martes, 29 de noviembre de 2011

Sobrevivir







http://www.debatepress.com/?p=verNoticia&idNoticia=15753&idCategoria=4
http://youtu.be/cAAPXxkRolE

Me encuentro en las palabras que salen sin cesar, en forma de frases que ni yo entiendo, pero en su resultado final les encuentro el sentido, es como un auto análisis de pensamientos, un controlador que no cumple bien con su labor, pero que a su vez abre puertas, sensaciones, a veces, incluso abriéndose a la libertad.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero .-
Creo que nunca logré controlar los pensamientos del todo, al menos de una forma que me deje respirar, sin recuerdos, sin sensaciones ¿Como no sentir, como no llorar, como dejar los sentimientos o el corazón a un lado y seguir sin pensar, simulando, o mirando a otro lado; sin dejar de hacerlo, sin conseguirlo del todo?
No encuentro las mismas palabras de hace tres días, ni un mes, ni un año… de olores, de sombras que me persiguen allí donde mire, camine, deambule. Aún de forma diferente a como suelo recordar; volviéndose al mismo instante en memoria.
Los edificios, las calles; las ventanas que se cierran cuando paso, las puertas que se abren cuando las dejo atrás y, percibir las miradas de quien sale de ellas para mirar. Como no sentir todas estas sensaciones y caminar sin intuirlas, percibirlas, sentirlas en su plenitud, su belleza. De alguna forma transito a diario por calles buscando un parecido, quizás a otras y, siempre me pregunto a cual de ellas debo retornar en la memoria, ¿de donde, que ciudad o, que barrio surge la sensación de haber estado antes en estas? —¡Pensando siempre, siempre pensando!— ¿Cómo se desconectan los pensamientos? ¿Como mantener el orden perfecto para no caer de nuevo en los sentimientos, las comparaciones, los recuerdos que un día fueron parte importante de la vida y que hoy solo son eso, recuerdos en forma de pensamientos abstractos?, ―en un sin sentido―. ¿Como encontrar el puente entre lo que debo pensar o lo que no, sin la necesidad de tener que pensar en ellos? Como compaginar los pasos sin tener que pensarlo, — es como cuando conduces, uno no va pensando en girar a la derecha o la izquierda, lo hace por intuición, lógica, orientación—… pero nunca como un tom tom ―! no, por favor!—.

Existe un yo que siempre persiste en el regreso de esos pensamientos torturadores… contradictorios, ilógicos; el otro que ande hacía adelante, que compare con otras formas de estar, de vivir, que siga investigando en aquello en lo que uno mismo es, y por lo tanto, volver al lugar de donde partiste, y del cual vuelves a la insistencia de perseguir aquellos sueños rotos por el tiempo y las ilusiones. Querer olvidar, para poder dejar de sentir, pero a la vez seguir viviendo. Cuando sales, o entras, es difícil volver, o salir, aunque aquellos vínculos que te unían a ese pensamiento siga esperando tú regreso… o tú llegada —“en una insistencia a la resistencia misma”—. Existe una relación entre estos y la libertad, estoy seguro de que así es, la paz interior, la liberación de estar donde uno debe, sin complicaciones, o con ellas a cuestas. Nunca aprendí como se hace, ni una cosa ni la otra; ―y no sé si quiero―; existe un lugar donde surgen y se ordenan las ideas, las experiencias, los sentidos y pensamientos sin sentidos, los sonidos, aromas, palabras; fuera de esto solo quiero guiarme por las estrellas, ―seguir siendo un nómada―, y no quedarme en el mismo lugar demasiado tiempo, seguir buscando para poder volar sobre ellos, —los pensamiento— sin tropezar, y poder así, sentarme y encontrarme a mi mismo a través de lo escrito, lo vivido, lo aprendido, lo grabado en la memoria, en el corazón, en el alma y, así poder volver a retomar el vuelo de una forma segura, entre las corrientes de aíre, las nubes, los acantilados, los horizontes a los que nunca llegué, porque son eso, horizontes que marcan la línea divisoria entre el ayer y el hoy, entre la realidad y la ficción; entre el yo y el mismo horizonte.

Los lugares están bajo las nubes, ahí, en una zona neutra, pero de expansión “línea no divisoria”. Es un lugar donde no hay que buscarse ­ — “porque realmente está en uno mismo” —.

