lunes, 16 de mayo de 2011

RECORRIDOS


         

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                                                RECORRIDOS
Las horas ante tus reflejos me absorben en la inmensidad de los sueños, en la lejanía de los tiempos, de los sentidos y de las sensaciones.

La huella de tus colores, los sonidos de la vida que derramas, de aromas, brisas y sensaciones.

La oscuridad del tiempo se ilumina en tú sonido, el frescor de tú recorrido, en el fluir de la vida que emanas se convierte en un vergel de vida.

Las sombras de los centenarios árboles ya vieron demasiadas huellas; me reconfortan en lo más íntimo y, en lo más hermoso de todo lo que me aportaste; ellas no ocultan ni esconden, al contrario resaltan y embellecen tu figura, símbolo de vida.

Entre las sombras penetran formas de luz en sus más amplios cromatismos, formando y deformando todo a tú alrededor, entre geometrías y formas sin definir; entre tus lágrimas y tus reflejos, entre los colores que acaparas no para ti, si no para mostrar. Naranjas caídas del árbol, amarillos de limoneros, blancos de la Natura y jazmines, rojos de las buganvillas, y del verdes de tus protectores centenarios.

Las hojas marcan el cambio de estaciones flotan entre los reflejos y sombras, entre las luces de tú alma agua.

El agua, sombras y cromatismo, se resisten al tiempo. En tus sonidos, en tus miedos, en tus amores y en tus vidas que vieron y dejaron demasiadas huellas, pero que sin duda te dan la gran presencia que posees.

Supiste transmitir a los poetas que derramaron sus lágrimas en ti; a los antes que se prometieron amor eterno, escribieron después los más bellos poemas.

Tu belleza quedó expresada a través de las manos de los artesanos que te vistieron, te adornaron y te amaron. Las manos más sutiles de jardineros te dieron este hogar, este entorno, te rodearon de arrayanes, rosas, ficus, damas de noche… te rodearon de columnas, pilastras y asientos con los más hermosos azulejos, de las plantas más exóticas traídas desde otros continentes para embellecer tu sonido y tú presencia.

Viste a príncipes y reyes convivir desde su niñez junto a ti, y te contaron sus más íntimos secretos y deseos.

Las lunas que se miraban en tus lágrimas, aun regresan cada noche a escuchar tus relatos, cuentos, poemas y leyendas; junto a las palomas, gorriones, jilgueros, mirlos… siguen tras generaciones bebiendo de ti, que como un manantial inagotable nunca les dejaste con sed.

Sabes que aprendí a caminar junto a ti, tus cantos me sirvieron como nanas. Mis pequeños pies se refrescaban en ti, en los días de más calor también ofrecías refugio a todo aquel que te pedía consuelo. 
Tus sombras fueron mías también, tus lagrimas acogieron las mías, mis primeras palabras fuiste tú quien las escuchó. Me viste crecer, me viste sentir, amar, me acompañaste en mi primer beso.

Hoy soy yo, un simple poeta, amante de tus sombras, tú sonido, tú fluir, tú sabiduría quien te escribe y te cuenta.

Seguí tú camino allí donde fui, hablé de ti, de tus palabras, de tus silencios, de los aromas más hermosos que te rodean, de tus luces, de tus sombras, de tus lunas y tus días, de tu magia. De la vida que emanas…  

Hoy vuelvo a ti con añoranza
Hoy quiero hablarte
Hoy quiero volver a sentir
Hoy quiero contarte
Hoy vengo a ofrecer


Juan Manuel Álvarez Romero© 2011 - 







     

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