sábado, 30 de abril de 2011

A ERNESTO SÁBATO

  
        La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados.
El artista debe ser mezcla de niño, hombre y mujer.
El proceso cultural es un proceso de domesticación que no puede llevarse a cabo sin rebeldía por parte de la naturaleza animal, ansiosa de libertad.
La vida es tan corta y el oficio de vivir tana dificil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.


ERNESTO SÁBATO DECÍA QUE PARA QUÉ SEGUIR ESCRIBIENDO, SI AL FINAL NO QUEDARÁ NADA... ¿Para qué tanto lío si hemos de morir y no quedará ni una línea, ni siquiera un verso sencillo?





LA GOTA. (30-ABRIL-2011)


HOY SALTÉ LEJOS
CASI NO LLEGO
PERO LLEGUÉ.
SALTÉ TAN ALTO QUE CAÍ
SALTÉ TAN LEJOS QUE VOLVÍ
HOY QUISE SER.
               ***
HOY FUI GOTA
Y AL CAER
SALTARON MIL
MIL FORMAS
MIL LUCES
MIL HERMANAS.
               ***
HOY SALTÉ LEJOS
TAN LEJOS QUE VOLVÍ
HOY FLUYO
HOY RECORRO MARES
¡LLEGUÉ TAN LEJOS!
HOY SOY MAR
Espero que allí todo sea como tus utopías...



2011© Juan Manuel Álvarez Romero http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.canal-literatura.com%2FBLOG%2F&h=a9ef5

lunes, 25 de abril de 2011

LA AUSENCIA “A Gonzalo Rojas, para que no quede en el silencio y sus palabras queden en nuestros silencios”




LA AUSENCIA Y LAS HORAS SE ETERNIZAN, 
LA ESPERA SE CONVIERTE EN UN SUPLICIO, 
LA SOLEDAD EN UN MARTIRIO
EL SILENCIO EN EL ÚNICO COMPAÑERO 
EL VIAJE SIGUE, EL TREN CONTINUA SU RECORRIDO
LAS HORAS QUEDAN ATRÁS COMO LA HUELLA DEL SILENCIO.  
2011© Juan Manuel Álvarez Romero 

LA COLMENA HUMANA


La sociología y la antropología modernas coinciden en señalar que la sustancia de la cultura, o la civilización, es la tradición social, y que esta tradición social se puede modificar de manera indefinida con los aprendizajes nuevos que los hombres realizan para vivir juntos de manera mejor y más feliz // Así el estudio científico de las instituciones despierta la fe en la posibilidad de rehacer tanto la naturaleza humana como la vida social humana. (Charles Ellwood)



Vivimos encerrados en una jaula-trampa opuesta a la libertad, manejados por estamentos organizados a partir de nosotros mismos; con muy pocas posibilidades de ser creativos y optimistas a la hora modificar este camino que a lo largo de la historia fue generando normas y sistemas sociales que han ido moldeando el entorno social en que él, el ser humano, nosotros, debemos sobrevivir y desarrollarnos como individuos, como persona, pero que a la vez nos vemos convertidos en maquinas, y fuente de sostén del sistema comunitario al que pertenecemos.

A lo largo de la historia y poco a poco fuimos pasando de situaciones opresoras, guerras, hambrunas, epidemias y sobre todo transformando una cultura que al mismo tiempo iba imponiendo las formas del cómo vivir; todo esto ha ido generando la necesidad de sentirnos protegidos, por murallas, torres, castillos y por ciudades, que a su vez forman la maquina de generar la auto dependencia; de convertirnos en dependientes de los demás, y viceversa, la autodependencia de tipo mercantil, económica y consumistas que en definitiva es lo que mantiene activa y viva la maquina- jaula que una vez dentro no nos deja salir.  A la vez estas necesidades se hacen mayores cuando entras a formar núcleos familiares, y que a su vez esta genera nuevas necesidades que la comunidad ofrece a cambio del intercambio comercial, mercantil.
Así  fuimos cerrando puertas, pero evidentemente con la ayuda de un sistema siempre pendiente de cómo irse abriendo paso por cualquier rendija abierta en la comunidad, el sistema que desde su puesto ha ido beneficiándose de la buena maleabilidad de un colectivo que sufre, que es susceptible, frágil, débil en situaciones difíciles y, autodestructivo; desde esa posición ha ido forjando un método tanto económico como social cada vez más complejo y poderoso en nuestra contra. Esta vulnerabilidad ha hecho que se creen nuevas formas para que la comunidad se autocontrole, entre más dificultades tenga más dependerá del resto del colectivo y éste a su vez de un colectivo mayor y así hasta llegar a la sociedad global, y de quienes mueven la economía, de quienes se benefician de las desgracias.

