martes, 26 de julio de 2011

Retorno





Retornar, retornar desde las alturas y volver al principio vital, seguir subiendo de nuevo, y desde el mismo lugar donde lo dejamos. He ascendido al cielo, al cielo más azul que jamás soñé y desde allí he visto la tierra, el agua, el aíre, el horizonte.

Por: Juan Manuel Álvarez Romero (debatepress).-

Pero retorno, tengo que retornar… nada se queda en el mismo lugar, todo es movimiento, una espiral vital, existencial que nos envuelve en una humanidad cada vez más compleja y sin puntos de referencias. Miro a mí alrededor y donde antes existían ríos, ahora solo veo desiertos. Como ser, como persona, tengo que creer para poder seguir con una mirada optimista, porque de lo contrario pecaría de lo que veo y, no me gusta. La frialdad, el consumismo desmesurado en todos los sentidos, las guerras, la soledad entran en este consumo, no lo olvidemos; veo una soledad existencial que deja vacío al más enérgico, al más vital,  intento por todos los medios ser critico para salvarme de ella, ser lo más creativo posible para poder demostrar y mostrar que ser, ser persona, ser humano es una tarea que merece la pena… no nos dejemos manipular, seamos nosotros mismos, intentemos no ser un producto de consumo. En esta tarea me empeño y prosigo. Aunque existen días como el de hoy, como el de ayer, o antes de ayer, que agotan al más enérgico de los humanos. Esto ocurre cuando me pongo en la mirada del otro, cuando abro la prensa que ya casi no leo. Y siento esa inmensa soledad de vacío que impera en la humanidad.
Todos somos creativo por naturaleza, sin la creatividad nos abríamos quedado en el primer intento de sobrevivir, utilicémosla de la mejor forma posible, para mejorarnos como personas, como humanos.
En nuestra memoria retornamos, en ella tenemos los puntos de referencias para todo aquello que no debemos volver hacer. De lo bello se aprende, del mal también, debemos proseguir, porque el telón que hoy existe se abrirá próximamente y no sabemos que escenografía nos están montando.




Hay una zona de misterio, una incógnita, | que a veces sólo se despeja cincuenta años después. | Lamentablemente, para ese entonces | no me van a poder mandar un telegrama con el resultado.
Mario Benedetti

Juan Manuel Álvarez Romero, entre Conil y Sevilla: El Puerto de Santa María.




"...quería hablar de Juan Manuel, un artista con una sensibilidad a flor de piel, con una visión del mundo especial y espacial, es escultor, pintor y escritor, al menos que yo sepa; un creador nato que nos muestra en su libro, en su obra lo que lleva dentro."

Por: Salvador Moreno Valencia*

Ya nos habíamos conocido en Sevilla en la feria del libro de 2010, fue en la presentación de la novela La contemplación de Edgar Borges, acudió con su familia, y cruzamos algunas palabras mientras tomábamos una caña junto a insignes poetas y escritores como Paco Vélez, y Pedro Luis Lérida. Edgar Borges nos había encandilado con su platica en la presentación de sus libro, pero también animó el fuego Paco Vélez que fue el que nos pusiera en antecedentes sobre Edgar, yo ya lo había conocido, pero quién mejor que Vélez para hablarnos de La contemplación.

No voy a hablar de éstos, sino del primero al que hace alusión este Conocí a… Juan Manuel Álvarez, así que tras aquel fugaz encuentro quedamos en volvernos a ver en otra ocasión. Pasado el tiempo seguimos el contacto vía cibernética y fuimos alimentando el fuego de la amistad. Como yo iba a pasar por Cádiz para presentar mi novela Santa Compaña, se lo comuniqué, sabiendo ya que Juan Manuel andaba por Conil viviendo-un nuevo rumbo había tomado su vida-, y dejando atrás parte de su tiempo en Sevilla, estaba instalándose en ese pueblo que mira al océano, ese gran océano que vio partir las naves rumbo a un nuevo mundo al que tanto le debemos por herencia de los usurpadores.

