Noam Chomsky discute el objetivo de la educación, el impacto de la tecnología, y si la educación debe ser percibida como un costo o como una inversión, así como el valor de las evaluaciones estandarizadas.
lunes, 29 de septiembre de 2014
El objetivo de la educación
Noam Chomsky discute el objetivo de la educación, el impacto de la tecnología, y si la educación debe ser percibida como un costo o como una inversión, así como el valor de las evaluaciones estandarizadas.
La tribu o el animal moralista
La tribu o el animal
moralista
Quien pudiera pensar
que el mundo no es lo que se ve. Quien diga que es lo que ve, se engaña. Las
personas somos lo que deseamos ver, y si ves distinto, eres automáticamente
excluido.
Tribu, Unión,
reunión o forma en que los seres humanos se agrupan… (Ejemplo.-Las tres tribus
de Roma, las doce hebreas etc…) Organismo multicelular.
El individuo.- Está
sujeto a normas sociales que no le dejan estar solo, por lo tanto que no se
engañe pensando en que podrá ser lo que quiere, pues automáticamente entra en
el club de los excluidos y por lo tanto ya etiquetado por sus ideales u
rebeldía hacia lo establecido. Parte unicelular de la gran tribu. (Las normas
morales no son Universales)
Las normas morales.- Teniendo
en cuanta los miedos que las personas tenemos a la interpretación de la
biología de la mente, pues esta nos llevaría al Nihilismo moral… nada impide
que el proceso amoral sin un dios de la selección natural desarrolle una
especie social y con un cerebro bien compuesto de un alto sentido de lo moral.
En lo familiar.- En
este caso la moral torna a un estado superior, en el que estar unido a la tribu social forma parte de la
supervivencia innata. Se debe estar en cohesión con los demás componentes del
grupo social para establecer intercambios mercantiles esenciales para la
supervivencia del grupo genético (Familiar).
La tribu social.- Marca
las normas para ser y lo que debe ser un componente más de la gran tribu.
La igualdad.- Concepto
difícil de entender por muchos individuos de la tribu, pues requiere una alta
nota del sentido de la moral. (Todos somos muy parecidos, pero no clones).
Las ideologías.- Formas
de luchas entre dos tribus o dos individuos para ver quien tiene más razón.
El miedo.- Forma
que tiene la gran tribu de incentivar al individuo al trabajo. “Configuración
del individuo”.
LA PLÁSTICIDAD DE LA TRIBU.
LA PLÁSTICIDAD DE LA TRIBU.
“Configuración
del individuo”. Forma que tiene la gran tribu de incentivar al individuo al
trabajo. De convertirlo en un número.
El fuego transforma, destruye, da
calor y luz pero también unifica, dispersa o evapora.
Somos parte de este proceso de esa plasticidad, por ello vemos como nuestro
entorno varia casi a diario, las leyes, las protestas, la miseria, el hambre,
las catástrofes, las guerras y en medio de todo eso nosotros mismos; con
nuestros miedos, sin razones e inquietudes hacia un “sistema” que poco da a la
comunidad, a la tribu.
Hablamos normalmente del sistema, como parte culpable del fracaso social,
siempre le echamos la culpa de todo sin tener en cuenta o ignorando que el
sistema somos nosotros mismos, nosotros dirigimos el sistema sin saberlo, fomentando
con la aptitud de no hacer nada, desde nuestro silencio damos via libre y, por
lo tanto se dan las cosas por hechas en muchos aspectos. Sí, es complejo y
contradictorio si lo miramos desde el punto de vista del ciudadano feliz con su
vida, con las necesidades cubiertas o, si miramos el caso inverso, la dejadez y
el olvido por gran parte de la colectividad. El individuo debe trabajar para
que el sistema le corresponda y a la vez para no tener que andar pensando en como
mejorarlo.
Los que dirigen pues es así como les decimos y, damos riendas sueltas para
que lo hagan, se frotan las manos, miran y miran y aplauden nuestro silencio,
pues los que hablan y hablamos, dicen o decimos incluso gritan o gritamos,
somos siempre minorías que no se les suele escuchar o simplemente nosotros
mismos miramos para otro lado e ignoramos para no tener remordimientos.
Les dejamos libres para manejar sin una unidad la posibilidad de separar la
tribu en partes para su mejor manejo. Somos
y formamos una unidad plástica, deformable, manejable y nueva mente formable,
incluso evaporable para los que quieran hacer y deshacer a su antojo. “Somos lo que
desean ver, ¿o deseamos ver? y si te ven distinto, eres automáticamente
excluido”.
