martes, 9 de agosto de 2011

DIARIO DE LA TRIBU Ríos



DIARIO DE LA TRIBU
Ríos


El ser humano aún es una teoría para sí mismo. Mientras esto ocurra, mientras no se encuentre, se reencuentre a sí mismo, no hallará un horizonte donde poder poner su mirada y caminar hacia él.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero


En las horas más lejanas del día me siento como volar entre palabras y voces que no me llegan del todo, pero que sin duda salen en un sin fin de significados que debo descifrar.

En otras, las palabras, imágenes, signos que se fueron quedando en la memoria colectiva… mezclas indescifrables que en la mayoría de las veces surgen de dos ríos que no terminan de confluir en uno solo.

Existen voces que llegan sin sonidos, sin formas, sin contener palabras con sentidos. Emiten mensajes solo intuidos por las formas o recuerdos.

Confluir y fluir, encontrarnos en los mensajes llenos de códigos complejos que a su vez pueden ser creadores de encuentros, sensaciones que nos evocan momentos únicos y con ellos poder unificar un pensamiento. Un pensamiento que mire hacia adelante, que se expanda y vuelva a generar humanidad allí donde ya se perdió.

Me siento ante un horizonte posible, miro a la gente pasar. Me observo en ellos como en un espejo y, creo que me puedo identificar en muchos pensamientos. Todos vienen de algún lugar, todos van con prisas, no tienen tiempo de sentarse. Pero participo en la corriente humana que baja por la calle como un río, solo me paré a mirarles. Mirarme desde fuera, entre ellos, desde la mirada del otro y, poder confluir en una idea en común que nos indique el camino de regreso a casa, a las creencias, a los lugares de donde procedemos, y poder volver a generar un horizonte claro.

Existen ríos humanos que caminan sin mirar nada en concreto, entrando en mundos complejos de símbolos que comunican continuamente mensajes sin descifrar y que nuestro subconsciente se encarga de traducirnos sin una consciencia clara, definida. Abstracta a su vez y creada a través de milenios de evolución del miedo, en un lenguaje interno que no es innato, no es natural. Como tampoco la forma en que fue grabado en nosotros y a su vez también borrar todo indicio del verdadero ser humano. Sí, somos intuitivos, creativos por naturaleza, y esa es la herramienta que usa nuestra consciencia no adquirida para encontrar respuestas a tantos mensajes incoherentes en su mayoría grabados a fuego y sangre.

Me sumerjo en un río que me inunda de energía, de vida, de sensaciones maravillosas que confluyen en una sola consciencia, una idea común y con una gran fuerza vital. Concluyo en la idea de que existen dos ríos que no termina de confluir, de unirse en algún punto de su recorrido. De cada uno de ellos surgen brazos que riegan sus propios cultivos, sociales, culturales. Otros en cambio, impiden que los nuevos brotes de pensamientos tomen forma de árboles profundicen sus raíces, den sus frutos y con ellos sus semillas, y con ello poder expandirse.

Desde la cima de los pensamientos viene un nuevo río que crece porque el deshielo generado por el calentamiento global de estos, viene con toda su fuerza, al punto que se desbordará sin duda. Cuando esto ocurra, unos de los dos ríos quedará sepultado por el que más fuerza traiga y espero que no sea una catástrofe. Que por el contrario, se convierta en algo mágico, maravilloso y regenerador para el ser humano…

lunes, 1 de agosto de 2011

Lobo hombre en Paris

Foto con móvil. A Javier en el bar de Lola, Conil de la frontera

Calle Ficción. Una revista... Otros espacios
www.calle-ficcion.debatepress.​com

Ante la audiencia me expreso libremente, vuelo como un pájaro, me siento yo, aunque no tenga audiencia ni alas.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero.


Viajamos libremente desde que nacemos, soñamos que volamos y, recorremos los caminos más hermosos. Pero también podemos sentir todo lo contrario a lo largo de nuestro viaje, todo depende del camino que escojamos en la encrucijada.