Decía que como sabía que Juan Manuel estaba en Conil lo invité a venir a la presentación que mejor le viniera en Cádiz, en El Puerto, o en Sanlúcar de Barrameda. Y a él le vino mejor El Puerto, y allí hicimos intercambio de libros, él me entregó El hijo de las costureras y yo el entregué la novela motivo de la presentación y excusa para reunir a unos cuantos amigos que tengo en El Puerto como son Carmelo Ciria, que se encargó de organizar el acto, Verónica Pedemonte que hizo las veces de madrina del que suscribe, Juan Gallardo, y otros que fueron convocados por ellos, así que en un local Pub estilo inglés se hicieron la presentación de mi novela y el intercambio de libros entre Juan Manuel y yo.

Juan Manuel hizo algunas fotografías del acto y del recorrido que hicimos guiados por dos magníficos guías: Verónica y su marido Juan, autor de la escultura homenaje a los salineros y de otras como la de la mujer en el antiguo presidio de El Puerto, el penal que sale en mi novela Pasos Largos, el último bandolero. ¡Ay penal de El Puerto, penal de El Puerto de Santa María!

Dicen que una reseña, una crítica, o un análisis se dice más del autor de estos que de los reseñados, criticados o analizados, yo ya he dicho suficiente sobre mí, quería hablar de Juan Manuel, un artista con una sensibilidad a flor de piel, con una visión del mundo especial y espacial, es escultor, pintor y escritor, al menos que yo sepa; un creador nato que nos muestra en su libro, en su obra lo que lleva dentro. Así que aquel intercambio de libros me llevó a conocer más profundamente a un hombre como Juan Manuel y además a los que ya he citado, de los que espero poder escribir algún día una breve nota como esta que le dedico al autor de El hijo de las costureras para felicitarlo por su libro que muestra la madera de escritor con la que está hecho, y que augura un buen futuro a su literatura.


alvaeno@alvaeno.com

* Salvador Moreno Valencia ( Setenil de Las Bodegas, Cádiz. España, 1961). Escribe novela, poesía en verso libre, relatos, cuentos, artículos de opinión, ensayos y realiza entrevistas: más de treinta entrevistas a escritores, políticos, cantantes, y poetas. En septiembre de 2010, firmó contrato de edición con OnLine Studio Productions de Panamá, con la novela Hilos rotos para una marioneta y con Casa Eolo Editorial, Huesca, España, con la novela Santa Compaña. Actualmente es director de la Revista Literaria Letras: http://www.alvaeno.com/letras.htm y del periódico Belianís, información general y cultural,

miércoles, 20 de julio de 2011

EL ESPEJO




PENSAMIENTOS


http://www.calle-ficcion.debatepress.com/?p=verNoticia&idNoticia=12756&idCategoria=1

Sentado ante la mesa del café, surge alguna imagen, movimiento o palabra; como en un lienzo blanco del cual surgen mil ideas abstractas que se conjugan en un sin fin de metáforas, cuentos, leyendas o misterios reales.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero*

La mirada se pierde tras la sombra del toldo, junto al mar y la arena bajo mis pies; el café deja de humear y sin saber exactamente donde dirigir mi atención, los pensamientos no paran en un sin sentido, al menos hasta que les encuentre donde asentarlos; los ojos no dejan de examinar lo que me rodea y, sin embrago mi cuerpo se siente relajado, tranquilo y distante de todo, sobre la arena, junto al sonido constante de las olas, la mesa con mantel de plástico y el café.

El periódico que solté al llegar junto a los cigarrillos y un libro de Onetti “Cuando ya no importa”, me avisa de que otros momentos se están moviendo en otros lugares, complejos, confusos, con verdades o sin ellas las palabras rellenan las páginas del diario. En este caso no leo metáforas, ni cuentos, solo posibles realidades que nos conciernen a todos, nos involucran a todos a seguir caminos que aunque no queramos nos obligan a seguir de algún modo, y los que no, deberían involucrarnos. Me repito una frase que se convierte en mi dogma, “La mejor forma de ir contra el sistema es tener nuestros propios pensamientos”

Mis pensamientos siguen su periplo por el lugar, cabalgan entre las utopías y las mesas del café, con mi ojo, el de la nuca, persigo otras voces que hablan de cosas más normales que las que suelen pasar por mi cabeza en estos momentos, hablan del amor, hablan de sueños, de verdades y de cómo conseguir deseos; loterías, quinielas, vacaciones, sol, playa, también de la fiesta la noche anterior. Un grupo de jóvenes cuentan el número de novios que han tenido, otros, los caballos de potencia de sus coches…

Mis ojos frontales buscan algo en que asentarse, quizás para buscar algún pensamiento concreto, algo más complejo para analizar ¿o quizás debería dejarme fluir? No todo tiene que ser analizable, ni complejo; le doy un sorbo al café, después me acerco un cigarrillo a los labios, ¡aquí se puede fumar!