En la tribu los que hablan, piensa, reflexionan y se oponen al sistema es
automáticamente excluido y no solo por el sistema si no por parte de la propia
tribu que mira con recelo a aquel que piensa en la injusticia y vea y aclame la
poca unidad de la tribu ¿Por el miedo a perder privilegios y, la seguridad que les mantiene
feliz?
Todos nos sentimos seguros y felices cuando tenemos suficientes reservas
para el invierno, todos miramos y confiamos en quien nos provee de los frutos
necesarios para no morir, pero eso lleva a un estado de desidia, egoísmo y
olvido que para cuando queremos darnos cuenta estamos hundidos al igual que
quien nos dirigía y nos proveía.
Es entonces cuando nos damos cuenta de que se debe cambiar, cambiar al
dirigente o a los dirigentes de la tribu. El sistema.
Necesitamos sentirnos protegidos, un líder, alguien que nos cobije y dé
alimentos; este ha sido y será mientras dure el error de la tribu a lo largo de
su historia como tal.
El líder, surge a comienzo de la formación de las tribus, donde las
diferencias estaban en quien guardaba más para el invierno, quien hacia mejores
transiciones mercantiles y a la vez era capaz de organizar pequeños grupos para
su beneficio, esto ha ido creciendo y generando normas y dogmas hasta nuestros
días (Las religiones, ideologías, el consumismo, la imagen, la estética, los
tabus). Y el mantener la mente del individuo distraída para su mejor manejo.
La antropología demuestra que el ser humano no fue siempre así, que en su
día fue solidario con los demás sin esperar nada a cambio, compartir y entregar
a partes iguales sus posiciones habilidades y reservas… fuese de la tribu que
fuese, así nadie era diferente en términos sociales, pues cada uno aportaba a
la tribu sus conocimientos, el artesano, el cazador, el recolector, etc… “La
legitimidad del individuo está en dar sin esperar nada a cambio”
¿Que ocurrió?
El individualismo, el egoísmo, el
ser insolidario hacia los demás y la poca atención a una utopia humana real,
justa para todos, donde los derechos humanos sean correspondidos y hechos a la
medida del individuo. Una seguridad social que cubra a todos en las necesidades
fundamentales y por igual, dando igual donde viva o venga.
A la propia tribu le gusta ver las
diferencias sociales, pues esto implica reconocerse mejor que… sentirse mejor protegido
y con la seguridad suficiente. Este egoísmo sigue y sigue, se palpa, dándole
seguridad a si misma y de camino al sistema que ve en esto las herramientas
fundamentales.
Me gustaría poder escuchar “Bueno,
estamos tan desencantados de que nos dirijan mal que parece que al final nos
estamos dando cuenta que quizás es mejor hacerlo nosotros mismos, volver a ser
solidarios y no ser más dirigidos por pulpos o sanguijuelas ni matones. Dirigir
desde el mismo núcleo de la tribu. Ya no basta con estar bien protegidos y provistos
de reservas y de calor, si no que más bien queremos organizarnos entre todos;
esto ultimo es una utopia, que en realidad sería el camino correcto hacia una
unidad de conciencia”. ¿Cómo? aun tenemos que aprender. Deberíamos mirar lo que
está ocurriendo en Occidente para darnos cuenta que es posible, que unidos es
la manera de cambiar en gran medida las cosas…
Vivimos en un momento histórico sin precedentes en muchos aspectos y tiempo,
son muchas las voces que se están alzando y muchos los que se comprometen a un
cambio real en la tribu. Esto es así, y siendo así aun se mira para otro lado
por temor o desinterés; aun se tiene ese miedo a que vendrán y nos aplastarán…
¿Como podríamos emprender el camino
sin perdernos…? bueno en realidad ya tomamos el camino, pero a la vista está
que muy lentamente y torpemente.
El sistema nos estudia y nos planifica de formas variables para que en su
momento reaccionemos como estaba previsto en sus planes, estos estudios y hechos
son parte de un pensamiento que ya ha provocado no pocas guerras y desastres
sobre la humanidad. Ser estudiados por grandes pensadores, a veces elegido por
el mismo sistema. Sí, nos piensan y dirigen como seres y no como humanos,
independientes e individualizados. La antropóloga Leisle White, venia a decir:
“En vez de considerar al individuo como
la causa primaria, como el primer motor, como el indicador y determinante del
proceso de la cultura, hoy le vemos como una parte componente, y una parte diminuta
y relativamente insignificante de vasto sistema sociocultural que abarca a
innumerables individuos en cualquier momento, y se remonta también a su remoto
pasado…”
Ósea que debemos olvidarnos de la mente de una persona individual. Esto
gracias a dios no ha tenido repercusión en el sistema… ¿o si?