Con tan solo una mirada confluyo en la salida del día, en pensamientos que corren fuera de mi alcance existencial, en la oquedad de los silencios que quedan vacíos en voces que griten el —¡basta de cada día!—. De los horrores del suicidio social, del miedo a esas finas líneas entre el ayer y el hoy y el instante que cae vertiginosamente junto con aquellos que un día nos hicieron salir de nuestros refugios en busca de libertad, de vida.

—Alguien me dijo una vez que los peces tienen una memoria de tres segundos— ¡como les envidio! Pero por otro lado, siento que no debo olvidar, porque olvidar es morir, es quitarle sentido a lo vivido, quedarte sin aíre, sin la esencia de lo que uno es, ser. De lo que se llegó a amar y aún se ama. Nadie quiere recordar el dolor, nadie quiere revivir lo malo, al menos, queda el intento de olvidar, sin terminar nunca de borrar. Todo queda grabado en el corazón, en el alma, de una forma u otra… proseguimos y seguimos, en esos pensamientos inagotables, que intento convertir en creativos, en historias mágicas, sueños, esperanzas, vida… convertirlos en algo que no destruya, y que me aliente y alimente a su vez, para poder seguir escribiendo y, sobreviviendo.

Juan Manuel Álvarez Romero © 201

martes, 22 de noviembre de 2011

Nómadas

Nómadas
Como quisiera que no existieran las fronteras que hoy rigen el mundo, en silencio, sin darnos la oportunidad de poder elegir libremente. Como quisiera que la libertad fuera como esta música, que por unos instantes me hacen volar como esa hoja que cae en otoño, segura de haber cumplido con su objetivo como ser. Como quisiera saber la forma de borrar tantos horrores quebrantados en nombre de la paz, de la libertad… como quisiera saberme en un mundo honesto, unido y libre…sin mentiras, sin manipuladores. Como quisiera que la palabra libertad tuviese su verdadero significado.
Juan Manuel Álvarez Romero © 2011

domingo, 6 de noviembre de 2011





Diario de la tribu

En la búsqueda.-


Las palabras más bellas quedan, aún sin saberlo en nuestra memoria... aparecen en medio de pensamientos alejados de ellas... encontrar y sentirlas de nuevo, mezcladas con los recuerdos. Es en ese momento cuando recuerdas que fue un lugar, una persona, una vida quien nos la enseño...

Andamos siempre ocupados, sintiendo todo a nuestro alrededor desde un solo punto de vista, no queremos que nada nos influya en nuestra consciencia. Queremos saber de todo, pero al mismo tiempo rechazamos todo. No pensamos que realmente —todo—, es una palabra que es nuestra, todo es lo que somos, lo que sentimos, vivimos y amamos; todo es nuestro universo, y el mismo universo al que pertenecemos. Pero se prefiere vivir dentro del “propio universo”. La existencia humana, aceptarla, no es necesariamente algo que nos condene a ella, quiero decir, hambre, guerras, violencia, poder.

Creamos continuamente nuestras propias limitaciones con ideas que hacemos nuestras, palabras que cambiamos de contexto, o nos la cambian para variar direcciones. Es complejo entrar en nuestro sistema sociocultural sin ver esos cambios que en su día fueron anulados por alguna razón político-radical, se han creado fronteras de pensamientos, de formas de vidas, de sistemas; por el propio interés de poder, y lo vemos a diario normalizando su presencia como algo que pertenece a otras vidas y otras culturas “por lo tanto no es nuestro problema”. No quiero alejarme de la palabra
—Todo—, porque —todo— es lo que somos, y en esas decisiones que solemos tomar entre todos, debemos ver lo mejor para la comunidad, la humanidad; la idea de aceptar la naturaleza humana como algo natural, es una idea que es hora de cambiar —entre todos—

Confluir y fluir, encontrarnos en los mensajes llenos de códigos complejos que a su vez pueden ser creadores de encuentros, sensaciones que nos evocan momentos únicos y con ellos poder unificar un pensamiento. Un pensamiento que mire hacia adelante, que se expanda y vuelva a generar humanidad allí donde ya se perdió.