El sistema no tiene la libertad que poseemos como ser individual, cada uno de nosotros es incorruptible, elevado y magnífico, unidos como uno solo somos un muro difícil de superar para los que mueven los hilos. La historias está llenas de personas que han intentado organizar a grupos y colectivos para enfrentarse al poderoso, pero siempre acaba con infiltrados que rompe al grupo, y al hacerlo rompen la fuerza que tanto teme el sistema. Pero esto sería la historia manipulada, el miedo inculcado a base de fuego y mentiras…  En grupo socialmente hablando, somos vulnerables, especialmente si no existe una fuerza de unión fuerte y sólida. Somos dependientes; esta es una de las herramientas más poderosas que ejerce el sistema  contra nosotros, a través del miedo, como por ejemplo el trabajo. Herramienta más que utilizada y reutilizada contra cualquier amenaza de unión, o forma de oponerse a la maquina. Todos somos conscientes de ello, pero no podemos modificar por su fuerza cultural y de forma de vida a la que nos vemos envuelto sin dilación, por nuestras propias necesidades sociales y dispensadoras. La ciudad, el país, la comunidad en la cual debemos movernos a diario para poder sobrevivir es sin duda, nuestra propia cárcel; la moral es otra prisión, la  ética, la educación, la política, los tabúes que desde que nacemos nos van marcando, pero que a la vez vamos marcándonos a través de nuestras propias experiencias, de la cultura en que nos tocó vivir, y la que nos transmitieron.
Hoy la razón de ser en nuestra sociedad es exclusivamente tener trabajo, sin él, la verdad que te conviertes en un antisistema, en un no valido, y eso se le llama terrorismo de masas. Es la forma más eficaz de someter a la sociedad dentro de una arquitectura social que solo ofrece esa posibilidad, o trabajas o no existes, y si no existes como parte de lo que te ofrecemos no podrás sobrevivir entre nosotros, y por desgracia es así, nosotros mismos marcamos estas diferencias entre los que nos rodean, entre aquellos que no están dentro y los que si lo están. Nos sentimos mejores cuando todos están dentro… cuando algún conocido de queda fuera se tiende ayudar, y se le apoya, pero si esto se alarga es excluido paulatinamente hasta que deja de estar entre nuestra reuniones por la sencilla razón de que pasa a ser un tipo raro, alguien que no encuentra trabajo es por algo, alguna razón habrá, y así entra más lejos mejor, así no nos nubla nuestra bella existencia.
De esta forma el sistema aniquila a millones de personas al año, y esto es un hecho, es tan real como la vida misma. Aprovecha que somos así de excluyentes, de nuestros miedos a que nos ocurra lo mismo.

Hoy vi a la señora del quinto salir deprisa, como una sombra de un rayo, imaginé que debía llegar tarde al trabajo. Pocos minutos antes su marido ya salió para abrir su negocio y ella  ya había vuelto de llevar a los críos al colegio, pero antes, así como una hora, ya había salido y vuelto de comprar el pan y inundó las escaleras del aroma a café recién hecho. Esta historia se repetía todos los días, salvo los fines de semana que faltaba la salida de los niños al colegio, pero que no quitaba que ella y su marido salieran corriendo para abrir su negocio, ya fuese sábado o domingo o cualquier día festivo en que todo el mundo descanse”.

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“El marido de la señora del quinto se quedó sin trabajo hace más de dos meses, hay que ver que cara tiene ese tipo, ella trabajando y el ahí, sentadito delante de la tele todo el maldito día, sin afeitarse, sin peinarse… desde luego, y mira ella sale entra y siempre parece feliz… debería mandar al tipo a la mierda, ella vale mucho y él un pendejo que no quiere trabajar”.
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La señora del quinto no sale ni para tirar la basura, el marido lo tiene que hacer todo, lleva los niños al colegio, le hace la comida, limpia la casa y además se lleva a los niños los fines de semana por ahí, y ella ahí, en su casa como una señora, no se vaya a romper las uñas… no se como la aguanta, debería mandarla a la mierda… no sé que se habrá creído… pobre hombre
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Vaya, la funcionaria que me vino a tocar en la ventanilla, así trabaja cualquiera,… deberían mandarla a la calle y meter a otra más competente…
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Bueno podría poner muchos más ejemplos como estos, pero prefiero no seguir…Esto por desgracia es en todas partes y de todas las formas imaginables, excluimos y gustamos de hacerlo, es lo terrible de todo esto, entramos en el juego.