Juan Manuel Álvarez Romero © 14-2-2011
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sociología y antropología
La gran tribu es visible, el sistema no.
La gran tribu es visible, el sistema no.
Quiero la bella manzana perfecta/ ¿Qué
manzana? Una manzana que cabe en la palma de la mano/ ¿La que antes crecía en
el paraíso?/ Sigue estando allí. (Paul Clade, El zapato raso)
El sistema está
por encima de cualquier norma o legislación política y administrativa.
Trabaja
veinticuatro horas, sin fronteras, sin horarios.
Es independiente
de cualquier forma de territorio, de cualquier sistema económico, social, cultural
y democrático.
Posee la mano
que decide quien muere y quien no, quien trabaja y quien no, quien come y quien
no.
La injusta
división de las riquezas provoca que cada diez minutos muera una persona de
hambre directa o de sus consecuencias.
Que cada cinco
segundos muera un niño.
Que los pobres
sean cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos.
Fomenta el tuyo
y el mío.
La división de
clases.
Tampoco tiene un
rostro, lo que hace que sea más temible.
El sistema
monopoliza y destruye cualquier iniciativa colectiva.
Humaniza los
sistemas económicos destinados a las guerras y las barbaries.
Y podría seguir
enumerando definiciones sobre él, pero prefiero resumir y decir que mata, mata
las libertades, las luchas, el conocimiento, a niños y a un continente si es
preciso.
Hablar de los
actores que dan la cara, los políticos, es hablar de un espectáculo de marionetas.
Seria ingenuo pensar en que tienen el poder de dirigir o tomar decisiones. Tienen
el fin de distraer a la tribu, con problemas inventados, pensados para que la
tribu tenga miedo, se paralice, se duerma o mire para el sitio predispuesto con
efectos especiales incluidos “fuego real”
Los políticos
están con el poder, pero no lo dirige.
Hablar del
sistema es hablar de un discurso que no es nuevo y, no de las soluciones.
“El humanismo o cualquier escrúpulo
moral no es posible en un mundo en el que reina la avidez, el deseo de poder y
el cinismo más violento” Jean Zeigle
Para hablar de soluciones
está claro que hay que soñar, soñar con un porvenir, con nuevos valores e integrar
un sistema social nuevo. ¿En utopías?
Nadie habla de
cambiar la economía mundial de la guerra por una economía global de desarrollo.
Construir
nuestro propio pensamiento es una forma de luchar contra la manipulación y de cambiar
una realidad que nos muestran “quieren mostrarnos”
como única.
Los artículos
redactados y aprobados en la carta de las Naciones Unidas en 1948, que no es
poco tiempo, es un texto lleno de soluciones por la cual deberíamos comenzar y
tomarlos muy en serio, pues aún hoy no se a cumplido ninguno de los artículos expuesto
y redactados en ella como leyes y máximas a cumplir, como por ejemplo que en
1974 la cooperación internacional se comprometiera ayudar con el 0´7 por ciento
del producto interior bruto a erradicar la pobreza, la desigualdad y el hambre,
a esto no le cambiaria ni una coma; y a demás de estar aprobado y firmado por
todas las naciones, nadie se a acordado de llevar a la practica esta promesa
que a demás es ley ¿pero que ocurre? nadie mira este texto en serio siendo como
es un derecho y una obligación a cumplir por las mismas.
Para la tribu la
parte que necesita que se cumpla estos derechos es un espejote la ineficacia
que refleja el fracaso como colectivo, y nadie quiere mirar, ni escuchar, ni
reconocer como parte de la gran tribu.
Art. 1.- Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estás de razón y
consciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
¿Nosotros mismos
hemos caído en la desidia provocada por el mismo sistema para que nos cansemos
y digamos que todo es papel mojado?
Y mientras los reclamantes
son ignorados… nos convertimos todos, poco a poco en los siguientes “nadie” del sistema.
Apoyamos al
sistema con nuestro silencio. Le pedimos protección social, cultural, a la
educación, protección civil a cambio de nuestro silencio o de hacer la vista
gorda a todo lo que nos rodea. Esto que pedimos son derechos, y sin embargo
estamos pagando por ellos.