Me siento ante un horizonte posible, miro a la gente pasar. Me observo en ellos como en un espejo y, creo que me puedo identificar en muchos pensamientos. Todos vienen de algún lugar, todos van con prisas, no tienen tiempo de sentarse. Pero participo en la corriente humana que baja por la calle como un río, solo me paré a mirarles. Mirarme desde fuera, entre ellos, desde la mirada del otro y, poder confluir en una idea en común que nos indique el camino de regreso a casa, a las creencias, a los lugares de donde procedemos y, poder volver a generar un horizonte claro.

La creatividad surge en cualquier lugar, aunque, se empeñan en que no amanezca, que no salga el sol, es fundamental encontrarla en todo aquello que nos rodea. Sin borrar más palabras, sin olvidar el significado y sin cambiar más contextos.

Juan Manuel Álvarez Romero ©2011
www.calle-ficcion.debatepress.com

Creencias

DIARIO DE LA TRIBU

Creencias

Roma, cuando quería dormir al pueblo en un duerme vela, creaba juegos y peleas de gladiadores en los anfiteatros.

Hace dos domingo compré el periódico, ja! No suelo hacerlo ya… pero ese en particular me llamó la atención, en la portada como la noticia destacada,—la llegada del papa—, en la foto se podía ver una concentración humana inmensa, bajo ella decía —cientos de miles de peregrinos de todo el mundo se concentran ante el papa Benedicto XVI que proclama al matrimonio y la vida sacerdotal—. Al menos era el mensaje que venía dispuesto a dar, pero una tormenta de verano ja! Le interrumpió, pobre hombre. Después se fue a una reunión con las monjas, y depuse con Rajoy… hablar de valores y principios… mientras que su visita les costó a los ciudadanos más que si hubiesen creado viviendas en las zonas donde existe chabolismo, llevado agua corriente y luz.
—Pero claro, eso no—. La FCC construye un altar que solo en materiales y esfuerzo humano hubieran construido un colegio.

Mientras esto ocurría, en otros lugares miles de personas se morían de hambre, —y se mueren aún—, en las calles de Israel se debatían por salir de la opresión. En Chile se enfrentaban en las calles los estudiantes con las fuerzas de seguridad por tener una educación digna… etc.

No quiero entrar en más detalles, porque me preocupa más el saber que los intereses humanos no están en la tierra. Que las movilizaciones emergen de creencias que cierran y no abren a la consciencia humana. Que un partido de fútbol o la llegada de un líder espiritual movilizan más que la pérdida de los valores socioculturales de nuestras vidas, nuestro futuro y el de nuestros descendientes. Me preocupa el crecimiento de un ideal conservador que está surgiendo de un miedo impuesto por los errores de un mal gobierno dirigido por el poder financiero global, que está movilizando la economía a su antojo y llevándosela a otros lugares, impidiendo el desarrollo, el empleo y el bienestar social, a nivel mundial. Olvidándose por completo de los valores humanos.

Me preocupa el retroceso, la vuelta a los mismos errores cometidos una y otra vez a lo largo de la historia. Me preocupa el determinismo social a una postura cerrada, porque este no lleva a nada bueno. Me preocupa el miedo que están transmitiendo los mismos líderes en su papel de victimas, mientras llenan sus bolsillos para su próxima jubilación. Me preocupa que se crea que están tristes y con miedo, al menos es la imagen que nos quieren transmitir.

En esta representación teatral de todos los líderes del mundo, nos estamos jugando como humanidad nuestro futuro como sociedad, nuestros derechos, nuestras libertades y lo terrible no es que sean nuestras, estamos jugando con el futuro de la futura humanidad.

Creo que es hora de que todos nos despertemos, de que salgamos de este callejón de falsas realidades. No porque viene un líder espiritual a decir que el matrimonio es la salvación, que la vida en un convento es la más sana para salvar al mundo… un líder que solo pide que se le rece, y que se llore por el mundo, que defiende a los lideres políticos que viene siguiendo su doctrina del llorar, del dar lastima… de que hacen lo que pueden, mientras venden nuestros intereses y compran los suyos.

Esta semana hemos visto como nuestros lideres políticos se unen con la excusa de que es lo mejor que podían hacer, con la cabeza gacha, y la sonrisa de foto, mientras el fondo monetario internacional se frota las manos.