Como un trovador vamos contando nuestras vidas, al menos a todo aquel que quiera escucharla. Nuestros sueños, nuestras metas, forman parte de nosotros, de lo que somos y llegamos a construir a partir de ellos. En el camino vamos buscando un lugar donde pararnos y poder construir nuestros propios sueños; aunque innatamente seamos nómadas. Trovadores de nuestras vidas o de otras que anhelamos, perdimos, amamos y soñamos como parte de nosotros, todo esto junto conforma nuestra alma, nuestra esencia vital.

Pero bueno, muchos hemos elegido un camino distinto, un camino que nos llena de deseos, sueños, metas que nos enmarca en unas casillas distintas por los demás del grupo, la tribu; convivimos. Entregamos nuestros mensajes, y en ello damos la vida, nos entregamos en el nombre de la belleza, de la vida y, la entregamos.

Nos toca las fatigas, el desencanto, la soledad, el no estar dentro de lo establecido, ser creativo no se lo deseo a nadie en esos momentos, aunque es recomendable saber de esa parte. También conocernos, saber que el artista no es aquél que nos muestran exactamente como alguien que está en una forma de vida fácil, sin duda no es así, nada es fácil, para nadie y, más cuando convivimos en un sistema de un consumismo extremo en el que la imagen del creador se vende como tal, como producto de consumo. “Enmarcado en el mismo consumismo y dentro de el agoniza”. No es así, al menos en la práctica.
El consumismo ha devaluado la imagen y el mensaje del creador, la magia, la belleza se convierte en un producto de consumible a gran escala, la verdadera transmisión del mensaje creativo se puso al servicio del sistema, y todo lo que nos queda del creador es una imagen romántica que ya es historia. El artista plástico, músico, escritor etc. sobrevive como puede dentro de una competencia feroz a la espera de ser reconocido o al menos que su mensaje llegue y, en la medida de lo posible sobrevive.

Son tiempos difíciles para todos, para toda una sociedad que se ve envuelta en una capa espesa llamada crisis. Los gobiernos lo primero que recortan es en cultura, cuando en realidad debería ser lo ultimo, parece que no se quiere que el ciudadano piense, sienta y comparta belleza, pensamientos que ayuden a comprender mejor lo que está ocurriendo, el miedo es el eje principal y, en ese miedo, vacío, se pretende que convivamos. En nosotros está el mostrar el alma de la sociedad, el desgaste social, la incertidumbre, el miedo, pero también en mostrar que la belleza está ahí, junto a nosotros, que la podemos tocar, sentir y expresar de la mejor forma posible… lo demás es puro consumismo.

martes, 26 de julio de 2011

Casi a la misma altura del sol



Retorno





Retornar, retornar desde las alturas y volver al principio vital, seguir subiendo de nuevo, y desde el mismo lugar donde lo dejamos. He ascendido al cielo, al cielo más azul que jamás soñé y desde allí he visto la tierra, el agua, el aíre, el horizonte.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero (debatepress).-

Pero retorno, tengo que retornar… nada se queda en el mismo lugar, todo es movimiento, una espiral vital, existencial que nos envuelve en una humanidad cada vez más compleja y sin puntos de referencias. Miro a mí alrededor y donde antes existían ríos, ahora solo veo desiertos. Como ser, como persona, tengo que creer para poder seguir con una mirada optimista, porque de lo contrario pecaría de lo que veo y, no me gusta. La frialdad, el consumismo desmesurado en todos los sentidos, las guerras, la soledad entran en este consumo, no lo olvidemos; veo una soledad existencial que deja vacío al más enérgico, al más vital,  intento por todos los medios ser critico para salvarme de ella, ser lo más creativo posible para poder demostrar y mostrar que ser, ser persona, ser humano es una tarea que merece la pena… no nos dejemos manipular, seamos nosotros mismos, intentemos no ser un producto de consumo. En esta tarea me empeño y prosigo. Aunque existen días como el de hoy, como el de ayer, o antes de ayer, que agotan al más enérgico de los humanos. Esto ocurre cuando me pongo en la mirada del otro, cuando abro la prensa que ya casi no leo. Y siento esa inmensa soledad de vacío que impera en la humanidad.
Todos somos creativo por naturaleza, sin la creatividad nos abríamos quedado en el primer intento de sobrevivir, utilicémosla de la mejor forma posible, para mejorarnos como personas, como humanos.
En nuestra memoria retornamos, en ella tenemos los puntos de referencias para todo aquello que no debemos volver hacer. De lo bello se aprende, del mal también, debemos proseguir, porque el telón que hoy existe se abrirá próximamente y no sabemos que escenografía nos están montando.




