lunes, 21 de marzo de 2011

LA CULTURA, LA ÉTICA Y LA MORAL

Esta imagen llegó a mí con un titulo que desconfigura el contexto de la realidad de la imagen, “Un niño asesinado por el radicalismo religioso” cuando realmente se trata de un sanador hindú sanando a través de sus pies; en la primera reacción condenamos y pensamos en cual seria el máximo castigo para este individuo o individuos, deseándole lo peor he incluso la muerte como castigo. Pero al descubrir que esta misma bestialidad lo hacen cientos de miles de seres en el planeta, de pronto esto es “cultura” y por arte de magia en algo no tan horrible, y hasta defendible por filósofos, pensadores morales. Y ¿en el caso de que esta información no fuese aclarada y cállese en manos de radicales con ganas de venganzas, hasta donde podría llegar una falsa información?
Una neurona sola apenas es funcional, pero la conexión de unos cientos de ellas da lugar a un sistema nervioso.

La tesis de este ensayo es profundizar en la mente del sistema, pero para ello debo entrar también en la mente del individuo “cultura, ética y moralmente” para así poder comprender mejor los conceptos culturales que mueven a la gran tribu, así como en el pensamiento de lo bueno, lo sucio, lo malo, lo feo, que encierra en sí el principio de lo moral y lo ético.

Entre más profundizo, busco y analizo, más encuentro ilógica la moral y lo ético, al menos tal y como está establecida, en un sistema que naufraga en un desorden de consciencia y, una creatividad pobre en humanidad. Me encuentro con una normalización cultural en la que la humanización de aquello que a su vez produce espanto y condena individual y poca veces colectiva. Esto me hace ver que la cultura manipulada por el sistema es la gran causante de mucho de los desastres sociales, “la separación territorial y separación sociocultural” estas separaciones solo fueron creadas para mantener la consciencia colectiva separada y distraída y, por supuesto hoy en día es la mejor manera de no hacer cumplir los derechos humanos. Pero en caso de conflictos todos entramos en un saco en el cual todo es permitido y asimilado cuando se producen los mismos hechos horribles a gran y pequeña escala “torturas, vejaciones, violaciones…” ignorándose en estos casos las fronteras y las diferencias culturales…

Tras muchas objetivaciones y cuestiones como ¿Qué es lo humano en lo humano? ¿Que moral prevalece en tal o cual caso? y la aceptación de las normas sociales que nos engullen día a día sin darnos cuenta que entramos en un laberinto de normas de la comunidad y sus jerarquías.

No nos paramos a analizar… nos distraemos con el teatro de la política, el consumismo, en todo aquellos que se pueda convertir en espectáculo y, pensamos que somos parte importante en el sistema social de la comunidad, con nuestra aceptación de lo ofrecido por el sistema. Cuándo en realidad lo que estamos haciendo es dando la espalda a una realidad que se nos escapa; aplaudiendo a una ética y moral equivocada, impuesta y normalizada por nosotros mismos. Aceptando y alegrándonos que lo que ocurra está lejos de nuestras fronteras, dentro de otra comunidad. Nos sentimos protegidos dentro de la nuestra, sin peligro de que lo mismo nos pueda ocurrir a nosotros.

Pero si miramos dentro de nuestras fronteras, nuestro entorno, y miramos con los ojos atentos y a la vez profundizamos dentro de nuestro pequeño colectivo, podremos ver las mismas consecuencias de formas aun más normalizadas, el maltrato, la violencia de género, las violaciones, la violencia racial, el maltrato infantil… debemos mirarnos el ombligo de vez encunado y comenzar por nuestro entorno para poder discernir y concienciarnos de que la raíz está en nosotros mismos.

El sistema toma estas herramientas para usarla a su favor, y haciéndolas suyas para el mayor control del individuo y la tribu.

En definitiva quien controla la cultura controla al individuo.

La cultura del consumismo es una forma de manipular y moldear de formas muy dispares; pensemos que el consumismo no es solo ir de compras al súper o las grandes superficies. Está en nuestros hábitos, en nuestros gustos, por ejemplo el consumidor de sexo, de violencia. De poder. El de manipulación… son estos productos que se venden de igual forma que unos calcetines, con sus campañas publicitarias y todo lo que un producto lanzado al mercado conlleva, y por supuesto, generando a su vez nuevos consumidores de todos los niveles sociales y culturales. En este sentido no existe piedad, el individuo consume, y eso es lo que prima; y al sistema que está por encima de jerarquías, normas, leyes y fronteras le da igual.


Volviendo a la pregunta que planteo al principio de “Y ¿en el caso de que esta información no fuese aclarada y cállese en manos de radicales con ganas de venganzas, hasta donde podría llegar una falsa información?

Es algo que ocurre todos los días, la manipulación de los medios de información, en la que vemos es una de las herramientas del sistema para controlar masas de individuos de alguna ideología en concreto, que es una forma más de utilizar las diferencias culturales para un fin puramente mercantil, materialista, de poder, creando con ello la xenofobia, el racismo, la mentira, la crueldad, y el asesinato en masas…






Juan Manuel Álvarez Romero 20-3-2011

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