Nos dejamos
oprimir lentamente, dejando que asesinen los derechos sociales adquiridos
durante años y a costa de esfuerzos logrados durante décadas y generaciones de
muchos individuos, luchas de mejoras sociales y laborales conseguidas en su
mayoría con sangre y que ahora dejamos que nos las arrebaten…
Nos permitimos
mostrar nuestros miedos al sistema, miedo a sus propios matones mandados para
que la tribu se mantenga obediente; como por ejemplo, el miedo a perder el
trabajo, y peor aun, miedo a no encontrarlo. Dándole la posibilidad de usarlo
en nuestra contra arrebatando con ello la libertad del individuo a poder elegir
y dirigir su propia vida.
Queremos seguir
siendo los previlegiados de un sistema que se desborona con nosotros dentro. En
una economía estrictamente comercial en la que nosotros mismos somos
mercancías, y que por otro lado, estamos siendo lentamente y sigilosamente
expulsado a la cuneta como mercancía que ya no es necesaria.
En definitiva
hemos conseguido el no tener derechos para defendernos, dejando tan solo el
derecho a obedecer.
Juan Manuel
Álvarez Romero
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sociología y antropología
La mirada del otro.-
Me pregunto a diario en que consiste aquello que queda en la
agonía de los estados, como pueden seguir en el mismo encuadre de mantenimiento
de lo establecido y que sigamos con ello las mismas directrices sociales,
derecha e izquierda, y que la única variante sea la extrema posición de ambas.
Como es posible que aún surjan las ideas de siempre lo pasado es mejor… cosa
que al levantarnos cada mañana hacemos, construir futuro y continuamente
dejamos el pasado, —hecho—.
Me pregunto cada mañana como seguimos generando o
participando del miedo creado, y del miedo a lo que se nos avecina sin tomar la
decisión de decir — ¡basta de teatro, basta de falsa! —
Me pregunto cada mañana como escuchamos las mentiras que los
actores representan en un esfuerzo por parecer que dicen la verdad. Y como
intentamos hacer el esfuerzo de seguir creyendo en esas palabras que son
escritas desde una mesa de hotel, sin sentir, por alguien que escribe guiones,
que escribe para que otro diga y finja que cree en lo que dice, y de esa forma
hacernos creer que podemos creer.
Cuando encuentro mis respuestas y miro hacía adelante y veo
que el día está gris, que el sol se oculta tras las nubes, que la noche se
aproxima sin previo aviso, que las miradas que se cruzan conmigo fingen ser o
vienen de, sin un camino definido, con sombras en los ojos, con más preguntas
que respuestas; vuelvo a preguntarme cada vez, porqué seguimos en la creencia
de que los actores nos cuentan la verdad.
Cuando salgo y hablo con el mundo, éste me responden con más
preguntas que respuestas y, siempre desde un miedo que induce a más dudas y a
su vez a más miedo… muchos han escrito ya sobre la espiral, sobre la edad media…
sobre todas las guerras, todos hemos visto también como la historia nos enseñó
a ver el presente desde las referencias tanto escritas como transmitidas por
generaciones y que avisaban de que el camino no era el correcto. Pero aún así
hemos seguido permitiendo y conservando los valores que rigen el estamento
social, desde sus directrices y fronterizaciones tanto físicas como sociales y,
sin ningún tipo de pudor, sin miras al futuro, — ¡vive el presente que el futuro dios dirá!,
nos dicen— bajo ese criterio nos fuimos olvidando del futuro, que no es otro
que el hoy.
Las libertades y derechos que se fueron creando a base de
esfuerzos, sangre, sudor y de no pocas victimas, se desvanecen hoy.
Los delirios de poder se alzan con banderas claras de
derrumbar en vez de construir. Cuando esto ocurre siempre hay quien viene a
destruir los avances sociales que tanto cuestan.
domingo, 28 de septiembre de 2014
Paseo de Otoño
Ha comenzado una fina lluvia, con
diferentes tonos, con numerosas formas de nubes, que desde el sofá puedo ver
como se transforman en miles de ideas, ideas en formas de rostros, de
conexiones con los recuerdos que pasan ante estas imágenes y colores… haciendo de
la imaginación un mundo lleno de nostalgias y maravillosos recuerdos…
Con las primeras horas
del día, pongo el café, organizo mi plan de trabajo, y me vuelvo a la cama. Espero
un par de horas más para levantarme, después de reflexionar sobre lo que no
quisiera hacer, sobre lo que no quiero para el día.