Creo que los valores son otros, la vida, el ser humano, erradicar el hambre, parar las guerras… dejarnos de diferencias y crear un mundo donde no existan las desigualdades. Defender lo que nos están quitando, creer y crear nuestros propios horizontes como ciudadanos, y salir de una vez de este miedo inducido que está terminando con todo lo conseguido con esfuerzo y sangre.



Juan Manuel Álvarez Romero 2011

martes, 30 de agosto de 2011

LUNES







Cuando todos duermen en paz, con sus pensamientos en blanco, algo ocurre sin duda en otra parte.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero*


Hoy paseaba tranquilo, por unas de las calles donde el jazz está en todos los antros que te encuentras y, por un rayo de suerte escuché un saxofón conocido ¡el mismísimo —Coleman Haswins— ¡tocando en un suburbio tan oscuro y apestoso como aquel y en una ciudad como la mía! —donde nada ocurre—, a no ser que tú lo provoques o lo busques…

No podía creerlo!!, busqué en los bolsillos, saqué un cigarrillo y, algo de dinero, entré, me senté y, pedí unos de esos whiskys que saben a rallos, me dejé llevar por aquella música, sin prisas.

! Dios! que virtuosismo, que placer, que lujo dios mío! no paraba de decirme a mi mismo, no podía estar ocurriéndome aquello, busqué un asiento mas cómodo, y lo encontré junto a una rubia, fantástica y simpática, sin más, con ella, tan rápido como un rayo y que el diablo me lleve, no podía dejar pasar por alto todo aquel momento tan especial.

Ella y yo hablamos poco, no podías perderte aquel acontecimiento, la música, fluía y fluía, sin cesar, el bajista era alucinante, y el batería para que hablar, pero el señor Coleman, ¡era el señor Coleman!.

La rubia, —se llamaba Alicia—, ¡dios, Alicia, no paraba de mirarme!.

El whisky garrafón no cesó de llegar sin pedirlo, para colmo, Alicia en los descansos, me comía a besos ¡y yo ya tenía un pedo de mil demonios!…

No paraba de pensar entre aquel humo… el olor humano, por no llamarlo, sudor y tabaco y otras cosas más, en que los dioses del Olimpo me habían bendecido aquella noche.

No sabía quien pedía el whisky, pero el caso que siempre tenía uno o dos vasos de aquello en la mesa, deseaba el descanso del grupo para salir fuera a tomar aíre, pero ya comenzaba a estar demasiado trompa para morrear con Alicia.

El murmullo comenzó a molestarme, hasta el punto de darme todo vueltas y más vueltas.

Coleman estaba inspirado de veras, no paraba de realizar escalas imposibles, bajaba y subía de agudos, bajos, altos como un dios, con notas imposibles. No, no podía creerme todo aquello.

De pronto el bar se me puso de sombrero, la vejiga estaba a punto de estallar, o me movía o estropeaba todo el plan, le guiñe el ojo a Alicia y, con un gestos le dije que iba al servicio.

Al llegar al Waters, tuve que entrar de puntillas, ¡que asco por los cielos! ¡Waters y todo lo demás rebosaba dios sabe!, —me salieron tres arcadas y solté todo el whisky que había bebido—, de lejos disparé un chorro de pis que no logré acertar en el aquel agujero mugriento, no, no sigo describiéndolo, “no merece la pena”, pensé que jamás volvería por aquel lugar.

Necesitaba agua, así que como pude llegué al mostrador y pedí dos whiskys más con mucho hielo y una jarra de agua. Cuando logré llegar a la mesa donde estaba Alicia me la encontré morreando con el señor Coleman.

! No me deprimí, no! pues tenia un pedo de mil demonios, me tomé los dos whiskys de un trago y después la jarra de agua helada.

Pregunté si se debía algo, —el camarero me dijo que el señor Coleman me había invitado—. De lejos vi como me levantaba la mano con un vaso de whisky y con la otra mano le cogía el culo a Alicia. No sabia si acercarme o saludar con la cabeza, como al final hice y, me marché.

Al bajarme de la cama, me puse las babuchas de osito, me fui al baño, hice mi enjuague bucal, lavado de cara, me vestí y me marché al trabajo —como todos los lunes—.