El sol busca esconderse tras la línea del horizonte, con una paleta de colores que me sorprende cada día, rojos, naranjas, violetas, amarillos… quizás el sol hoy se marche sin respuestas, o con las necesarias para poder descansar. Creo que a mi, aun me queda proseguir buscando en los pensamientos alguna pregunta o respuesta, aunque estos, los pensamientos, nunca nos abandonan y mostrándose de múltiples formas, significados, causas y efectos, simples o complejos, alegres o tristes, siempre están ahí, como el atardecer que nunca es igual.

De regreso a la mesa termino con mi café ya frío; observo que el cigarrillo se consumió entero en el cenicero dejando su forma definida en las cenizas y recordándome que el tiempo también pasa. La mirada se dirige entonces a la muñeca derecha buscando las agujas del reloj, el cuerpo reacciona al estimulo de sentir que el tiempo voló, la mano izquierda se dirige a recoger el libro de Onetti que ni siquiera pude abrir, la mano derecha atrapa el paquete de cigarrillos y el diario, la izquierda busca en el bolsillo alguna moneda para dejar en la mesa. Con la mirada busco al camarero y le indico que me marcho… Ahora creo que encontré nuevos pensamientos… distintos, pero pensamientos.



Imagen titulada "Ante la mesa del café". Autor: Juan Manuel Álvarez Romero.
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jueves, 7 de julio de 2011

DIARIO DE LA TRIBU La palabra sigue evolucionando






La mente humana es y ha sido motivo de estudios constantes a lo largo de la historia, encierra tantos secretos y tantos conocimientos por explorar que seducen al menos erudito. También fue y ha sido un motivo muy importante para que los sistemas, tanto sociales como políticos la estudien con mucho interés; estudiarla para prevenir el movimiento de la tribu, de la sociedad, de la colectividad en su propio beneficio. Ya sabemos todos que generó y genera.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero (debatepress).-

Las aves migran guiadas por el instinto y su orientación a través de las estrellas, los murciélagos se orientan por los sonidos, las manadas de leones y lobos se organizan y atacan en grupos, las hormigas planifican batallas y tienen la capacidad de cultivar, los seres humanos expresan sus pensamientos y sentimientos a través de las palabras.

Somos parte de un circuito de neurotransmisores entrelazados con neuronas y células y, cada una de ellas con una programación especifica, esto, desde un punto de vista científico hace que sea imposible saber donde están o de donde proviene nuestras ideas, nuestros pensamientos, pero si tenemos una consciencia clara y por ello deducimos y analizamos sus procedencias.

Sin duda, formamos parte de los animales descritos. Podemos ser depredadores que trabajan en grupos, podemos ser hormigas que planifican como cultivar y prevenir con ello la escasez de alimentos. Podemos ser parte de cualquiera de los millones de animalitos que viven en el planeta y, cada uno de ellos con programas cognitivos diferentes. Tenemos claro que todo es un proceso evolutivo de aprendizaje, de adaptación y supervivencia, pero que a su vez genera dependencias, y eso ayuda a quien quiere controlar y controla.

Aprendimos primero a comunicarnos con signos y después con sonidos para posteriormente comunicarnos con la palabra… la palabra como mensaje, como pacificadora y reconstructora nos sirve en los procesos sociales, anulando la violencia, promoviendo proyectos sociales. Quiero decir con esto, que la figura del político fijo ya es una mierda, no es valida, no soluciona lo que el colectivo, la tribu necesita, al menos tal y como lo conocemos hasta hoy. En otros procesos sociales, en otros lugares y tiempo, la figura del único se cambia en cortos periodos de tiempo, al igual que los grupos que se designen para evitar de esta forma la corrupción, el desinterés, las filtraciones, la mentira… regenerar continuamente y trabajar entre todos evita que el sistema controle, maneje y aniquile.

La consciencia tal y como la conocemos, es colectiva y esto es lo maravilloso, el poder de esta es capaz de planificar un sistema complejo de civilización que llamamos sociedad, tribu, colectivo, humanidad.