Después la ducha, los dientes… un
repaso para la barba, y salgo fuera, como un loco… a ver que me encuentro en este
día maravilloso, soleado de momento, pero amenazante de nubes que traen agua de
seguro… decido no coger el paraguas, pero si ponerme mangas largas, el día anda
fresco… recorro las mismas calles a diario, pero sin un sentido lógico… busco
alguna cara conocida para asegurarme una
charla aunque sea momentánea en algún café… otras busco solo rostros para ver
que me dicen…
Es curioso, hace tiempo
memorizaba las matriculas de los coches como algo que no podía controlar. Ahora
miro rostros… acuden a mi, no lo hago queriendo. Sospecho que son manías; costumbres
absurdas que me persiguen desde siempre… como cuando era pequeño morderme la
uñas.
Camino, sigo calle abajo, miro
los escaparates de ropa como si realmente me interesaran, y la verdad es que me
va haciendo falta comprarme alguna, aunque puedo esperar…
Continuo, la calle está empinada
y voy en pendiente hacia abajo y, pienso como será subir después, y en mis
pensamientos me digo que debo dejar de fumar.
Continuo, paso por la puerta de
correos, entro, y me pongo en la cola, tengo el 86 y va por 58… el señor que va
delante lleva un impermeable con olor a naftalina. Delante de él una joven
preciosa que va en mangas cortas… contrastes.
Después al cabo de unos minutos
le pido al señor de la gabardina con olor a naftalina que me guarde el sitio,
que salgo a fumarme un cigarrillo y tardo unos minutos… miradas.
La joven me mira de reojo, como a
un bicho raro, será por lo de fumar… espero, de todas formas me da igual, no
pensaba en ella cuando llegué, y no creo que piense después… salgo.
Fuera hace frío, pero no frío de
invierno crudo, es por el contraste entre el adentro y el afuera… pienso.
Cuando termino mi cigarrillo
entro y busco al señor de la gabardina, no está… la joven me mira y dice que se
marchó al servicio.
Me mira de arriba abajo, como
oliéndome, después se vuelve y me ignora… me remango, y miro al techo abovedado
con una enorme lámpara en el centro imitando a una araña de cristal…
posiblemente por su antigüedad sea de bohemia auténtica… pero prosigo con la
mirada hacia el techo y mi escrutinio de observador, entre arcada y arcada de
la bóveda hay unas ventanitas por donde entra toda la luz existente en el salón
donde esperamos, entro, cierro los ojos para fijar mejor la vista, la luz me ciega en parte… el sol casi está tapado
por las nubes, aún da fuerte… quizás sea parte del efecto deseado… ―no mires
al techo, me decía el profesor cuando era pequeño―, mientras me daba con la
regleta en la frente… después iba con la marca a casa y comenzaba a
explicar lo ocurrido… el profesor debía tener razón, un profesor no pega a sí
porque si, decía mi madre y después mi padre… y todo eso después de haber
pasado por el calvario de risas de mis compañeros de clase en el recreo y en la
calle… decido mirar al frente para descubrir que el señor de gabardina con olor
a naftalina estaba ya en su sitio…
Llevo casi una hora en esta
maldita cola. En la ventanilla parece que todo el mundo tiene problemas para
recoger sus paquetes o cartas… me duelen las piernas, debí coger el paraguas,
ahora me serviría de bastón, eso o busco un asiento, ―miro―. Sí, veo un asiento
libre, le indico al señor de la gabardina con olor a naftalina que quiero
sentarme… todo con gestos, y con gestos de las cejas el señor de la gabardina
con olor a naftalina me indica que de acuerdo… me marcho en busca del asiento…me
siento.
Me hundo en el asiento de goma
espuma y skay… respiro aliviado. La joven vuelve a mirarme como un bicho raro…
le hago un gesto de alivio y se vuelve hacia otro lado… Me miro las manos. No se en qué pensar… miro
de nuevo a la ventanilla… una señora muy gorda está apoyada con cara de no
muchos amigos en el mostrador de recogidas… mira al señor que está detrás del
mostrador con cara de acecina… el señor que está detrás del mostrador solo mira
la pantalla del ordenador… sonrío e imagino que está jugando a algún juego,
mientras nosotros los mortales estamos aquí, perdiendo nuestra mañana… nadie
dice nada, todo el mundo calla, nadie habla con nadie, todos venimos solos, y
solos nos iremos, ―pienso―.
