas formas de nubes, que desde el sofá puedo ver como se transforman en miles de ideas, ideas en formas de rostros, de conexiones con los recuerdos que pasan ante estas imágenes y colores… haciendo de la imaginación un mundo lleno de nostalgias y maravillosos recuerdos… 

Con las primeras horas del día, pongo el café, organizo mi plan de trabajo, y me vuelvo a la cama. Espero un par de horas más para levantarme, después de reflexionar sobre lo que no quisiera hacer, sobre lo que no quiero para el día.

Después la ducha, los dientes… un repaso para la barba, y salgo fuera, como un loco… a ver que me encuentro en este día maravilloso, soleado de momento, pero amenazante de nubes que traen agua de seguro… decido no coger el paraguas, pero si ponerme mangas largas, el día anda fresco… recorro las mismas calles a diario, pero sin un sentido lógico… busco alguna cara conocida para  asegurarme una charla aunque sea momentánea en algún café… otras busco solo rostros para ver que me dicen…

Es curioso, hace tiempo memorizaba las matriculas de los coches como algo que no podía controlar. Ahora miro rostros… acuden a mi, no lo hago queriendo. Sospecho que son manías; costumbres absurdas que me persiguen desde siempre… como cuando era pequeño morderme la uñas.

Camino, sigo calle abajo, miro los escaparates de ropa como si realmente me interesaran, y la verdad es que me va haciendo falta comprarme alguna, aunque puedo esperar…

Continuo, la calle está empinada y voy en pendiente hacia abajo y, pienso como será subir después, y en mis pensamientos me digo que debo dejar de fumar.

Continuo, paso por la puerta de correos, entro, y me pongo en la cola, tengo el 86 y va por 58… el señor que va delante lleva un impermeable con olor a naftalina. Delante de él una joven preciosa que va en mangas cortas… contrastes.

Después al cabo de unos minutos le pido al señor de la gabardina con olor a naftalina que me guarde el sitio, que salgo a fumarme un cigarrillo y tardo unos minutos… miradas.

La joven me mira de reojo, como a un bicho raro, será por lo de fumar… espero, de todas formas me da igual, no pensaba en ella cuando llegué, y no creo que piense después… salgo.

Fuera hace frío, pero no frío de invierno crudo, es por el contraste entre el adentro y el afuera… pienso.
Cuando termino mi cigarrillo entro y busco al señor de la gabardina, no está… la joven me mira y dice que se marchó al servicio.

Me mira de arriba abajo, como oliéndome, después se vuelve y me ignora… me remango, y miro al techo abovedado con una enorme lámpara en el centro imitando a una araña de cristal… posiblemente por su antigüedad sea de bohemia auténtica… pero prosigo con la mirada hacia el techo y mi escrutinio de observador, entre arcada y arcada de la bóveda hay unas ventanitas por donde entra toda la luz existente en el salón donde esperamos, entro, cierro los ojos para fijar mejor la vista,  la luz me ciega en parte… el sol casi está tapado por las nubes, aún da fuerte…  quizás sea parte del efecto deseado… ―no mires al techo, me decía el profesor cuando era pequeño―, mientras me daba con la regleta en la frente… después iba con la marca a casa y comenzaba a explicar lo ocurrido… el profesor debía tener razón, un profesor no pega a sí porque si, decía mi madre y después mi padre… y todo eso después de haber pasado por el calvario de risas de mis compañeros de clase en el recreo y en la calle… decido mirar al frente para descubrir que el señor de gabardina con olor a naftalina estaba ya en su sitio…

Llevo casi una hora en esta maldita cola. En la ventanilla parece que todo el mundo tiene problemas para recoger sus paquetes o cartas… me duelen las piernas, debí coger el paraguas, ahora me serviría de bastón, eso o busco un asiento, ―miro―. Sí, veo un asiento libre, le indico al señor de la gabardina con olor a naftalina que quiero sentarme… todo con gestos, y con gestos de las cejas el señor de la gabardina con olor a naftalina me indica que de acuerdo… me marcho en busca del asiento…me siento.

