“Yo creo que hay que escribir cuando no damos
más, cuando nos desespera eso que tenemos adentro y no sabemos lo que es,
cuando la existencia se nos hace insoportable”
Ernesto
Sábato.
El culto al egoísmo, la motivación subyacente, el yo, tú,
mío tuyo…
Hoy miré la prensa diaria para ver que ocurría en el
mundo, después de casi quince días sin
saber nada de él, solo el mundo de mi escritorio, mis duendes corriendo sobre
la mesa, en las sombras… Pero debo decir
que al abrir la prensa, el impacto fue terrible. como poner la tv y escuchar las noticias... si te dejas llevar la vida se termina...
Estos pensamientos del primer momento, después del impacto,
me llevaron a analizarme como, como escritor, como pintor y el mensaje
estaba claro, todo lo que se hace es poco, si te despistas un poco descubres
que te quedas atrás, que no vives en lo que ocurre día a día en el mundo. “Sí,
se que alguien me dirá que sea más egoísta y que mire por mi, que no piense
tanto en el mundo” sé, pero no puedo mirar a otro lado.
Los políticos están en propaganda electoral y debaten y
debaten, mientras los problemas verdaderos crecen, el hambre continua, y los pobres son cada vez más pobres… la
conclusión siempre es la misma, el miedo… la mentira.
Al final los duendes caminan sobre todas las mesas, sobre
todo las de los políticos, que solo miran su futuro como tal, imaginan su vida
de falsas promesas, su chofer, sus amantes, su casas y, en como seguir
mintiendo; ellos, los políticos, no saben que están manejados por el sistema y
si lo saben miran para otro lado. Sus duendes los del sistema, están
amaestrados para este fin, controlar el poder político y social “los duendes de
la mentira” recorren mesas de despachos unas tras otras, creando una mentira tras
otra… incluso en las mesas de los responsables de noticieros llegan muchos de
estos duendes, diría que a casi todas.
La creatividad llega
a los rincones más insospechados, aliándose con aquellos que les den vía ancha;
si lo analizamos bien, la mentira está dentro del arte como elemento creativo
y, en manos indebidas crea miedo, desolación, pobreza, angustias. Es utilizada
comúnmente como maestra de discursos políticos y propagandísticos. En el mundo
del consumo está en todos los carteles y, en todos sus productos…
La creatividad aliada a la mentira es el arma más mortífera
de todos los tiempos de la humanidad, utilizada desde tiempos inmemoriales,
incluso antes del lenguaje y, como método de supervivencia es fundamental, de
ahí el invento de la tortura.
Hoy veo cada vez más claro que somos engullidos aunque no se
quiera, en toda esta idea falsa de vivir paralelo a todo, una vez entramos ya
casi nunca se vuelve a salir como persona, como ser humano, me refiero a entrar
en la red que marca y echa el sistema al individuo; el consumo, fomentar el
individualismo, creando ese apego a aquello que le da sombra y, que una vez en
esa sombra ya nada es importante, nada; generando el conformismo social. Pocos,
y digo pocos son aquellos que dejan un pie al sol y otro en la sombra y, muchos
menos, por no decir ninguno, prefieren quedarse al sol, ni siquiera los que
dicen políticamente estar comprometidos con alguna causa.
Es duro el camino bajo el sol, es el drama de muchos
continentes, países y comunidades enteras que viven bajo el duende de la
mentira, bajo el duende sol, bajo el duende miedo, el duende hambre, el duende
soledad y el duende miseria.
Las otras miserias humanas son muy peligrosas; estas otras
están allí donde menos se pueden imaginar, da igual si quien las porta es rico
o pobre, eso es lo de menos. Atacan desde cualquier bando.
El sentimiento humano es algo maravilloso, único, gentil,
honesto, sublime cuando se encuentra, cuando no existe el duende de la mentira,
del miedo… cuando las condiciones son buenas y, no se mezclan los intereses
personales ni sociales.
Encontrar este estado, este lugar donde no existe la
creatividad negativa es la tarea de toda una vida, de un camino entre sol y
sombras que muchos seguimos en el empeño, sin buscar condiciones, pero que cada
vez se vende más caro.
La solidaridad es algo que se va diluyendo lentamente en la
cultura social, colectiva… el yo impera desde la escuela. Cada vez son menos los que se sienten y son
solidarios, por ello crecen hongos como la violencia de género etc.
Ya nadie cree en nadie, el duende de la mentira a llegado a
ser parte de la sociedad, parte del día a día, a logrado que se mienta para
todo, para buscar trabajo, para vender, para conquistar, para inventarse uno
mismo en una sociedad en la que la persona está cada vez más sola, y en la que
se debe reinventar en cada paso.
Mantenerse integro en esta sociedad es algo que a duras pena
podemos llevar los que cargamos con ese peso, ser honesto, decir la verdad, ser
uno mismo sin perjudicar a nadie se convierte en una tarea que cuesta mucho
mantener… cada día más. Decir y mantener la verdad es algo que también es un
arte, es creativa la verdad, sí, se debe reinventar a cada paso, porque la
mentira busca continuamente el antídoto a la verdad y al final andamos
reinventando continuamente tanto la verdad como la mentira; vivimos en una
arquitectura que se a forjado sobre cimientos muy profundos construidos de
escombros de viejos edificios difíciles de reconstruir. En estos escombros encontramos los
desechos de edificios que se construyeron con materiales varios, políticos,
sociales, mentiras, promesas, verdades. etc.… muy pocos están construidos con
un solo elemento, la verdad.
¿Que nos ocurre? ¿Por qué dejamos que nos separen
individualmente, cuando sabemos que como colectivo somos más y más poderosos
que la gran mentira, el sistema?
Vuelvo a mi escritorio, a mis duendes, ellos me entienden
como persona. Mantengo un pie fuera, porque creo que es fundamental, demos
gracia a que estamos en otro lugar, que las victimas de la guerra no están
entre nuestros seres queridos; me quedo en la reflexión de sentirme más humano
cada día, de sentirme humano en su más amplio significado, sin sombras que no
me dejen ver y en no dejar que nada impida que lo siga siendo. Esperando que no
salgan más listas de victimas en ninguna parte del mundo porque eso
significaría que no las hay.