El hecho de pertenecer a la humanidad nos hace tener consciencia de lo que somos tanto individualmente como en colectivo, el compartir y organizarnos nos hace ser solidarios, la falta de un individuo es importante, cada uno aporta su trabajo, cada uno tiene su especialidad, todos somos importante en la colectividad, en la tribu.

Pero vuelvo a decir que formamos parte de un proceso evolutivo lento, de adaptación al medio, y esto lleva su tiempo; la palabra sigue evolucionando al igual que la razón.

2011© Juan Manuel Álvarez Romero –

martes, 24 de mayo de 2011

LA MIRADA DEL OTRO



LA MIRADA DEL OTRO
Semana del 20
Escuchando a John Coltrane

MI LUGAR NO ESTÁ AQUÍ EN EL CIELO, SÉ QUE NO PUEDO QUEDARME EN EL CIELO... PERO SI QUE PUEDO VOLAR, SOÑAR, CAMINAR... VOLAR NO ES SOLO PARA PÁJAROS.


En la cordura está la locura, no cabe duda, uno está cuerdo hasta que la mirada del otro le dice que no lo está, o la cuestita, en ese momento comienza un conflicto interno complejo para el uno y para el otro, reclamante de cordura.

La lógica y la verdad van unidas, las respuestas son otra cosa... siempre se deben cuestionar, nunca vienen hechas...

En la memoria quedan esos silencios que nunca fueron sonidos, palabras; en ella quedan solo los recuerdos de aquello que pudo ser y no fue, que en realidad quedó en el alma y, en el corazón como algo real, pero que solo fue eso, un sueño maravilloso, hermoso.

Asumimos los hechos, pero muchas veces sin ver sus causas, los juzgamos en nuestra realidad, sin mirar sus efectos en los demás. ¿Como enfocar esos hechos sin dañar, sin molestar, sin herir? En el camino encontramos esas respuestas, pero casi siempre demasiado tarde, cuando el daño y la herida están hechos. Los sueños deben volver a retomar un nuevo vuelo.

Bajo este criterio que podría aplicárselo a todo en general, sentimental, amistad, laboral, existencial, etc. La mirada interna es continua, debe ser continua para mantener la lógica.

La sociedad es reflejo de nosotros mismo y, además con efecto rebote. Nos partimos el alma diariamente por ser felices y hacer feliz a los demás; pero en ocasiones sin un límite coherente, y sin resultados, volvemos a casa tan solos como salimos de ella, “la felicidad dura una leve eternidad” y con las sombras de la incoherencia a nuestras espaldas.

Mil veces nos exponemos a perder nuestro corazón, muchos lo han perdido ya, otros intentan no perderlo del todo y los que aun lo tienen intacto suelen andar rechazados, solitarios y extraños. No sé, la fuerza del alma llama al otro alma, ese alma que llamamos consciencia, en la que entra la razón, la lógica y como no, las dudas (preguntas y respuestas) dudas a perder lo poco que puede quedar de las dos partes, el alma y consciencia “llamémosle también razón y, lógica”.

La inconsciencia de nuestras acciones daña al alma de los demás, “a la del resto de la comunidad”, incluso la nuestra, en un desgaste lento, casi imperceptible, pero muy eficaz, mortal a largo plazo y, que nos debate en determinaciones drásticas en las que debemos mostrarnos sin alma para defendernos de ello.

La moral, otra parte que nos desbloquea cuando la percibimos inmoral, cuando vemos que no existe, cuando cierta moral apaga la voz del corazón, cuando las razones se interponen entre nuestro corazón y la lógica.

En la mirada del otro veo todas estas preguntas, creer o no creer, esa es la cuestión. La razón de ser, la fortaleza en sentirse, la moral de estar y, la necesidad de ser y de seguir creyendo en todo y, en los todos, sin esas creencias no podríamos vivir. En mi opinión es lo más importante, creer por encima de todo, creer es vivir. Pero en la mirada del otro persiste esa agónica duda. La insoportable levedad de la duda. En nuestro corazón está el ser más humano, en nuestros sueños está el corazón de serlo.





2011© Juan Manuel Álvarez Romero


No conozco la razón, pero sí, me oriento entre ella y la lógica. Sé de la verdad, pero no entiendo su mensaje cuando me llega de mil formas diferentes.

Las palabras se equivocan tantas veces como la razón y la lógica.

Otras me siento perdido entre la locura y la búsqueda de lo que veo.