Me hundo en el asiento de goma espuma y skay… respiro aliviado. La joven vuelve a mirarme como un bicho raro… le hago un gesto de alivio y se vuelve hacia otro lado…  Me miro las manos. No se en qué pensar… miro de nuevo a la ventanilla… una señora muy gorda está apoyada con cara de no muchos amigos en el mostrador de recogidas… mira al señor que está detrás del mostrador con cara de acecina… el señor que está detrás del mostrador solo mira la pantalla del ordenador… sonrío e imagino que está jugando a algún juego, mientras nosotros los mortales estamos aquí, perdiendo nuestra mañana… nadie dice nada, todo el mundo calla, nadie habla con nadie, todos venimos solos, y solos nos iremos, ―pienso―.

Esto es una locura, me duele el culo de estar sentado, el asiento se hundió tanto que llegó hasta las traviesas…   ahora casi no puedo levantarme, necesito un apoyo para salir de aquí… una mano amiga, mis piernas están débiles, la edad quizás, no se.

Miro al señor de gabardina con olor a naftalina, con la mirada le explico la situación… él me mira, la joven me mira, ellos entre sí se miran, y de pronto surge una gran carcajada general, no solo de mis predecesores… no, sino de toda la sala, la señora gruesa incluida. Incluso el señor del ordenador detrás del mostrador se incorpora para mirar con la cabeza fuera de la ventanilla… La señora apoya sus manos sobre las rodillas y suelta unas carcajadas tan sonoras que siento temblar el suelo bajo mis pies, que el asiento se trasporta por el suelo esmeradamente pulido de mármol. De pronto recuerdo la regleta del profesor en la frente. Las risas de mis compañeros de clase, las explicaciones de mis padres… todas las humillaciones de mi vida pasan por mi cabeza.
Inclino mi cabeza avergonzado, después ante tantas risas mis nervios se alteran y de un salto salgo de aquella engorrosa situación. De pronto todos callan y miran hacia otro lado. Dejo de existir… Vuelvo a mi sitio con toda la dignidad posible, pero rojo como un tomate, me arde la cara. El señor de la gabardina con olor a naftalina me mira con cara de comprensión… y rápidamente se gira hacia la joven que sigue mirándome como diciendo, ¿ves, si no fumaras?... y de inmediato se gira hacia adelante.

No me percaté de los señores que estaban delante de la joven, parecía un matrimonio, al menos sus miradas de complicidad les delataba, o delataba una relación intima… eso se nota.

Después de varias horas; ―pudieron ser tres―, llegué a la ventanilla, al fin tenía delante al delincuente oficinista, dudaba si en la pantalla tenía lo que realmente parecía o simulaba tener, o quizás fuese un juego… no sé, en esos momentos me daba igual… solo quería resolver para salir cuanto antes de allí…

Con cara de estúpido me preguntó que era lo que me traía por aquellos lugares… con párpados caídos, intentando transmitir calma, cuando en su mundo interior debía ocurrir cosas espantosas, ―pensé―, en su boca caída se notaban manchas blancas de saliva, eso lleva a que tomaba tranquilizantes… es una huella indudable de ello, conozco esos síntomas.

La nariz roja de bebedor solitario…venas rojas en el interior de sus ojos, avisaban de su mala salud… no le dije nada, y menos cuando observé que realmente el no me miró, él miraba a la lámpara siempre que me preguntaba ― bueno las dos veces―, una cuando llegué y la otra cuando le entregué el papel de recogida postal… una vez realizado esto, ya no volvió a preguntarme nada, se limitó a mirar la pantalla, pasar el código de barras por la franja de luz roja y teclear no se qué… que le llevó tanto rato que mis piernas comenzaron a flaquear ante aquella odiada ventanilla y, aquel odiado funcionario.

Cuando al fin logré salir de aquél lugar ya tomé la decisión de evitarlo lo más posible; no más cartas certificadas, no más compras por correos, no más correos que tenga que recoger o enviar...punto.

La vuelta a casa fue sin embargo fue  placentera,  tranquila, sin ningún contratiempo… caminé despacio, respirando hondo, hasta llegar al mismo lugar de partida, mi hogar. Hice café, me senté puse a Chuck Berry “Live at the Roxy” y aspiré un maravilloso cigarrillo, mientras colocaba mis pies en alto.