Hay una zona de misterio, una incógnita, | que a veces sólo se despeja cincuenta años después. | Lamentablemente, para ese entonces | no me van a poder mandar un telegrama con el resultado.
Mario Benedetti

Juan Manuel Álvarez Romero, entre Conil y Sevilla: El Puerto de Santa María.




"...quería hablar de Juan Manuel, un artista con una sensibilidad a flor de piel, con una visión del mundo especial y espacial, es escultor, pintor y escritor, al menos que yo sepa; un creador nato que nos muestra en su libro, en su obra lo que lleva dentro."

Por: Salvador Moreno Valencia*

Ya nos habíamos conocido en Sevilla en la feria del libro de 2010, fue en la presentación de la novela La contemplación de Edgar Borges, acudió con su familia, y cruzamos algunas palabras mientras tomábamos una caña junto a insignes poetas y escritores como Paco Vélez, y Pedro Luis Lérida. Edgar Borges nos había encandilado con su platica en la presentación de sus libro, pero también animó el fuego Paco Vélez que fue el que nos pusiera en antecedentes sobre Edgar, yo ya lo había conocido, pero quién mejor que Vélez para hablarnos de La contemplación.

No voy a hablar de éstos, sino del primero al que hace alusión este Conocí a… Juan Manuel Álvarez, así que tras aquel fugaz encuentro quedamos en volvernos a ver en otra ocasión. Pasado el tiempo seguimos el contacto vía cibernética y fuimos alimentando el fuego de la amistad. Como yo iba a pasar por Cádiz para presentar mi novela Santa Compaña, se lo comuniqué, sabiendo ya que Juan Manuel andaba por Conil viviendo-un nuevo rumbo había tomado su vida-, y dejando atrás parte de su tiempo en Sevilla, estaba instalándose en ese pueblo que mira al océano, ese gran océano que vio partir las naves rumbo a un nuevo mundo al que tanto le debemos por herencia de los usurpadores.

Decía que como sabía que Juan Manuel estaba en Conil lo invité a venir a la presentación que mejor le viniera en Cádiz, en El Puerto, o en Sanlúcar de Barrameda. Y a él le vino mejor El Puerto, y allí hicimos intercambio de libros, él me entregó El hijo de las costureras y yo el entregué la novela motivo de la presentación y excusa para reunir a unos cuantos amigos que tengo en El Puerto como son Carmelo Ciria, que se encargó de organizar el acto, Verónica Pedemonte que hizo las veces de madrina del que suscribe, Juan Gallardo, y otros que fueron convocados por ellos, así que en un local Pub estilo inglés se hicieron la presentación de mi novela y el intercambio de libros entre Juan Manuel y yo.

Juan Manuel hizo algunas fotografías del acto y del recorrido que hicimos guiados por dos magníficos guías: Verónica y su marido Juan, autor de la escultura homenaje a los salineros y de otras como la de la mujer en el antiguo presidio de El Puerto, el penal que sale en mi novela Pasos Largos, el último bandolero. ¡Ay penal de El Puerto, penal de El Puerto de Santa María!

Dicen que una reseña, una crítica, o un análisis se dice más del autor de estos que de los reseñados, criticados o analizados, yo ya he dicho suficiente sobre mí, quería hablar de Juan Manuel, un artista con una sensibilidad a flor de piel, con una visión del mundo especial y espacial, es escultor, pintor y escritor, al menos que yo sepa; un creador nato que nos muestra en su libro, en su obra lo que lleva dentro. Así que aquel intercambio de libros me llevó a conocer más profundamente a un hombre como Juan Manuel y además a los que ya he citado, de los que espero poder escribir algún día una breve nota como esta que le dedico al autor de El hijo de las costureras para felicitarlo por su libro que muestra la madera de escritor con la que está hecho, y que augura un buen futuro a su literatura.