Este sistema, tanto global como en pequeños grupos, comunidades, ciudades… etc… está caduco, y es hora de cambiarlo desde nosotros mismos; Sabemos como se mueve la maquina, sabemos como piensa, pero no hacemos nada., al contrario,  Podemos hacer algo y, ese algo es oponerse siempre a cualquier movimiento del sistema, siendo la única posibilidad de no ser manejados sin respuesta.
El deseo de libertad del individuo lo hace fuerte, es más, es único. Pero ….!!!
2011© Juan Manuel Álvarez Romero 

CUANDO ME SIENTO ANTE TI


Cuando me siento ante ti, siento el vértigo del paisaje. Las horas pasan volando como gaviotas que se lanzan al agua por un pescado. Las sonrisas de un niño me llama la atención. El ruido de un coche que arranca abajo en la calle. La música que marca los minutos. Las horas que se asoman y se van.
Cuando me siento ante ti, me quedo en blanco. No puedo pensar. Me abstraigo con cualquier movimiento sonoro o visual.
Cuando me siento, dejo de sentir. De vivir. De caminar.
Escribirte se convierte en un golpe seco que me provoca que los dedos dejen de teclear.
Los paisajes vuelven a aparecer. Tú sonrisa asoma y me da la energía para recomenzar.
Tú, papel, que me asombras con tú sabiduría, con tú silencio blanco y tú mundo interior.
 2011© Juan Manuel Álvarez Romero 

lunes, 18 de abril de 2011

POR DIOS!

EN OCASIONES, CUANDO NOS TOPAMOS CON NUESTRA PROPIA REALIDAD, NOS DAMOS DE BRUCES CON UN MURO COMPUESTOS DE NUESTROS PROPIOS SUEÑOS ACUMULADOS.
 2011© Juan Manuel Álvarez Romero

DEL CAMINO CREATIVO A VOLVER A HUMANIZARNOS

Pese a tantas y tantas desgracias como hemos heredado es preciso reconocer que se nos ha legado una libertad espiritual suma. A nosotros corresponde utilizarla sabiamente, reducir la imaginación a la esclavitud en virtud de aquello que con grosero criterio se denomina felicidad, es despojar a cuanto uno encuentra en los más hondo de si mismo del derecho a la justicia, a permitirse llegar a saber de si y de cuanto rodea eso que puede llegar a ser…. 
Andre Bretón “Primer Manifiesto Surrealista”


Este documento ha surgido para nosotros a través de una discusión que nos planteaba el texto anterior a cerca del miedo,  y  ha aparecido como consecuencia de esa reacción un poco de ceja fruncida  a quedarnos solo en contextos críticos, y la necesidad de revitalizarnos en una discusión que más allá de crítica sea propositiva.
La respuesta a nuestra discusión sobre las formas en que como humanidad se ha enfrentado el miedo la hemos visto como un impulso que por siglos ha dado origen a diversas formas de resistencia y creatividad, a encuentros y desencuentros de propuestas que al margen del régimen establecido de mercado, control y rentabilidad han intentado proponernos saltos humanos fuera del cruce de realización constante y de un deseo que surge como mercancía.
Allí donde se asocia nuestra imaginación y el legado social recibido ( técnico, espiritual, estético, mítico ) a las opciones que vemos o no de reconfigurarlo, proponerlo, recrearlo, es desde donde  pretendemos ahora retomar no solo una reflexión propia sino proponer a otros alimentarla, es decir, que este sea un punto de partida a generar conexión desde diferentes ángulos creativos.

CREATIVIDAD O MUERTE

La posibilidad de llenar el vacío constante que produce la alienación y reconfigurarlo como lugar de creación constante, es la mejor forma de resistencia, es la búsqueda de propuestas a la sociedad instaurada, al deseo estándar y el menú de vida que se escoge y  suple desde el orden mercantil.

Nos preguntábamos que ocurriría si miramos atrás un poco en el tiempo desde mediados del siglo XIX  donde la incipiente industrialización llevaba en su motor el camino de la liberalización del mundo occidental, las bellas artes obedecían  a los gustos estéticos de la alta sociedad europea o a ser espejos del desastre humano que engendraba el paraíso liberal un siglo después de la revolución francesa, mientras la ciencia tomaba asiento en primera clase.  Las condiciones humanas de los personajes hacinados en ciudades sin infraestructura e inundadas de hambre se hacía notar en el arte popular, en la literatura realista y naturalista, en los paisajes grotescos de gentes oscuras y desdentadas que morían en las esquinas mugrientas de las grandes urbes, así en plena instauración  de un nuevo sistema socio-económico vemos como las artes toman un camino retratando su entorno, e interviniéndolo, en contra de un sistema tradicional clásico que no satisface las necesidades de su época los artistas proponen miradas y actos  revolucionarios dentro del momento, rompiendo con los cánones clásicos, estallando en una multiplicación de nuevas formas, cambiando perspectivas en arquitectura, estallido de color, de conceptos estéticos, de miradas sobre su entorno y aprehensión de la realidad.