No entiendo las veces en las que te encuentras ante noticias que dejan perplejo, las bombas noticieras que me descolocan en una sin razón llena de paradojas como ¿es verdad lo que me dicen? ¿Es coherente? ¿Hay sentido?

Camino desolado ante las calles repletas de sombras expuestas a otras miradas perdidas.

El ritmo del movimiento deja mucho que desear, ya que no es otro que las luces de la mañana, después se desploma en forma de globo desinflado. Las horas, nunca cierran, siempre están abiertas.

La mirada del otro, dice que mañana será otro día, que hoy se terminó para un mortal como yo, ahora le toca a otro; yo he cumplido con el día.

La mirada del otro solo vende, intuye mi interior, me deja desnudo ante sus ojos, y saca de mi lo que necesita, después soy despojado como un rollo de papel higiénico ya en uso, dejé de ser útil; al menos por hoy.

Cuando aterrizo dentro de mi habitáculo, las luces de la angustia asoman bajo el sofá, las angustias de ayer, antes de ayer y así tadas las de la semana “Un día de estos debo hacer limpieza.

Una caja sobre la mesa me dice lo que ocurre fuera, fuera de todo mi mundo y a la vez dentro del que vivo, el global. Intento mirar hacia otro lado pero para eso debo desconectar también el sonido, ese sonido de palabras me llenan la cabeza de sin razones lógicas.

Los días se marchan, al igual que las personas llegadas la hora; te quedas solo en la barra del bar y ya eres mal visto. Si caminas solo también. Si intuyes eres extraño.

No sé, a veces… por donde caminar sin ser visto, sin ser comentado. ¿Como se puede?

¿Por que esa mirada del otro?

La mirada del otro marca el paso de todos, pero la mía no puede evitar mirar a los ojos del otro.

La quántica hace presencia y, me avisa de que ya debo ir a dormir, mañana me toca volver al mismo lugar.


***


EXISTEN MOMENTOS EN LOS QUE DE ALGÚN MODO MIRAMOS POR NUESTRO INTERIOR RECORRIENDO LUGARES YA OLVIDADOS, PERO GRABADOS EN LA MEMORIA Y NUESTRO ALMA... EN ESOS MOMENTOS NOS VEMOS Y, VEMOS REALMENTE EN LO QUE NOS CONVERTIMOS EN EL CAMINO, PARA BIEN O PARA MAL, SOMOS LO QUE SOMOS Y CONTINUAMOS EN ÉL TRANSFORMÁNDONOS EN CADA PASO.


Las obligaciones diarias nos envuelven en electos continuos de las horas, de momentos robados y dedicados en exclusivas a un mundo que nos vuelve monótonos.

Caminamos sin un rumbo posible a causa de la presión de las horas, de los minutos que se acumulan en desusos, en olvidados de una vida sin tiempo.

El tiempo dejó de tener la importancia que originariamente tenía, vivir. Pero claro, cada uno de nosotros tiene un concepto diferente de ese uso maravilloso de ser, de estar, de pertenecer a un ciclo natural ya en desuso. Cada uno de nosotros inventa su propio ritmo, adecuado a sus necesidades diarias compuestas de horas, minutos borrados, vacíos.

Nos llenamos de posibilidades de generar vida, de sentir el palpitar de esas horas que regalamos y que nunca nos pertenecieron.

Las palabras que nunca dije se acumulan en mis silencios y, estos se apelmazan en un sin fuerzas que a su vez genera una acumulación de energías explosivas al punto del peligro de explotar, de aniquilar cualquier sonido a razón, lógico… esperanza; y voy descubriendo que las palabras sin sonidos tienen toda la fuerza. Y las que las tienen suenan a vacío, sin ninguna energía. Ya nada suena a lleno.

Hoy vuelvo a sentir la mirada del otro en mi diario de silencios, en las sombras que me despiertan en plena madrugada avisándome que debo ciertas horas a alguien, que los minutos descansados no me sirvieron, al menos como yo pensaba.

Mañana está muy cerca y, en la calle ya suenan otros que como yo se encaminan a regalar sus horas. Otros en cambio, intentar regalarlas, pero que aunque quisieran, no les dejan… porque no todo el mundo tiene ese derecho y, su abatimiento es aun peor, porque están regalando sus horas de vida a una posibilidad, a una lógica, a una razón, a un derecho que no les llega; poder regalar sus horas a otros.