alvaeno@alvaeno.com

* Salvador Moreno Valencia ( Setenil de Las Bodegas, Cádiz. España, 1961). Escribe novela, poesía en verso libre, relatos, cuentos, artículos de opinión, ensayos y realiza entrevistas: más de treinta entrevistas a escritores, políticos, cantantes, y poetas. En septiembre de 2010, firmó contrato de edición con OnLine Studio Productions de Panamá, con la novela Hilos rotos para una marioneta y con Casa Eolo Editorial, Huesca, España, con la novela Santa Compaña. Actualmente es director de la Revista Literaria Letras: http://www.alvaeno.com/letras.htm y del periódico Belianís, información general y cultural,

miércoles, 20 de julio de 2011

EL ESPEJO




PENSAMIENTOS


http://www.calle-ficcion.debatepress.com/?p=verNoticia&idNoticia=12756&idCategoria=1

Sentado ante la mesa del café, surge alguna imagen, movimiento o palabra; como en un lienzo blanco del cual surgen mil ideas abstractas que se conjugan en un sin fin de metáforas, cuentos, leyendas o misterios reales.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero*

La mirada se pierde tras la sombra del toldo, junto al mar y la arena bajo mis pies; el café deja de humear y sin saber exactamente donde dirigir mi atención, los pensamientos no paran en un sin sentido, al menos hasta que les encuentre donde asentarlos; los ojos no dejan de examinar lo que me rodea y, sin embrago mi cuerpo se siente relajado, tranquilo y distante de todo, sobre la arena, junto al sonido constante de las olas, la mesa con mantel de plástico y el café.

El periódico que solté al llegar junto a los cigarrillos y un libro de Onetti “Cuando ya no importa”, me avisa de que otros momentos se están moviendo en otros lugares, complejos, confusos, con verdades o sin ellas las palabras rellenan las páginas del diario. En este caso no leo metáforas, ni cuentos, solo posibles realidades que nos conciernen a todos, nos involucran a todos a seguir caminos que aunque no queramos nos obligan a seguir de algún modo, y los que no, deberían involucrarnos. Me repito una frase que se convierte en mi dogma, “La mejor forma de ir contra el sistema es tener nuestros propios pensamientos”

Mis pensamientos siguen su periplo por el lugar, cabalgan entre las utopías y las mesas del café, con mi ojo, el de la nuca, persigo otras voces que hablan de cosas más normales que las que suelen pasar por mi cabeza en estos momentos, hablan del amor, hablan de sueños, de verdades y de cómo conseguir deseos; loterías, quinielas, vacaciones, sol, playa, también de la fiesta la noche anterior. Un grupo de jóvenes cuentan el número de novios que han tenido, otros, los caballos de potencia de sus coches…

Mis ojos frontales buscan algo en que asentarse, quizás para buscar algún pensamiento concreto, algo más complejo para analizar ¿o quizás debería dejarme fluir? No todo tiene que ser analizable, ni complejo; le doy un sorbo al café, después me acerco un cigarrillo a los labios, ¡aquí se puede fumar!

El sol busca esconderse tras la línea del horizonte, con una paleta de colores que me sorprende cada día, rojos, naranjas, violetas, amarillos… quizás el sol hoy se marche sin respuestas, o con las necesarias para poder descansar. Creo que a mi, aun me queda proseguir buscando en los pensamientos alguna pregunta o respuesta, aunque estos, los pensamientos, nunca nos abandonan y mostrándose de múltiples formas, significados, causas y efectos, simples o complejos, alegres o tristes, siempre están ahí, como el atardecer que nunca es igual.

De regreso a la mesa termino con mi café ya frío; observo que el cigarrillo se consumió entero en el cenicero dejando su forma definida en las cenizas y recordándome que el tiempo también pasa. La mirada se dirige entonces a la muñeca derecha buscando las agujas del reloj, el cuerpo reacciona al estimulo de sentir que el tiempo voló, la mano izquierda se dirige a recoger el libro de Onetti que ni siquiera pude abrir, la mano derecha atrapa el paquete de cigarrillos y el diario, la izquierda busca en el bolsillo alguna moneda para dejar en la mesa. Con la mirada busco al camarero y le indico que me marcho… Ahora creo que encontré nuevos pensamientos… distintos, pero pensamientos.



Imagen titulada "Ante la mesa del café". Autor: Juan Manuel Álvarez Romero.
http://www.calle-ficcion.debatepress.com/?p=verNoticia&idNoticia=12756&idCategoria=1