Esto es una locura, me duele el
culo de estar sentado, el asiento se hundió tanto que llegó hasta las
traviesas… ahora casi no puedo
levantarme, necesito un apoyo para salir de aquí… una mano amiga, mis piernas
están débiles, la edad quizás, no se.
Miro al señor de gabardina con
olor a naftalina, con la mirada le explico la situación… él me mira, la joven
me mira, ellos entre sí se miran, y de pronto surge una gran carcajada general,
no solo de mis predecesores… no, sino de toda la sala, la señora gruesa
incluida. Incluso el señor del ordenador detrás del mostrador se incorpora para
mirar con la cabeza fuera de la ventanilla… La señora apoya sus manos sobre las
rodillas y suelta unas carcajadas tan sonoras que siento temblar el suelo bajo
mis pies, que el asiento se trasporta por el suelo esmeradamente pulido de
mármol. De pronto recuerdo la regleta del profesor en la frente. Las risas de
mis compañeros de clase, las explicaciones de mis padres… todas las
humillaciones de mi vida pasan por mi cabeza.
Inclino mi cabeza avergonzado,
después ante tantas risas mis nervios se alteran y de un salto salgo de aquella
engorrosa situación. De pronto todos callan y miran hacia otro lado. Dejo de
existir… Vuelvo a mi sitio con toda la dignidad posible, pero rojo como un
tomate, me arde la cara. El señor de la gabardina con olor a naftalina me mira
con cara de comprensión… y rápidamente se gira hacia la joven que sigue
mirándome como diciendo, ¿ves, si no fumaras?... y de inmediato se gira hacia adelante.
No me percaté de los señores que
estaban delante de la joven, parecía un matrimonio, al menos sus miradas de
complicidad les delataba, o delataba una relación intima… eso se nota.
Después de varias horas;
―pudieron ser tres―, llegué a la ventanilla, al fin tenía delante al
delincuente oficinista, dudaba si en la pantalla tenía lo que realmente parecía
o simulaba tener, o quizás fuese un juego… no sé, en esos momentos me daba
igual… solo quería resolver para salir cuanto antes de allí…
Con cara de estúpido me preguntó
que era lo que me traía por aquellos lugares… con párpados caídos, intentando
transmitir calma, cuando en su mundo interior debía ocurrir cosas espantosas, ―pensé―,
en su boca caída se notaban manchas blancas de saliva, eso lleva a que tomaba
tranquilizantes… es una huella indudable de ello, conozco esos síntomas.
La nariz roja de bebedor
solitario…venas rojas en el interior de sus ojos, avisaban de su mala salud… no
le dije nada, y menos cuando observé que realmente el no me miró, él miraba a
la lámpara siempre que me preguntaba ― bueno las dos veces―, una cuando llegué
y la otra cuando le entregué el papel de recogida postal… una vez realizado
esto, ya no volvió a preguntarme nada, se limitó a mirar la pantalla, pasar el
código de barras por la franja de luz roja y teclear no se qué… que le llevó
tanto rato que mis piernas comenzaron a flaquear ante aquella odiada ventanilla
y, aquel odiado funcionario.
Cuando al fin logré salir de
aquél lugar ya tomé la decisión de evitarlo lo más posible; no más cartas
certificadas, no más compras por correos, no más correos que tenga que recoger
o enviar...punto.
La vuelta a casa fue sin embargo
fue placentera, tranquila, sin ningún contratiempo… caminé
despacio, respirando hondo, hasta llegar al mismo lugar de partida, mi hogar. Hice
café, me senté puse a Chuck Berry “Live at the Roxy” y aspiré un maravilloso cigarrillo, mientras
colocaba mis pies en alto.
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TUS PALABRAS
TUS PALABRAS
Sabes
que sin tu blancura, no existiría el negro que describe sobre tú piel las más
hermosas palabras.
Sabes
como atraparme en mi silla sin darme otra opción.
Sabes
que tus palabras calman mi alma.
Sabes
que sin tus palabras no suelo dormir.
Sabes
que sin tú mirada no surco las estrellas.
Sabes
que sin tus besos y susurros las palabras me olvidan.
Sabes
de mi pulso latente sobre tu piel.
Sabes
de mi sudor.
Sabes
de mis llantos y alegrías.
Sabes
que sin tus alas no puedo volar.
Juan Manuel Álvarez Romero © 2011
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