Desde  el final de la segunda guerra mundial 1945 vimos como las artes, el pensamiento,  intelectuales, y pensadores, se encerraron sobre si y generaron una visión nuevamente desgarrada del mundo, pero no por eso menos propositiva, donde se planteaban como propuesta la impaciencia, donde se oponían al mundo de la miseria de su humanidad en tanto sus valores los desvinculaban de su verdadera naturaleza y estremecidos durante 15 años mas de guerras y juegos de dominio territorial dieron origen a un movimiento vital sin precedentes en todos los ángulos creativos que recorrió gran parte del mundo hasta finales de la década de los 70, y que quizás como en ningún otro momento diseño las herramientas desde las cuales los modos de producción aprendieron que en el orden del control el primero en encerrarse dentro del sistema de circulación mercantil debía ser el sujeto de motor revolucionario, así el artista, el creativo se dibuja como  una herramienta-producto de consumo mutando  de esta forma su capacidad productiva en tanto su deber ser  esté enlazado a un sistema académico, o a un prestigio rol en donde su producción pueda ser objeto de promoción de un producto, de una idea, de un modelo de cuerpo o pieza valioso decorativa para un coleccionista millonario…

Los objetos que eran voces generadoras de reflexión, que provocaban la mirada interna que proponían constantemente el mundo,  acallados dentro de los escaparates decorativos, o los prestigiosos museos reaparecen constantemente inundados de formas pero desterritorializados como obra transformadora, como giro del ser humano como productor de  conocimiento en tanto propulsor de movilidad social, allí los espacios creativos carecen de peso, vaciados de su contenido humano, eliminados poco a poco en una lógica de privatización mental.

Edward Munch  antes de comenzar la segunda década del siglo XX expresa en su obra el grito el horror de un periodo que encierra todas las atrocidades que trae el cambio sociológico, el horror de lo que viene y de lo que ha quedado atrás, es esa la marca sin sustituir aun que el motor del capitalismo ha dejado a su paso.

De la revolución industrial,  a la última  liberación y ampliación de los mercados y el control del cuerpo y de los códigos del deseo, de la construcción aparente de modelos ya predeterminados y determinados, se nos ha caído encima un  mundo que se hace cada vez mas territorio árido para la sobrevivencia de la imaginación.

Un entorno cotidiano que a nuestro alrededor  ha  hecho de  las practicas económicas y productivas una cosmogonía  y donde aparentemente  eliminados los espacios de convergencia creativa o de capacidad colectiva para imaginar y proponer otro universo fuera de este,  parece un “otro” mundo difícil siquiera de rozar con la punta de los dedos.  Pero es desde donde son miles las formas de banalización de los territorios donde gestar estos focos de modelos de cuerpo, deseo e imaginación distintos es tarea diaria,  y donde vaciando el sentido profundo de sus prácticas se nos ha legado incluso un lugar privilegiado dentro del mercado de la rebeldía y la industria decorativa, nosotros seguimos viendo las fracturas, las grietas desde donde crecen la raíces de los imagineros, de los no-resignados, de los cómplices, de algunos radicales que aun actúan libres.  Desde aquí seguimos y pretendemos un camino humanizado, en tanto es nuestra practica creativa fundamental, en tanto nos recuerda que recreamos la planta al sembrarla para darnos de comer, en tanto recreamos la cueva y el universo dando origen a nuestras casas y territorios, en tanto dibujamos y recreamos nuestro deseo dando origen a nuestro erotismo.

El romper la barrera que nos separa de lo que producimos, de lo que amamos, de lo que percibimos y sublimamos mas allá del mundo estandarizado, es un viaje de memoria que asienta nuestras raíces como creadores, que nos devuelve el encuentro y la propuesta en colectivo, que nos recuerda el poder mágico de confrontar lo acabado y lo establecido, la capacidad permanente de entender el mundo como no es y  de soñar otros universos posibles.

Juan Manuel Álvarez Romero© 2011 - Escritor r
Vanessa Torres Mayorga© 2011 - Antropóloga y escritora