Juan Manuel Álvarez Romero© 2009

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sin titulo







Nos movemos en un entorno hecho a nuestra medida, después de generaciones y generaciones imponiendo un ritmo de vida que olvida de donde procedemos, la naturaleza. Hemos construido un mundo que cubre todas las necesidades. Pero hemos creado otras que requieren diferentes formas y que sin duda están ahogando ya, lo poco que queda del autentico ser humano.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero*



El ser humano en su tendencia a pensar a muy corto plazo se ha ido desvinculando con el medio, en cubrir sus necesidades inmediatas, mientras ha ido creciendo como comunidad, como tribu. “Ha ido olvidándose de si mismo” somos parte de la naturaleza, de un organismo vivo que respira y evoluciona, o al menos antes de que llegáramos con más y más necesidades, coexistíamos.

Existen cientos de especies que conviven entre nosotros y que evolucionan a niveles menos agresivos que el nuestro y, sin duda de forma más organizada y que en su día aprendimos de la observación de éstas para evolucionar. Somos observadores, creativos y sofisticados artesanos. Tan solo teníamos que observar para buscar soluciones. Imitamos a la naturaleza en todos sus aspectos… pero hemos llegado a usarla de tal modo que nos quedaremos sin ella.

Sin duda era mejor cuando éramos tribus aisladas unas de otras y nos buscábamos la vida sin problemas, de una forma inteligente, sin molestar, sin destruir.
Me pregunto donde ha quedado aquel ser humano, aquel pensamiento sencillo, que solo tenía lo justo para estar en paz tanto consigo mismo como con los demás miembros de las demás comunidades, en el que cada individuo aportaba algo sin esperar nada a cambio, tan solo lo necesario para subsistir.

El resultado de todas las necesidades que se han ido creando es que no hemos parado de cometer errores en el campo de la planificación de los recursos, de los que dependemos. Por ellos hemos generado algo muy sencillo, guerras. Acudimos a lo más sencillo, la agresividad y, con ellas destruir lo que nos queda.

Destruimos el buen reparto de los recursos naturales por el hecho de haber generado antes fronteras que nos separen. Creadas ideas separatistas, creencias, ídolos, religiones, políticas. Y todo por tener la mejor parte de la tierra y las mejores reservas. “El que más reserva tiene es el que mejor sobrevivirá”. Individualmente lo hacemos así, como ser humano, el más fuerte es el que más posibilidades tiene de sobrevivir, mejor descendencia genética dejará. En fin… creo que hoy por hoy esta idea y tal como evoluciona la humanidad deberíamos cambiarla, porque solo está generando caos, miedo, hambre, destrucción, separaciones, tanto territoriales como socioculturales.

Actualmente somos el reflejo de un sistema que oculta, que borra, que oprime a través del miedo social. Esto por supuesto evita que miremos desde un punto de vista más optimista a un futuro y a un camino, a un sueño…un horizonte más definido.



De alguna forma debemos superar esto desde el compromiso, desde la idea de cambiar entre todos la forma de coexistir, convivir en colectivo y, desde luego no desde lo más próximo, nuestra pequeña comarca o país, sino desde un punto de vista global, más desde el conjunto de la humanidad que somos todos y, no pensar solo en la próxima generación.

Tenemos un conocimiento de nuestra procedencia, nuestra historia y por lo tanto de nuestros errores, de lo que estamos generando sobre el planeta y sobre el propio ser humano. Podemos dejar de destruir, porque sabemos lo que destruye y el como. Podemos aprender de lo malo, pues el mal también enseña…

Pero mientras el ser humano no se encuentre así mismo, no se mire desde fuera como en un espejo y piense en que el error es la consecuencia de si mismo, de sus hábitos sobre lo demás y, los demás, no podrá comenzar con un cambio a nivel global. Desde esa mirada, como humanidad no dividida del resto, la naturaleza, podría dirigirse a un horizonte definido y no indefinido como el actual.

En nosotros está el generar otras perspectivas, evitando que el sistema siga destruyendo, evitando ser el reflejo de este. Con nuestros actos y pensamientos propios podemos.

Nuestra consciencia es la única que tiene la capacidad de reaccionar, de reflexionar de buscarse…

Juan Manuel Álvarez Romero© 2011