En este recorrido aun nocturno, observo a los que regresan en el reflejo de mi ventana, cansados, oprimidos, sin fuerzas. Pero con cierta sonrisa en los ojos de haber podido regalar sus horas.

Esta sonrisa en los ojos, siempre me procupó.



EXISTEN MOMENTOS EN LOS QUE DE ALGÚN MODO MIRAMOS POR NUESTRO INTERIOR RECORRIENDO LUGARES YA OLVIDADOS, GRABADOS EN LA MEMORIA DE NUESTRO ALMA... EN ESOS MOMENTOS NOS VEMOS Y, VEMOS REALMENTE EN LO QUE NOS CONVERTIMOS EN EL CAMINO, PARA BIEN O PARA MAL, SOMOS LO QUE SOMOS Y CONTINUAMOS EN ÉL, TRANSFORMÁNDONOS EN CADA PASO.
No conozco la razón, pero sí, me oriento entre ella y la lógica. Sé de la verdad, pero no entiendo su mensaje cuando me llega de mil formas diferentes.


En ir y venir de de los días, nos involucramos en un cordón ilógico lleno de sorpresas abstractas que si las miramos bien no es otra cosa que la monotonía diaria del ir y venir… la armonía de nuestras propias sombras son las que evitan la locura de perdernos en un bosque de hormigón, de escaleras sin fin, de horizontes ficticios, de escenografías sociales que nos muestran un mundo onírico sin aíre, sin respuestas, sin texturas, sin vida a la que agarrarse.

En un reflejo, veo que el cansancio viene en la mirada, en el cuerpo, en el alma. No hay una meta consagrada definida, no hay una solución al miedo de esto o nada.

Ese miedo nos envuelve en gotas espesas de soledades que penetran en la nuestra, concluyendo en una sombra densa que convierte nuestras vidas en puro espanto. El pan humea en algunas bolsas, pero en otras brilla por su ausencia.

Soñar con un mundo mejor no es malo, las utopías se crearon para soñar, ¿o tal vez somos producto de una de ellas? no sé. Caminamos dentro de una burbuja, o tal vez no percibimos cual es el sueño, o el sueño que nos tocó vivir. Quizás somos unos errantes; sin fronteras, sin vidas propias… pero eso no me preocupa, me preocupa más el saberme parte de algo que no es perceptible, la continua sospecha de estar dentro del miedo.

Las palabras que llegan, vienen vacías de sentido, inconclusas de significado, pues las palabras dejaron de tener sentido en el mismo momento en que se olvidaron de este. La verdad.

La verdad se ha convertido en una meta diaria, su búsqueda nos agota en infinitas puertas cerradas, que nunca se abren, aun golpeándolas con fuerza, aun empujando en grupo, aun sabiendo que la verdad es parte de una vida entera de búsqueda. Esto no nos quita el derecho de buscarla en un sistema que se desvanece a nuestros pies, ese deseo vital de sobrevivirla nos absorbe en gran parte del camino vital de nuestra existencia.

En cada vida humana, existe una necesidad innata de respuestas, sin tener clara cual es la pregunta. Muchos caminan con las respuestas a todo, pero totalmente desorientados, buscando las preguntas de sus respuestas, otros buscamos con preguntas que no tiene respuestas y, la mayoría buscan las dos cosas, pregunta y respuesta.

Me maravillo al ver que existen caminantes sin ninguna de las dos, sin preguntas, ni respuestas, porque realmente nacieron para vivir, vivir sin preocupaciones, sin motivos para ello, tan solo ser felices en un mundo que les ofrece de todo, sin esfuerzo. Sí, existen, doy fe de ello.

Para los que si nos tocó preguntar o responder, andamos ese camino de ir abriendo y cerrando puertas. En mi mirada busco respuesta, pero en la mirada del otro veo con tristeza que no tiene la pregunta, o viceversa.

Algo en mi interior me dice que somos nosotros quien debemos darle forma a todo; que debemos caminar sin tantas preguntas, sin tantas respuestas, pero otra parte de mi no deja de hacerse preguntas al igual de darse respuesta por el camino.

En la mirada del otro, en ocasiones percibo una franja en el horizonte que promete respuestas, y cuando esto ocurre, instintivamente me encamino hacia esa brecha de razón, lógica y esperanzas.

Juan Manuel Álvarez Romero© 2011 - Escritor y creativo multidisciplinar